El rey Carlos Gustavo de Suecia (76 años) no ha estado muy afortunado en sus últimas consideraciones hasta el punto de verse obligado a rectificar, presionado por la opinión pública. Hace unos días, Carlos Gustavo se lamentó de que se cambiara la ley en 1980, según la cual el hasta entonces heredero a la corona sueca, el príncipe Carlos Felipe (43 años), debía ceder este privilegio en favor de su hermana mayor, la princesa Victoria (45 años), actual heredera al trono de Suecia. En opinión de Carlos Gustavo, su heredero debería haber seguido siendo su único hijo varón, Carlos Felipe. Dicho de otro modo, el rey sueco hubiera preferido que en Suecia se hubiera mantenido la ley sálica, según la cual las mujeres no pueden reinar.
Tal metedura de pata, teniendo en cuenta que estamos en el siglo XXI y que pensar que hay una prevalencia del varón sobre la mujer es un pensamiento más propio de la época medieval, se emitirá en un documental este mismo domingo. Las palabras de Carlos Gustavo fueron cuestionadas de inmediato tanto por el parlamento como por la opinión pública, de modo que el rey se ha visto obligado a emitir un comunicado ratificando todo su apoyo a su primogénita, la princesa Victoria, actual heredera.
Así y todo, Carlos Gustavo se mostró muy dolido por la interpretación que se ha hecho de sus palabras (como si hubiera alguna duda de que, en su opinión, prefiere un rey a una reina), y eso que la princesa Victoria, hoy por hoy, es la persona que los suecos más aprecian de la familia real, quizá porque fue una adolescente con muchos complejos, que sufrió anorexia y otros trastornos alimenticios, y que sufrió mucho en el amor. Hasta que conoció a Daniel Westling (49 años), dueño de varios ginmasios que acabó convirtiéndose en su entrenador personal, el hombre por el que Victoria se enfrentó a sus padres que no veían con buenos ojos esta relación. En la actualidad, Daniel Westling se ha convertido en el consorte perfecto para la futura reina de Suecia.