La audiencia tiene que tomar una importante decisión este jueves. En su mano está hacer a uno de los tres concursantes –Ruvens, Óscar o Juan– el merecido ganador del regreso de la versión de anónimos de ‘Gran Hermano’. No hay una respuesta fácil ni equivocada. Cada uno de ellos ha aportado su granito de arena a este reality show. Lo han hecho a su manera. Unos han dado mayor contenido que otros, pero todos se han ganado su sitio en la gran final que tendrá lugar en la gala de este jueves.
Desde Lecturas queremos exponer las razones que podrían llevar a los telespectadores a elegir a Ruvens como ganador de la edición de anónimos. Una de ellas podría ser que es un auténtico superviviente. Fue expulsado por la audiencia en el ecuador del concurso y aun así consiguió, semanas después, convertirse en el repescado. Se impuso a Lucía Rolek y Elsa Mateo con un 62% de los votos. Resurgió de las cenizas. Ha tenido una segunda oportunidad en la casa de Guadalix de la Sierra, una en la que ha podido ver cómo evolucionaba su relación con Óscar Landa, entre otras cosas.
Al igual que a Juan, a Ruvens también le ha costado mucho abrirse en ‘Gran Hermano’. Pero dejó a un lado sus miedos para sincerarse y abrirse en canal con la audiencia en ‘La curva de la vida’. El aspirante a cineasta confesó ser víctima de bullying en el colegio y de haber sufrido una decepción amorosa que le hizo "ser el grinch del amor". Puede que merezca una alegría después de tanto drama en su vida y un premio por hacer algo que le ha costado mucho.
Otra cosa que no se le puede negar a Ruvens es que es un auténtico estratega (con mayor o menor tino). Analizar cada edición de ‘Gran Hermano’ le ha servido para saber lo que tiene que hacer en cada momento. Durante los juicios clásicos del reality show no fue finalmente condenado por esta misma afirmación con un 58% de los votos. Lo cierto es que, aunque no fue juzgado, han sido muchas las veces en las que se le ha visto el plumero.
Aun así, no hay duda de que lo ha intentado y no tiene límites ni escrúpulos a la hora de dirigir su concurso. Solo hay que ver una de sus primeras acciones. En los primeros días de convivencia en la casa de Guadalix de la Sierra se formó su propio grupo en un intento de evitar salir nominado. No le servió de mucho. Ha hecho su papel y su participación ha condicionado buena parte del devenir del concurso, algo valioso en estos tiempos para muchos telespectadores. A diferencia de Juan, por ejemplo, ha dado mucho juego, y eso es de premiar.
Otra de las razones es que Rubens ha evolucionado en el concurso. Fue un déspota las primeras semanas pero, con el transcurso de los días, supo reconducir su comportamiento. Y, aunque continúa siendo un ‘villano’, es más que evidente su cambio. También porque no ha sido egoísta y ha hecho que Óscar brille más como concursante.
No hay que olvidarse además de que ha sido uno de los concursantes que más minutos ha copado en los resúmenes de 'Gran Hermano' y en las galas. Ruvens no ha sido sinónimo de aburrimiento y ha sabido hacer reír a los telespectadores. Eso es un plus para la mayoría, que busca olvidarse de sus problemas del día a día para troncharse con lo mundano.
Además, en el caso de ser el elegido, la audiencia cumpliría con uno de sus sueños. Siempre quiso convertirse en director de cine y entrar en la casa de Guadalix de la Sierra. El segundo lo ha conseguido, pero qué mejor forma de coronar este anhelo de su vida que proclamarlo vencedor.