Cada gala de ‘Gran Hermano’ es una sorpresa. Suele haber momentos de tensión o encontronazos debido a las desavenencias propias de la convivencia en la casa de Guadalix de la Sierra, pero las risas nunca faltan. Este domingo en el plató no han faltado de estas últimas gracias a un gesto de Adara Molinero (31 años). La televisiva se ha convertido en protagonista involuntaria de la noche cuando, de forma natural, se ha dispuesto a estornudar. El problema llegó más tarde.
Después de toser y sacarse un pañuelo para sonarse, Adara ha vivido un momento ‘Tierra trágame’ del que se percató Ion Aramendi (47 años). O al menos de que algo le pasaba. "¿Estás bien Adara?", le ha preguntado el presentador de Telecinco. Marta Peñate, que se encontraba sentada al lado de la hija de Elena Rodríguez, ha querido darle un toque de humor sin saber qué le pasaba. "Estás llorando porque Ainara (Violeta) se ha besado y tú no".
Viendo que no contestaba, el conductor del reality show ha insistido con su pregunta: "¿Está todo bien o tienes un moquito?". No estaba tan desencaminado con su apreciación. Adara Molinero no podía dejar de reír tras sus palabras. "Me estoy girando por la vergüenza...", ha dicho la concursante de 'Supervivientes' y 'Gran Hermano’.
Ha sido entonces cuando Marta Peñate le echaba un cable. "Levanta la cabeza a ver... No tienes moco", ha afirmado con rotundidad mientras que Adara seguía riéndose sin poder aguantar. "¡Atención, no hay moco! ¡Vamos!", ha añadido Ion Aramendi mientras que Adara, Marta y el público han dicho después al unísono: "¡No hay moco!".
El apasionado (y primer) beso de Edi y Violeta
Todo ello se vivió en una gala donde fue protagonista el desamor. Laura, la hija de María José Galera, ha empezado a sentir mariposas por Manu Vulcán, pero no es correspondida. El gaditano está entusiasmado con casi todas las chicas de la casa de Guadalix de la Sierra, menos con ella, como así se lo dijo hace unos días en la fiesta que celebraron los concursantes.
Todo comenzó cuando vio cómo le regalaba una magdalena a Elsa. Viendo la mala cara, Manu se decidió a hablar con ella. "Me parece surrealista que por una magdalena...", le dijo el joven. "Ya está, ya tengo claras muchas cosas. Para ti ella es la más dulce, para mí lo eres tú. Ya está. Yo sé que tú me miras como lo que somos, amigos. ¿Qué quieres que te haga saber, Manu? Es que parece que te has caído mil veces, mi alma. Tú me ves como una amiga. Yo a ti no. Esa es la diferencia. ¿Lo pillas o te lo digo más claro? Para mí es difícil, si lo entiendes bien, sino, lo siento", le respondía ella.
"¿Para qué quieres saberlo, va a cambiar algo? Si vamos a seguir igual... ¿Qué te tengo que decir 'me gustas' para que lo sepas? Es de primero de primaria... Yo no sé si es porque eres tío, estás empajillado o eres de Cádiz, pero yo creo que lo ve todo el mundo y toda España", añadía.
Estas palabras que no sentaron nada bien a Vulcán y mucho menos después de que ella le dijese que estaba "empajillado": "Ya no tengo ganas de conocerla fuera. He visto comportamientos que no me gustan. Mañana le voy a decir que el trato cercano ya no, que educación y ya. Me está cortando las relaciones con todas las chicas de la casa. Nerea no se me acerca por ella, con Elsa igual, Maica ya no porque está con Adri y la nueva como me acerque lo mismo. A mí con esos rollos no".
Otros idilios, sin embargo, han ido a mejor puerto. Edi y Violeta pusieron el toque picante a la noche al darse un beso en el interior del jacuzzi. Pero, en su caso, no es oro todo lo que reluce. El joven le confesó a su compañero Ruvens que sentía más química con otra compañera: Elsa. Tiene muy claro sus sentimientos hacia Violeta que son cero y que en el caso de que se confunda hablará con ella. "No confío en ella porque, a veces, tengo la sensación de que está vacilándome", dijo.