La lista de mujeres que han pasado por la vida del rey Juan Carlos es larga. Ahora lo sabemos mejor que nunca. Los audios de Bárbara Rey han hecho saltar la liebre y todo el mundo comienza a especular. Durante los cuarenta años de reinado del monarca han sido muchos los nombres que se han situado al lado de Juan Carlos. Las más conocidas, Bárbara Rey, Marta Gayá y Corinna Larsen. Las tres amigas entrañables han mantenido una relación sentimental con el hoy emérito. No cabe ya duda.
Lo que nunca habíamos imaginado era que escucharíamos al propio rey hablando distendidamente con Bárbara cuando eran pareja. Las conversaciones desvelan la cotidianidad y la enorme confianza que depositó en la vedette. Le contaba todo, desde secretos de Estado hasta cómo se llevaba con la reina Sofía o si su hijo Felipe tenía ya novia. Bárbara Rey sabía más de España que cualquiera y todo se lo contaba el entonces jefe de Estado.
Pero, ¿y la reina Sofía? El rey Juan Carlos se despacha feliz sobre su mujer asegurando que es comodísima para él. No se queja, hace bien su papel y no se va con otro, afirma en uno de los audios. Claro que, a lo largo de los años, han sido varios los nombres que se han relacionado con la hoy emérita. Rostros conocidos que podrían haber tenido algo más que palabras. Claro que, como ocurría con el rey, solo son rumores.
Alfonso Díez, el viudo de Cayetana de Alba
Durante una temporada, se especuló mucho sobre la amistad que unía a la reina Sofía con Alfonso Díez. El viudo de Cayetana de Alba había sido visto junto a la reina emérita en varias ocasiones y su actitud era, en todo momento, muy cercana y cómplice. Sofía se deleitaba en sonrisas y gestos de cariño con el funcionario. Rápidamente, llegaban las especulaciones y rumores nunca confirmados.
“Desde que se publicó que doña Sofía mantenía una relación con el viudo de Cayetana, la duquesa de Alba, no se han producido avances. Eso que Alfonso Díez tiene gran interés en explicar a la emérita que él no tuvo nada que ver con aquella filtración y que esos puros sentimientos de amistad siguen anidando en su corazón”, escribía Pilar Eyre en su columna para Lecturas.
Díez se apresuró a afirmar que no había nada más que amistad y complicidad. “La reina se quedó en Liria muy poco tiempo. Iba a tiro fijo (fotos, departir brevemente, irse) y con un grupo de personas que, consciente o inconscientemente, le hicieron de cinturón sanitario. La mirada de Alfonso, cuando la reina se fue, era un poema: triste y derrotada”, apuntaba Eyre.
El periodista Juan José Benítez, amigo y confidente
De todos es conocida la afición de la reina Sofía por lo paranormal. La emérita es muy creyente, en muchos sentidos, y no ha dudado en interesarse siempre por la vida más allá de la Tierra. La propia Sofía organizaba en Zarzuela encuentros donde acudían expertos para comentar los últimos avances y hacía que su familia permaneciese horas a la intemperie para avistar ovnis. Algo de lo que el rey Juan Carlos siempre se había burlado.
En esta faceta, la reina cultivó una gran amistad con el periodista Juan José Benítez. Gran experto en estos temas, la palabra de J. J. Benítez tuvo gran peso en las creencias de la reina. Una amistad que se afianzándose con el tiempo y de la que Jaime Peñafiel llegó a afirmar que el periodista se había quedado prendado de la reina. Pero, ¿y doña Sofía? Los intereses de la hoy emérita iban por otro lado.
“La reina apenas se hablaba con el rey, se hizo muy amiga de Juan José Benítez, que le hablaba de ovnis y de cuerpos astrales, a ella le interesaban mucho estos temas, decía que su padre había sido un iniciado”, desvelaba también Pilar Eyre “Yo creo que Juan José se enamoró un poco de ella, hasta le compuso un soneto que nos leyó por la noche en el hotel. Muy bonito. La reina y el después popular escritor de ciencia ficción visitaron juntos las ruinas de Nazca y mantenían largas charlas”.
Federico Mayor Zaragoza, exdirector general de la UNESCO
Político, bioquímico, profesor y espectador privilegiado de la transición. Mayor Zaragoza fue diputado por la UCD y también Ministro de Educación durante dos años. Aunque su cargo más importante siempre fue el de director general de la UNESCO. El periodista Jaime Peñafiel, entre otros, le señalaron entre los que perdieron la cabeza por la reina Sofía. La periodista Pilar Urbano, buena conocedora también de la figura de la reina emérita, escribió que el político miraba a Sofía "con mucho brillo en los ojos, con muchos elogios y me consta que había sintonía entre ellos".
Se encontraron en muchas ocasiones, tenían intereses en común y la reina Sofía presidió muchos actos en los que Federico Mayor Zaragoza era el protagonista. Su nombre estuvo en la terna para convertirse en jefe de la Casa del Rey pero el rey Juan Carlos no dio el visto bueno. ¿Demasiada buena sintonía con su mujer para tenerle en Zarzuela a todas horas? Ahora sabemos que el emérito se congratulaba de que Sofía "no se fuese con otros" mientras él mantenía una relación con Bárbara Rey.
Harald de Noruega, el gran amor de la reina Sofía
Aunque, sin duda, si hubo un amor en la vida de la reina fue Harald de Noruega. Claro que en aquella época ni ella había conocido al rey Juan Carlos, ni el hoy rey de Noruega a su futura mujer. Ambos mantuvieron un romance que les marcó de por vida. La reina estaba prendada. “Yo sé que hubo muchos intereses para casarnos. Se provocaron encuentros, se hicieron cábalas”, llegaría a reconoce tiempo después. Hubiese sido uno de los grandes matrimonios de la realeza europea. Pero el tiempo no lo quiso.
Las versiones oficiales apuntan a que el padre de Harald de Noruega no vio con buenos ojos la dote que Pablo de Grecia aprobó para su hija. La familia griega, con Federica a la cabeza, tenía una visión comercial como nunca se ha vuelto a dar. En Noruega pareció poco, aunque lo cierto es que Harald había conocido ya a Sonia, la que sería su futura mujer. El amor había llamado a su puerta y no precisamente con Sofía de Grecia.
La historia ya se conoce. La reina Federica vio en Juan Carlos el mejor partido para su hija. Este había roto con su anterior pretendienta y estaba soltero. La reina Federica hizo para juntarles y que surgiese el amor. No fue un flechazo, desde luego -y más viendo cómo ha ido después-, pero era una unión perfecta. Sofía y Juan Carlos congeniaron y formaron una familia. Las cosas, después, se fueron torciendo...
Y no fueron los únicos
A lo largo de los años ha habido otros nombres que han sonado como 'nuevas ilusiones' de la reina Sofía. Poderosos nombres que se habrían quedado prendados de la mujer del rey Juan Carlos en mayor o menor medida. Es el caso de Carlos Ferrer Salat, el que fuese presidente del Comité Olímpico Español, el premio Nobel Muhammad Yunus o el cantautor Georges Moustaki, del que la emérita era una gran fan y acudía habitualmente a sus conciertos.
Nombres que han formado parte de la vida personal o profesional de la reina emérita pero de los que nunca se ha llegado a confirmar nada más. Enamoramientos, flechazos, intereses, sí, pero nada más.