“Juan Carlos se está preparando una fiesta de autohomenaje el día 5 en Abu Dabi”. Así explicaba Pilar Eyre, en primicia para Lecturas, la celebración que el rey emérito ha organizando para su 86 cumpleaños. “Es el día de su cumpleaños y es la fecha ideal para que la gente le dé su apoyo y le demuestre que, a pesar de los últimos acontecimientos que manchan, aún más, su nombre, sigue siendo el rey”. Una nueva muestra de poder del emérito que cobra un sentido distinto después de sus dos últimas visitas a España. Contra todo pronóstico, el rey Juan Carlos coincidía con su hijo Felipe y su nuera Letizia tanto en el cumpleaños de Leonor como en el de la infanta Elena. Un giro que podría hacerlo cambiar todo.
Tal y como explicaba Pilar Eyre para esta publicación, el rey emérito ha cursado invitaciones de todo tipo. No solo a aquellos que siempre han estado a su lado y que, aunque sea en la intimidad de los últimos años, se han posicionado a su favor. También ha abierto esta fiesta nombres clave de la sociedad. “Políticos como Felipe González, escritores como Vargas Llosa, nuevas generaciones de nobles titulados, empresarios, cazadores, banqueros, periodistas… Y esos militares con los que sigue teniendo tan buena relación”, detalla.
Las intenciones ocultas del rey Juan Carlos
“El emérito quiere demostrarle a su hijo, que precisamente está pasando la peor época de su reinado, que él sí tiene un amplio respaldo social, por mucho que su nombre se arrastre de plató en plató y desde Zarzuela se le intente apartar y humillar”. Así destapa Pilar Eyre las intenciones que subyacen detrás de esta inesperada celebración del cumpleaños del emérito. No solo es que se sienta aislado en Abu Dabi, lejos de la que fue su vida y sin poder ni siquiera pernoctar en Zarzuela. El rey Juan Carlos quiere evidenciar que, pese a todo, sigue teniendo una influencia decisiva.
Por el momento, eso sí, no ha quedado claro todavía quien asistirá a este cumpleaños. Parece claro que sí estarán sus hijas Elena y Cristina, habituales, de hecho, en la residencia de Abu Dabi. También es lógico que asista Froilán, vecino de su abuelo, y Victoria Federica, la nieta que más piropos le ha dedicado en los últimos tiempos. En cuanto a los hijos de la infanta Cristina, todo puede ocurrir. Las obligaciones profesionales y estudiantiles han hecho que ya en otras reuniones familiares se ausenten algunos de ellos. En esta ocasión puede ocurrir lo mismo.
La invitación secreta que ha cursado el rey Juan Carlos
“Suena el móvil, “Oye, soy Juan Carlos”. Su interlocutor no lo conoce apenas, no pertenece a su círculo, es la primera vez que hablan, ni siquiera tiene su nombre agendado, pero consigue articular una respuesta: “sí, dígame, señor”. “Te llamo para invitarte el día 5 de enero a Abu Dabi. Vendrás ¿verdad?” le pide para su sorpresa el que fue rey de España. Y acaba con un “ya te enviaré un mensaje con los detalles”. Y unas últimas palabras, “te ruego discreción”. Pilar Eyre evidenciaba el secretismo que rodeaba esta fiesta de cumpleaños hasta que lo publico en la revista Lecturas.
El emérito pretendía que su cumpleaños quedase en un plano discreto para que su hijo Felipe no interviniese. “Si el hijo se entera de que Juan Carlos se está preparando este homenaje a su persona, lo cortará de raíz”, aseguraba la periodista Y es que la tensión que siempre existen entre padre e hijo vuelve a aparecer. El emérito no perdona que no le dejen más que pisar Zarzuela en contadas ocasiones y quiere plantar cara a su hijo. “Estar al lado de Juan Carlos es estar en contra de Felipe. ¿Y los que están en contra de Felipe podrían reclamar la vuelta de Juan Carlos?”, se pregunta Eyre.
La asistencia de Leonor y Sofía queda descartada. La primera se encontrará cumpliendo sus obligaciones militares y la segunda habrá regresado ya a Gales. ¿Y Felipe y Letizia? Quedaba claro, al menos hasta hace uno días, que los reyes no tendrían intención alguna de trasladarse a Abu Dabi. Y todo apunta a que así seguirá siendo. ¿O el paso al lado en el cumpleaños de la infanta Elena lo ha cambiado todo? Posiblemente no tanto como para plegarse y asistir a la muestra de fuerza del emérito desde su residencia.