Una psicóloga advierte a Vanessa y Javier en 'Gran Hermano': "Dinámicas de poder y lucha de egos"

Si algo está marcando el concurso de Vanessa y Javier en ‘Gran Hermano’, es el hecho de que sean pareja. Los concursantes del reality de Telecinco llevan años casados, son padres, comparten proyectos profesionales… Y ahora han querido sumar una experiencia conjunta más con su participación en el programa. Sin embargo, esto les está trayendo una de cal y una de arena.

Los contrastes de la relación de Vanessa y Javier en 'Gran Hermano'

Desde que comenzó la actual edición de ‘Gran Hermano’, Vanessa y Javier han protagonizado momentos muy destacados tanto buenos como malos. De vez en cuando, el matrimonio ha presumido de su amor y ha hecho gala de lo bien que se lo pasa. Además, el pasado jueves, cuando le hicieron creer a Vanessa que su marido había sido expulsado, ella se mostró muy afectada y habló maravillas de él.

Sin embargo, esto contrasta con las numerosas peleas que tienen en la casa. En especial, por los celos de ella. Discusiones que dan lugar a momentos de lo más desagradables y que han llevado a que en alguna ocasión hagan saber sus ganas de abandonar el programa o incluso de poner punto y final a su relación sentimental.

Al ver tantos altibajos, nos hemos puesto en contacto con la psicóloga María Padilla para que nos cuente qué supone para una pareja participar en un programa de este tipo. La fundadora de Capital Psicólogos nos ha explicado cómo esta prueba de fuego de compartir reality puede afectar a diferentes niveles a Vanessa y a Javier.

La psicóloga María Padilla analiza la prueba de fuego de Vanessa y Javier en 'Gran Hermano'

Si algo nos ha dejado claro la experta desde el primer momento, es la gran prueba de fuego que supone para una pareja participar al mismo tiempo en ‘Gran Hermano’. “Vanessa y su marido Javier han protagonizado peleas, reconciliaciones y todo un drama dentro de la casa de 'Gran Hermano'. Pero, ¿cómo afecta realmente a una relación participar juntos en un reality show? Compartir la experiencia bajo la mirada pública 24/7 puede ser una prueba de fuego o una oportunidad para reforzar la relación”, ha comenzado su discurso sobre esta situación excepcional.

Al profundizar, la psicóloga se ha referido a la participación de Vanessa y Javier en ‘Gran Hermano’ como un “desafío emocional”. La experta ha hablado de la “convivencia extrema” que supone "vivir en un espacio reducido y bajo vigilancia constante, genera estrés, y ese estrés se canaliza muchas veces en la pareja”. Algo que según Padilla conlleva que las discusiones que podrían solucionar en privado, se magnifiquen por la falta de intimidad. Unas peleas a las que atribuye causas como que “en ese ambiente, pequeñas diferencias pueden convertirse en grandes peleas. La presión de ser juzgados por una audiencia también aumenta la tensión, ya que los conflictos no solo se viven entre ellos, sino también con el escrutinio público”.

A lo que también ha hecho referencia María Padilla, ha sido a la lucha de egos que podría estar afectando de pleno al matrimonio formado por Vanessa y Javier. La experta nos ha explicado que “en el contexto de un reality, ambos miembros de la pareja pueden competir por atención, popularidad o simplemente por sobrevivir más tiempo en el programa. Esto puede generar dinámicas de poder y lucha de egos que normalmente no existirían en su vida cotidiana”. Algo que en el caso de estos concursantes de ‘Gran Hermano’ sería así, ya que su afán de protagonismo es constante en cada gala y durante la convivencia. Y esto puede conllevar que "el hecho de que ambos compitan puede generar inseguridades o tensiones en la relación, especialmente si uno sobresale más que el otro”.

En lo que se refiere a la relación de pareja como tal, María Padilla también ha resaltado aspectos de la mecánica de ‘Gran Hermano’ que podrían afectar de pleno al matrimonio. “La exposición continua puede afectar la dinámica de la pareja, ya que obliga a cada miembro a mostrar aspectos de su carácter que en otras circunstancias podrían ocultarse. Las cámaras eliminan la privacidad, lo que puede llevar a conflictos emocionales profundos”. Sobre esto, ha comentado que “si los problemas que normalmente se tratarían en la intimidad se ventilan ante millones de personas, puede haber consecuencias emocionales a largo plazo, como la vergüenza, el resentimiento o la vulnerabilidad mal gestionada".

Cómo pueden reforzar Vanessa y Javier su relación en 'Gran Hermano'

Pero también puede haber cuestiones positivas que refuercen la relación. Según la psicóloga, a esta experiencia extrema se le puede sacar un partido positivo ya que “puede también ayudar a la pareja a conocerse mejor. En ‘Gran Hermano’ no hay escapatoria, y eso puede obligar a las parejas a enfrentarse a sus problemas de forma directa, sin las distracciones de la vida cotidiana. Las reconciliaciones en este ambiente pueden ser más profundas, ya que ambos son conscientes de que la relación está siendo observada y analizada por otros”.

Pero para sacar ese partido positivo, tanto Vanessa como Javier tienen que poner de su parte durante su convivencia en la casa más famosa de la televisión. “Si ambos miembros logran apoyarse y manejar las tensiones de manera colaborativa, esta experiencia puede fortalecer la relación. El haber superado juntos una situación de estrés tan intensa puede generar una conexión emocional más fuerte y una mayor sensación de complicidad y confianza”, nos ha explicado. Una teoría a la que ha sumado que “además, si la pareja logra mantener el humor y la solidaridad, la experiencia puede incluso resultar divertida y enriquecedora”.

El doble filo de la participación de Vanessa y Javier en 'Gran Hermano'

Como conclusión a este análisis de cómo estaría afectando el concurso a dos de los grandes protagonistas de la edición, María Padilla ha expresado que “por todo ello, participar como pareja en un reality como ‘Gran Hermano’ puede ser una espada de doble filo. Por un lado, la presión, la exposición y la falta de privacidad pueden poner a prueba la relación, revelando grietas ocultas. Por otro, también puede ser una oportunidad para reforzar la unión, si ambos logran enfrentar los desafíos juntos y aprovechar la experiencia para conocerse mejor. En última instancia, depende de la capacidad de la pareja para manejar el estrés y trabajar en equipo”.