'A contra reloj' en el Caso McCann: el principal testigo "se muere de cáncer"

A Helge Busching “no le queda mucho tiempo de vida”, pero su testimonio es clave. Dice que el principal sospechoso le dijo que «no lloró cuando la cogió», confesando así el secuestro

Enrique Espada

Periodista especializado en actualidad

Actualizado a 9 de abril de 2024, 19:28

Gtres
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Giro inesperado en el caso de la desaparición de la niña Madeleine McCann, desde que en 2007 desapareciera del apartamento alquilado en el Algarve, Portugal, mientras sus padres estaban fuera cenando con unos amigos. Y es que uno de los principales testigos por su relación con el principal sospechoso, Christian Bruckner, “se muere de cáncer”, según avanza Sky News.

La investigación del caso, que desde hace varias semanas ha vuelto a poner a trabajar en pleno rendimiento a la policía alemana en cooperación con la británica por nuevos indicios, tiene ahora que ir 'a contra reloj' por el crítico estado de salud en el que se encuentra Helge Busching (53 años), quien ya en el año 2017 declaró a la Scotland Yard que fueron buenos amigos en el momento de la desaparición y que Bruckner le había “confesado” el secuestro de la pequeña niña rubia. «No lloró cuando la cogió», fue una de sus citas más sobrecogedoras de lo que le dijo entonces el sospechoso número uno del caso.

"No lloró cuando la cogió"

Son días claves de nuevo para esta investigación que, según la propia policía al cargo está cerrado casi al 90 %. Y es que hace solo un par de días, Busching -que actualmente está en prisión por otros delitos- fue llamado a declarar ante la Justicia por dichas declaraciones, pero en ningún momento manifestó su complicado estado de salud. Algo difícil de entender.

Tanto como lo que en su nueva declaración aportó y que, desde luego, no habrá gustado nada a la familia de los McCann. El testigo que ahora está en una fase terminal de su cáncer, además de confirmar el testimonio con el que relaciona directamente a Brueckner con la desaparición, también explica que ya en 2008, un año después del suceso, informó de lo mismo al investigador privado de los padres. 

Dave Edgar, el que fuera en ese momento el detective de los McCann, se defiende ahora así de no hacer caso entonces a un testimonio clave en la resolución del caso para el que la familia de la menor había confiado en él. Dice que no recuerda ningún mensaje o conversación con Busching y que, en ese momento, la familia acababa de contratarlo y estaba analizando muchos chivatazos.

“No le queda mucho tiempo de vida”

La relevante información sobre el estado de salud del principal testigo del caso ha sido desenmascarada gracias a otro declarante durante esta serie de vistas orales que vuelven a poner el caso en plena actualidad. Michael Tatschl (50), amigo también de Brueckner durante esa época, aseguró que Busching padecía cáncer de intestino y algo que podría afectar gravemente a la investigación actual: “No le queda mucho tiempo de vida”.

“Cuando hablamos por teléfono hace cuatro días, hablamos de muchas cosas, incluido de su cáncer. Es bastante maligno. Ha recibido su diagnóstico hace apenas un par de meses”, ha explicado Tatschl, supuesto ‘amigo de fechorías de Bruckner’ y del que su testimonio también es muy relevante por todo lo que este le contó de su oscura vida cuando cumplieron condena juntos en 2006 por robar combustible y compartir después la casa que el presunto secuestrador de la niña británica tenía arrendada en Praia de Luz, el pueblo donde desapareció la menor.

El segundo sospechoso en búsqueda y captura

En un momento en el que parecía que el caso Madeleine McCann podría tener, por fin, las evidencias suficientes como para sentar al potencial sospechoso en el banquillo gracias a minuciosa investigación que se está haciendo del interior de la furgoneta que en el año de la desaparición el sospechoso conducía, la previsible muerte por cáncer de Helge Busching se añade a otro problema con el que la policía alemana se encuentra desde hace un mes:

Ralph H. es el segundo gran problema para los investigadores, sobre todo porque es parte importante de la solución. Y es que las evidencias de la policía alemana hacen sospechar también de las ‘conexiones’ con el caso de este hombre de 56 años por ser ‘amigo íntimo’ de Brueckner e incluso cometer varios robos juntos. Pero, lo cierto, es que ahora mismo está en búsqueda y captura desde que, hace unas semanas, una unidad fuera a detenerle en su domicilio y no dieran con él. Había desaparecido sin dejar rastro.

Su detención es muy importante para el caso, pues la principal hipótesis es que Brueckner no actuó solo. El también alemán Ralph H. podría haber sido ‘co-autor’ o cómplice de este delito de una inocente niña que, si sigue viva, hoy tendría 21 años.

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