Si te ha gustado ‘Adolescencia’ tienes que ver esta serie que recomiendan en Netflix: “si os habéis quedado huérfanos, os gustará esta otra producción europea sobre crímenes”

Pocas veces una serie logra hacer tanto ruido en tan poco tiempo. Adolescencia, el drama británico protagonizado por Stephen Graham y Owen Cooper ha tocado una fibra emocional tan profunda que se ha colado en el top mundial de Netflix y ha dejado a millones de espectadores con una sensación muy concreta (me incluyo entre ellos): la de haberse quedado con ganas de más tras su apoteósico final. El vínculo que se crea con los personajes, la crudeza del guion, la intensidad de la trama… ¡Con tan solo cuatro capítulos la serie es todo un fenómeno!

Por suerte, Netflix ha sabido reaccionar rápido y ya tiene una dosis oficial para acabar con el síndrome post-Adolescencia. ““Si os habéis quedado un poco huérfanos después de Adolescencia, creo que os gustará esta otra producción europea sobre crímenes y relaciones familiares”, se puede leer en el canal oficial para fans de la plataforma. La serie en cuestión es impactante, oscura y adictiva. Me la puse y ya me la he acabado: en tiempo récord, no me ha durado ni dos días. 

La producción tiene todos los ingredientes que engancharon de Adolescencia, con una nueva vuelta de tuerca: un misterio sin resolver, una fuga inesperada, niños como protagonistas y secretos familiares que llevan años enterrados. Te aseguro que te engancha desde el primer capítulo.

Intrigas, suspense y extrañas relaciones familiares

Cuando Padre entra en la habitación, los dos pequeños ocupan rápidamente su lugar. Las manos al frente, silenciosos y sin moverse. Él revisa sus palmas con minuciosidad. Solo entonces pueden relajarse. Así se presenta la serie que Netflix propone como heredera emocional de Adolescencia, y con solo esta escena ya te queda claro que no estás ante una historia cualquiera. Su título es Mi dulce niña y puedes disfrutarla en la plataforma roja.

Durante años, estos dos niños han vivido encerrados junto a su madre en una habitación sin ventanas, obedeciendo reglas estrictas. La vida que conocen se reduce a ese pequeño habitáculo, y aunque parezcan felices dentro de su limitada rutina, algo empieza a tambalearse. Un día, Lena (Kim Riedle), la madre de esa pequeña familia consigue huir junto a la pequeña Hannah (interpretada con una delicadeza asombrosa por Naila Schuberth), y entonces la trama cambia por completo.

Desde ese momento, se desata una investigación intensa, llena de giros, tensión psicológica y revelaciones que conectan con una desaparición ocurrida trece años antes. No te engañes: no vas a poder adivinar el final.

Una serie que no puedes dejar a medias

Al igual que sucede con Adolescencia, Mi dulce niña no es una de esas historias que puedes dejar a medias. Esta serie tiene ese ritmo que te obliga a ver “solo un capítulo más” hasta que ya no te queda ninguno. Cada episodio nos da una nueva pieza para un rompecabezas que a golpe de guion te va a explotar la mente.

La fotografía es otro de sus puntos fuertes: tonos fríos, planos cerrados y silencios largos que solo hacen que la tensión aumente por momentos. La vulnerabilidad de los personajes también se repite en esta apuesta europea, pero esta vez en Alemania. Los actores, y en particular la niña que da vida a Hannah, Naila Schuberth, lo hacen de escándalo. Si alucinaste con Owen Cooper dando vida a Jaime, la pequeña Hannah te dejará de piedra.

La serie, que lleva en la plataforma desde 2023, pasó injustamente inadvertida. Pero el éxito de Adolescencia la devuelve a la luz. En Europa se producen grandes series de suspense, y no solo en Reino Unido. Mi dulce niña es prueba de ello.

Una elección perfecta para superar el vacío de una serie magistral

Adolescencia ha dejado el listón muy alto, con sus escenas grabadas en un solo plano secuencia, un guion magistral y actuaciones dignas de nominaciones. Pero, si me preguntas a mí, Netflix ha acertado de lleno con su recomendación. Porque después de una serie como esta, lo que quieres no es solo una buena historia, quieres emoción a raudales. Y esta producción alemana lo tiene.

Si estás buscando una ficción que te remueva por dentro y que tenga el mismo nivel de calidad, tanto interpretativa como narrativa, ya sabes qué ver a continuación. Mi dulce niña tiene seis capítulos, una sola temporada y te la vas a devorar en una tarde. Y cuando veas el final… No te esperas lo que vas a ver en pantalla.