Lamentablemente, el cáncer ha llevado a la máxima actualidad al rey Carlos III de Inglaterra (74 años). Buckingham Palace anunciaba a través de un comunicado que el monarca permanecerá alejado de la vida pública durante los meses que dure el tratamiento, una triste noticia que mantiene en vilo a los británicos solo dos años después de la muerte de Isabel II.
Afortunadamente, parece que el tumor se ha cogido en una fase primaria por lo que tanto el equipo médico como el propio Carlos se muestran muy optimistas al respecto. La enfermedad del monarca ha llevado a especular sobre el futuro de la Corona y, por consiguiente, el patrimonio millonario que defiende y que algún día caerá en manos de Camilla, Guillermo ¿y Harry?. Lecturas te responde a todas estas dudas.
La herencia de Isabel II
El grueso de la herencia que la reina Isabel, fallecida el pasado 8 de febrero de 2022, ha dejado a su primogénito se basa en grandes extensiones de tierra, diversas propiedades, joyas, pinturas y algunos objetos personales que tienen un gran valor histórico. Pero su principal herencia son diferentes instituciones que administran activos por un valor de casi 42 millones de dólares según estima el último estudio de la revista Forbes.
Entre ellos están Palacio de Buckingham, el Castillo de Windsor y la Torre de Londres, así como las joyas de la Corona, pero su majestad solo podrá hacer uso de todo esto mientras sea monarca reinante, en régimen de fideicomiso, lo que quiere decir que nada puede ser vendido, pues en el futuro será para sus sucesores y la nación.
De todos los activos, el de mayor valor económico del Rey es Crown State, valorado en 17,5 mil millones de dólares, cifras siempre según la citada publicación. En él se incluye el centro comercial de Regent Street, el hipódromo de Ascot y casi todo el lecho marino de Reino Unido. Las ganancias de este activo, que en 2022 fueron de 361 millones, pertenecen a la nación, pero la corona recibe cada año un 25% de lo obtenido en el ejercicio de dos años antes. El pasado año fueron 99,6 millones de dólares.
La cosa no se queda ahí... También posee el ducado de Lancaster y la cartera de activos de Crown Estate Scotland, con varias propiedades y derechos para la caza y sobre todo la pesca. A esto hay que añadirle otras nueve residencias reales y las joyas, de un valor incalculable.
Todo este montante está, además, libre de impuestos por herencia, pues en 1993 se llegó a un acuerdo con el gobierno británico por el que se eximia de este tipo de pagos las transferencias de propiedad de un soberano a otro.
La fortuna personal de Carlos III
Hay otra parte de su fortuna que proviene de la herencia personal de su madre y de sus propias inversiones a lo largo de los años que le pertenecen en su totalidad al margen del peso constitucional. Por parte de la reina recibió los palacios de Sandringham y Balmoral, su colección personal de sellos británicos y de la Commonwealth, así como joyas, obras de arte, y caballos. Esto último es, además, algo que siempre unió a madre e hijo, la pasión por estos animales y todo lo que tiene que ver con ellos, de ahí que no haya dudado en mudarse a Sandringham para seguir allí con su recuperación. A esto hay que sumarle coches y relojes, dos bienes materias que ya tenía en abundancia y a los que ha sumado los que ahora le corresponden por derecho.
También atesora las ganancias del ducado de Cornualles, que ocupa desde hace 65 años, y bajo cuyo mandato se expandió hasta lograr 1.200 millones de activos netos y casi 400 millones en propiedades comerciales. Con ello logró poder ser independiente de la asignación anual de su madre, pues en el último año antes de su ascenso al trono multiplicó por 20 la asignación soberana que era de 1,2 millones de dólares.
Sus negocios al margen de la Corona
Al rey desde siempre le han interesado los negocios, era un hombre al que le gustaba leer, estar informado, actualizarse y avanzar con los tiempos. Por ello, en su etapa como príncipe de Gales, ya invirtió con buen tino. Creó dosempresas para proteger el medio ambiente y fomentar la agricultura orgánica, que son temas que siempre le preocuparon, y a través de la Charitable Foundation lanzó una marca de alimentos orgánicos, un retiro natural y un centro de artesanía en Transilvania.
Sin embargo, no todo es tan bonito, a través de su ducado, el entonces príncipe, fue puesto en entredicho en 2017 porque según reveló la investigación por losParadise Papers habría invertido millones en una empresa registrada en las Bermudas a nombre de un amigo. En aquel momento se dijo que Carlos III no tenía participación alguna en la decisión de esa inversión, pero la duda siempre quedará sobre la mesa.
Atendiendo a todo lo expuesto, es evidente que el terreno económico jamás supondrá un problema, lo que no quiere decir que su reinado vaya a ser un camino de rosas, pues la situación atípica de su hijo Harry y su esposa Meghan Markle viviendo fuera de Inglaterra y alejados de la Corona y las diferencias de estos con el heredero, el príncipe Guillermo y su mujer, Kate Middleton, prometen dar al monarca más de un dolor de cabeza que, seguramente, no pueda resolverse precisamente con dinero.