Cari Lapique y Carla Goyanes, desoladas en el último adiós Caritina y Carlos Goyanes

Este lunes se ha celebrado una misa en recuerdo de Carlos Goyanes y su hija Caritina, fallecidos este pasado mes de agosto

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Cari Lapique
GTRES

La familia Goyanes se reunía este lunes 23 de septiembre para honrar la memoria de Carlos Goyanes y de su hija Caritina. La desgracia se ha cebado con ellos en las últimas semanas. A principios del mes de agosto falleció de forma repentina el patriarca. La pérdida de Carlos Goyanes dejaba a su mujer, Cari Lapique, y a sus hijas destrozadas y en shock. Nadie podía imaginar un final tan precipitado y desgarrador. No obstante, era solo el principio.

Solo veinte días después, era Caritina quien fallecía a causa de un infarto. La hija mayor del empresario se encontraba junto a su marido y sus hijos en la casa familia de Marbella. Había empezado a encontrarse mal y fue llevada de urgencia al centro hospitalario de Estepona. Los médicos no pudieron hacer nada por ella. Con tan solo 46 años, Caritina dejaba completamente rota a toda su familia.

Desde entonces, los Goyanes han hecho piña. Cari y su hija Carla son el gran apoyo la una para la otra. Como estas desgracias tuvieron lugar en Marbella y en los meses de verano, la familia había ya decidido hacer una misa en Madrid para que todos sus seres queridos pudiesen acompañarles y despedirse tanto de Carlos como de su hija Caritina. Un responso en la iglesia a la que Caritina acudía a diario con los suyos.

Cari Lapique, la vida imagen del dolor

Si algo han dejado claro los Goyanes a lo largo de las últimas semanas es la fuerza y la integridad que tienen. Tanto Cari como su hija Carla han agradecido todo los apoyos que han ido recibiendo. No han sido semanas fáciles. Desde la muerte de Carlos Goyanes, no han logrado reponerse. Demasiadas noticias como para lograr hacerse a la idea de todo lo que ha ocurrido.

Cari y Carla han acudido a la iglesia de San Agustín, en Madrid, arropadas por su familia y amigos. Es este el templo al que asistía habitualmente Caritina. La hija mayor de Cari Lapique había encontrado en la fe su gran refugio. Ella misma lo había contado. En los momentos en los que se sintió perdida, que no lograba encontrar el equilibrio, buscó ayuda en la religión. Caritina llevaba su fe por bandera y no dudaba en abrirse y aconsejar a todo el mundo acerca de las bondades que había encontrado. Su iglesia era la de San Agustín, en pleno barrio de Chamberí.

Hasta ahí se han trasladado todos sus amigos y familiares para despedir a padre e hija. Dos duras pérdidas que encontraban a muchos de sus allegados de vacaciones o fuera de España. Nadie imaginaba el dolor que iban a encontrarse a su regreso. este lunes Cari Lapique llegaba a la iglesia de riguroso luto, con el semblante serio que demuestra lo complicado de este momento para ella, en el que nuevamente vuelve a recordar a su marido y a su hija.

Cari Lapique
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Carla Goyanes, desolada en el último adiós a su padre y a su hermana

Carla ya demostró en aquella famosa carta de despedida lo mucho que iba a cuidar de su familia en ausencia de dos grandes pilares, como eran su padre y su hermana mayor. La hija pequeña del matrimonio no ha dejado sola en ningún momento a su madre durante este fatídico mes que han tenido que pasar para tratar de hacer frente a estas dolorosas pérdidas.

Carla Goyanes
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De hecho, Carla llegaba en un coche junto a sus hijos, su marido y su madre, a la que no ha querido dejar sola en un día tan señalado para ella. Nuevamente, vuelven a demostrar esa unión que ya pudimos ver en los distintos funerales que se llevaron a cabo el mes pasado, tanto el que tuvo lugar en Marbella como el de Madrid. En esta ocasión han vuelto a llegar juntas, con un gesto totalmente desgarrador de tener que enfrentarse a esta situación nuevamente.

La vida de la familia Goyanes sin Caritina

La pérdida de Caritina Goyanes ha dejado a toda su familia completamente rota. La hija de Cari Lapique era un puntal en el que todos se apoyaban. Era la mejor amiga para su hermana Carla, el gran apoyo para su madre y la que mantenía todo unido. Su vitalidad y simpatía hacían que incluso lo difícil fuese fácil. Había logrado posicionarse, además, con una gran empresaria de éxito. Su catering era un clásico ya en las reuniones y eventos de la capital.

Antonio Matos, su viudo, se ha centrado en el cuidado de sus hijos. Podíamos verle en la vuelta al colegio de los pequeños. Tras la repentina pérdida de Caritina, ha sacado fuerzas de flaqueza para hacerse cargo de sus hijos y de todo lo que ha dejado su mujer. Cuenta con la ayuda inestimable de su cuñada Carla y de su suegra Cari. Entre los tres están intentando que a los pequeños no les falte nada.