Mila Ximénez va a por todas. Que los demás participantes se anden con ojo con ella, porque la colaboradora no solo tendrá numerosos apoyos (y muy fuertes) fuera, sino que también se perfila como una gran concursante pues ha aprendido todo lo necesario para sobrevivir en plena naturaleza.
Para ello se ha preparado en una de las mejores escuelas de supervivencia de España, Escuela Anaconda 1, en Ojén, Málaga, hasta donde viajó para tomar clases con un experto en estos temas, Pepe Ogalla, de quien ha aprendido cómo hacer fuego, construir un refugio o conservar de manera óptima los alimentos para que no se echen a perder.
Ximénez ha estado 3 días con un grupo de varios compañeros que se han convertido en personas muy especiales para ella, puesto que a su lado ha aprendido a vencer sus miedos y afrontar cualquier desafío. A veces uno solo necesita confianza para demostrarse a sí mismo que es capaz de lograr cualquier objetivo que se proponga. Incluso acabar con el terror a las alturas. Mila confiesa que lo que más le impone de su llegada a Honduras, es el salto desde el helicóptero. No es de extrañar, puesto que este paso aterroriza a muchos participantes, y se vuelve especialmente pesadillesco si uno tiene pánico a las alturas, como es el caso. Afortunadamente, en la escuela también le han enseñado a vencer ese terror, puesto que, pertrechada con un arnés, accedió a tirarse desde una altura considerable. Tras vencer este obstáculo, los ojos se le llenaron de lágrimas: era oficial, no había nada que no pudiera hacer.
Y uno de los factores que más aterroriza a todos, como es la convivencia, a ella la tiene de lo más tranquila. Total, viene de ‘Sálvame’, donde cada tarde se puede desencadenar una guerra, por lo que no teme ni evita el conflicto. Ha aprendido a que los comentarios le hagan costra y a encarar los comentarios hirientes con sorna e ironía.
Ahora sabemos que 3 días en la naturaleza se le han hecho cortos, pero ¿cómo llevará los 3 meses en los cayos? ¿Volverá Mila hecha una salvaje?