Es habitual que los concursantes de ‘Supervivientes 2024’ pasen por el puente de las emociones, aquel momento en el que no pueden evitar venirse abajo al recordar determinados aspectos dolorosos de su vida. En esta ocasión ha sido el turno de Pedro García Aguado (55 años) que no ha podido contener la emoción y el llanto al recordar todo lo que perdió por culpa de las adicciones que sufrió, así como la infancia donde juzgó a su madre.
Cada participante tiene detrás una preciosa historia que muchos desconocen. Por ello, este momento es uno de los más deseados por el público para poder empatizar con algunas actitudes y comportamientos de los supervivientes. Este puente consta de diferentes escalones en los que el participante va relatando algunos episodios de su vida que le evoquen la palabra que viene en el escalón, provocando que la emoción sea constante.
Pedro García Aguado recuerda sus adicciones en ‘Supervivientes 2024’
Uno de los escalones por los que ha pasado el deportista olímpico ha sido el de la oscuridad. En este escalón se ha derrumbado, ya que se trata de uno de los peores momentos de su vida. El waterpolista recordaba el momento en que las adicciones se apoderaron de él. Además, indicaba que se trataba de alcohol y otro tipo de sustancias, pasando de ser algo lúdico a convertirse en una adicción que acabó con todo lo que había soñado para su vida.
“El waterpolo me lo dio todo pero no lo supe gestionar. El consumo era esporádico, lúdico, no acarreaba ningún problema. Hasta que te das cuenta”, comenzaba explicando sobre ese momento en que era algo más grave. “Mi madre en el año 2003 se volvió a Barcelona y se vino a vivir conmigo a ayudarme, mi hermana también se vino”, comentaba sobre la ayuda de sus familiares que recibió en dicha etapa.
“Lo había perdido todo, mi capacidad de jugar, mi alegría, no era el mismo. No tenía capacidad de no pasar más de tres días que no fuera a consumir”, añadía. Justo en ese instante se ha emocionado por todos los recuerdos que le ha vuelto a su cabeza. “Me robó lo que mejor sabía hacer. Fui uno de los mejores del mundo y nunca lo decía”, confesaba sobre el destrozo que las drogas le provocaron en su carrera profesional.
No obstante, Pedro es consciente de todo lo que perdió por este problema. “Yo destrozándome la vida por las noches. Eso sí que no se lo voy a perdonar nunca a la droga. Convirtió mi vida en un verdadero infierno”, relataba totalmente compungido. Además, también quería acordarse de las personas que estaban a su lado y que sufrieron con él por esta causa. “Hice mucho daño a mucha gente. La madre de mi hija mayor había sufrido conmigo lo indecible, desapariciones...a mi familia, a mi madre, a mi padre”, revelaba.
Pedro García Aguado recuerda el momento en que juzgó a su madre en su infancia
El deportista olímpico no ha sido el único escalón donde se ha emocionado. En el de la infancia ha tenido varios momentos en los que ha tenido que parar unos segundos para tragar saliva y poder recomponerse. Comenzaba hablando de la separación de sus padres, un momento poco habitual en aquella época y que su madre llevó a cabo contra todo lo que se pudiera pensar que realizaría una mujer.
“Mi madre fue una mujer muy valiente porque se enfrentó a todo lo establecido, ella se fue de casa”, comenzaba explicando. “Yo a ella empecé a odiarla. Yo nunca los escuché discutir, no me daba cuenta porque era muy pequeño”, revelaba al recordar algunas anécdotas. “Decidieron que al parecer había una tercera persona, mi madre decidió irse y nosotros nos quedamos con mi padre y con mi abuelo”, contaba el superviviente.
No obstante, Pedro recordaba que la casa en la que él se quedó junto a su familia era de su madre, la cual ella decidió abandonar para que sus hijos pudieran vivir en ella. “Mi madre se fue de su propia casa”, decía. “En el colegio fue muy duro, me humillaron en el colegio”, confesaba tras rememorar algunos momentos en los que de pequeño era extraño que unos padres estuvieran separados.
“Con mi madre me arrepiento tanto de haberla juzgado tan duramente porque con esa edad no sabes discernir. Yo la rechacé porque fue valiente, aunque hizo mucho daño a mi padre”, contaba. “Se peleó con la familia. Tuve la oportunidad de que me perdonara ella”, recalcaba la importancia de ella, ya que él no tenía nada que perdonarle. “Estuvo a mi lado en mis momentos más difíciles, aunque yo la rechazara. Hay que ponerse en la situación de una madre. Ya me contó algunas cosas y le dije ‘mamá, no hace falta’, le pedí perdón por mi mal comportamiento y ella antes de irse me perdonó”, relataba sobre el perdón antes de su fallecimiento.