Mónaco ha recuperado todo su esplendor este 19 de noviembre con motivo del Día Nacional del Principado, una fiesta marcada en rojo en la agenda de la familia Grimaldi y que, por segundo año consecutivo, ha contado con la presencia de Charlene.
Con permiso de la primera dama, que ha acaparado todo el protagonismo con un impresionante total look rojo compuesto por vestido, abrigo y botas over the knee, mención aparte merece Carolina de Mónaco (66 años). Cada año, esta velada nos deja looks para el recuerdo y esta vez no iba a ser menos.
La hija de Grace Kelly es un icono de estilo mundial. Con el paso de los años ha conseguido adaptarse a las tendencias sin dejar de lado una elegancia innata de la que presume en cada una de sus apariciones públicas. El día de hoy merecía una apuesta segura y no ha defraudado.
La elegancia de Carolina de Mónaco con traje de tweed y pamela XXL
Contrastando con el vibrante rojo de Charlene, Carolina se decantaba por un dos piezas de color negro firmado por Chanel. Un traje compuesto por chaqueta y falda que destacaba gracias a los bordados blancos en cuello y puños, y un toque centelleante gracias a las lentejuelas que decoraban el look de arriba abajo.
La solemnidad del acto permitía el uso de tocados, complemento que ha elevado a lo más alto el estilismo de Carolina. La madre de Carlota Casiraghi se ha decantado por una pamela XXL en color arena que creaba un contraste fabuloso con el resto del look y que decidía llevar a juego con los guantes. Finalmente, la royal ha cerrado el outfit con salones de color negro a juego con su bolso, también de Chanel. Respecto a las joyas, Carolina ha buscado en su joyero personal y se ha decantado por unos coloridos pendientes morados.
Carolina de Mónaco reúne a todos sus hijos y sus nietos
El Día Nacional de Mónaco es símbolo de unión para los Grimaldi, algo que no puede hacer más feliz a Carolina de Mónaco. Con Carlota en París, Andrea en Londres y Pierre a caballo entre el Principado y Milán, cualquier excusa es buena para reunirse todos juntos.
Ya en palacio, Carolina ha hecho gala de su faceta más íntima y familia, la de abuela. Como es tradición, toda la familia se asomaba a los balcones, imágenes en la que los más pequeños han acaparado todo el protagonismo con sus ocurrencias. A la princesa de Mónaco se le cae la baba con los más pequeños y no duda en mostrar debilidad por ellos.