Son muchos, probablemente miles, los solteros que han pasado ‘First Dates’ buscando el amor. Los ha habido de todas las clases, pero muy pocos pueden presumir de ser tan románticos como Pablo (39 años), un analista de datos madrileño que lleva toda su vida preparándose para encontrar a su media naranja y formar una familia. "Desde pequeñito he querido tener una relación, pero una relación seria. Estar con una persona que me quiera y yo la respete y crear una familia", ha confesado nada más llegar al restaurante más famoso de la parrilla televisiva.
Como prueba de su seriedad y sus buenas intenciones, ha llevado un regalo a su cita: un osito de peluche. Este detalle ha enternecido hasta el corazón de Carlos Sobera (64 años). "Gracias por la confianza y te prometo que no te voy a fallar. Cuando me conozcas, te darás cuenta de lo que realmente puedo aportar como pareja", dice la nota que lo acompaña. Como confiesa, no es Brad Pitt, pero intenta suplir esto con mucho amor. "Me duele que la gente no me quiera conocer por verme directamente. Entonces, las palabras. Con la nota quería indicar algo. Que buscase en el fondo de mi corazón", ha dicho a las cámaras de ‘First Dates’.
Pese a lo "buena persona" que es, "cariñoso" y "fiel", no ha tenido toda la suerte que le hubiese gustado en temas del corazón: "He tenido relaciones muy largas en las que el amor se acabó por parte de ellas. En ambos casos, por una tercera persona". Una fortuna que esperaba cambiar en ‘First Dates’ con su cita, Sabrina (36 años).
La farmacéutica madrileña le ha enamorado nada más aparecer por la puerta del restaurante. Ni la timidez con la que se ha mostrado desde el principio ha echado para atrás a Pablo. "Es un ángel", ha confesado detrás de cámaras antes de darle el osito de peluche que tanto le ha gustado.
La química ha estado muy presente a lo largo de la cena y encima se han complementado a la perfección en cuanto a lo que quieren para su futuro. Incluso Pablo se ha atrevido a confesarle que su intención es tener hijos y que lo tiene todo dispuesto: "Para crear una familia, tienes que tener las bases. Tengo estabilidad. Tengo una casa propia y un coche pensado para la familia", le ha dicho sin que ella se asustase. Es más, le ha tranquilizado esa seguridad teniendo en cuenta que Sabrina aún vive con sus padres por los limitados medios económicos y cómo está la vida de cara.
Pablo ha tenido muy claro que Sabrina es la indicada desde el principio y así se lo ha querido hacer saber. Le ha pedido que le enseñe a bailar bachata, algo impensable para él sabiendo que es muy patoso en la pista, y le ha prometido llevarla de viaje a Italia. Hasta se han dado varios besos tiernos en el reservado con la luz apagada y cálidos abrazos.
"No me interesaría tener una cita contigo porque no me quiero separar de ti", le ha dicho un romántico Pablo a Sabrina en la decisión final. Ha conseguido terminar de conquistar su corazón y solo ha podido decir: "Creo que hemos tenido mucha conexión. Estoy interesada en seguir conociéndote. Creo que tenemos muchas cosas en común y me pareces un chico encantador".