Poco queda de aquella Mónica Naranjo (50 años) con pelo a mechones de dos colores que trataba de hacerse un hueco en la industria en los años 90. La de Figueras, Gerona, se sienta este lunes en el plató de 'El Hormiguero' para celebrar sus tres décadas de carrera y contar todos los detalles de su gira ‘Greatest Hits Tour’.
Todo empezó cuando tenía apenas tenía 16 años. Fue entonces cuando conoció a Cristóbal Sánsano, el que se convertiría en su productor musical y en su primer marido. Sus primeros intentos no tuvieron una buena acogida, así que, con gran valentía, decidió hacer las maletas un año después para irse a probar suerte a México.
Tenía grandes aptitudes para conseguir sus metas: un potente chorro de voz y la formación que obtuvo en una escuela especializada en canto a la que le apuntó su madre muy jovencita. Al poco tiempo, llegó aquel primer disco, de nombre homónimo, con el que empezó a darse a conocer en el país al que se lo debe todo. "Yo artísticamente nací en México. La discográfica entendió el proyecto y el país fue muy generoso conmigo. Me abrieron el corazón. Me perdonaron, la falta de experiencia, la juventud, la osadía", dijo años más tarde en una rueda de prensa.
Tres años después, con el álbum ‘Palabra de mujer’, se resarció con el público español. Arrasó con éxitos como ‘Desátame’, ‘Pantera en libertad’ o ‘Ámame o déjame’. Regresó como invitada del programa ‘Sorpresa, sorpresa’ de Isabel Gemio. Fue su primer escenario nacional. Conquistó a todo el mundo con su imponente torrente de voz, sumado a esas dramáticas puestas en escena y sus pegadizas letras sobre desamores que se convirtieron en verdaderos lemas. Eso y con sus duetos con Rocío Jurado, Raphael, Luciano Pavaroti, Gloria Trevi o Enrique Bunbury.
El ritual de Mónica Naranjo antes de subirse a un escenario
Aún siente nervios cuando se sube al escenario. "Te conviertes en un flan, en una gelatina. Ah, y aparte impertinente, porque cuando una persona está a punto de enfrentarse a una gran responsabilidad no quiere ni que le hablen. Yo automáticamente me coloco los cascos y me preparo para lo que viene”, dijo en una entrevista reciente en ‘¡Hola!’.
Siente un profundo respeto por su público, el mismo que la ha hecho cambiar de idea sobre eso de jubilarse: "Bueno, yo vengo diciendo ya hace tiempo que ya tengo un pie fuera de la industria. Yo tenía hace muchos años la expectativa de estar a full con el trabajo hasta que llegara a los 50 años. Los 50 llegaron el año pasado, ahora no me desvincularía del todo, porque sigo siendo joven y sigo siendo muy inquieta, pero sí bajaría el ritmo un 80%", confesaba.
Gtres
Eso no significa que no haya tenido sinsabores. Los ha tenido y muchos. "A lo largo de mi carrera, la frase que más me han dicho en estos 25 años es que me iba a dar una hostia y no me la he dado. Al final, uno tiene que ser fiel a su instinto y sobre todo a su persona", contaba en una entrevista con ABC hace ya algunos años.
Necesitó en varias ocasiones alejarse de la música por largas temporadas. Una de ellas le duró siete años: "Estaba cansada de luchar contra una industria que la encontraba bastante deshumanizada. Ni avisé. Cogí mi macuto y me refugié en un pequeño pueblecito de Italia, en casa de una amiga, y estuve un montón de tiempo aprendiendo a vivir y encontrándome a mí misma", admitió sobre una de sus ausencias.
Las otras facetas profesionales de Mónica Naranjo
La de cantante no es la única faceta de Mónica Naranjo. Es también compositora, productora musical, empresaria y presentadora de televisión. Su salto a la pequeña pantalla se produjo en 2011 como jurado de ‘Tu cara me suena’. Se ha puesto al frente de programas como ‘Mónica y el sexo’ y ‘Amor con fianza’ (Netflix), incluso presentó la primera edición de 'La isla de las tentaciones', formato que mantiene una de sus canciones como sonido inicial.
La lista de formatos en los que ha trabaja es larga. También ha participado en ‘Pequeños Gigantes’, ‘El número 1’, ‘Operación Triunfo’, ‘¡A bailar!’ y ‘Mask Singer’, entre otros. La última vez que la vimos en la pequeña pantalla, ha sido como conductora de Benidorm Fest.
La tragedia que marcó su vida
En lo personal, Mónica Naranjo también ha sido una auténtica luchadora. Ha tenido que superar muchas adversidades. La más amarga, cuando su hermano Enrique se suicidó cuando tenía 29 años. "Mi hermano, pobrecito, no estaba preparado para este tipo de vida. La vida le superó. Y hay que aceptarlo. Todos hemos tenido que aceptarlo". Le costó retomar su vida. A su lado estaba el que fue el amor de su vida, Óscar Tarruella, un mosso d' esquadra al que conoció después de un robo en su casa. Su historia es digna de una comedia romántica.
Estuvieron juntos 15 años hasta que en julio de 2018 anunciaron su ruptura con versiones muy distintas. El agente llegó a confesar que sintió miedo a su lado. Ella, en cambio, solo ha tenido buenas palabras hacia su expareja. Como las que pronunció en 2019: "Cada uno tiene una forma diferente de afrontar el dolor y hay que respetarlo. Yo soy más distante, siempre he sido una persona que he controlado mucho mis sentimientos y soy más de llevarlo en mi soledad interna. Pero le agradezco todo lo bonito y todo lo que he aprendido".
Fruto de esa relación, Mónica Naranjo adoptó al hijo de su expareja, Aitor, al que siempre se ha referido como su hijo. "Mi hijo es un amor y mi hijo se preocupa por la mamá. No le importa un pito la artista. Mi hijo pasa. Quiere a su madre", decía en esa entrevista, reconociendo que el joven no escucha sus canciones: "Me gustaría decirte que sí que hay un fan que tiene 22 años y que es un sinvergüenza, que es mi hijo, pero desgraciadamente no le gusto. Al final los hijos de los artistas escuchan lo que no tienen en casa".
Le costó superar esta ruptura, pero volvió a ilusionarse en 2019. Inició una discreta relación con el nadador, escritor y gurú espiritual Lain García. Se dieron el 'sí, quiero' en 2024 en una ceremonia que mantuvieron en secreto y de la que no se supo nada hasta seis meses después. Fue la tercera boda de la cantante.