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ería justo reconocerle a la organización de ‘Supervivientes’ la acertada elección de los concursantes de esta vigente edición. Quitando el traspiés de salud de Carmen Borrego y Zayra Gutiérrez, el resto de rostros conocidos del reality show más extremo de Telecinco están protagonizando tramas que han enganchado a los fieles seguidores del formato. Una huida con búsqueda de las Fuerzas Armadas hondureñas incluida, pruebas de infarto donde se han dejado la piel (superando el récord de la 'Noria infernal'), infinidad de broncas entre ellos, el veto a Arantxa del Sol y hasta un triángulo amoroso.
Los besos en la comisura de la boca que Gorka Ibarguren le dio a Marieta tras las cámaras de ‘Supervivientes 2024’ han dado mucho de qué hablar, teniendo en cuenta que el concursante mantiene una relación estable con la fotógrafa Andrea Morate. De ahí que la visita de su novia a Honduras fuese de las cosas más esperadas. Este martes se produjo el reencuentro después de 80 días sin verse.
Había dudas de cómo le habrían sentado a su pareja estos besos, pero después de abrazarse apasionadamente, Andrea le aseguró que todo estaba bien. Eso no significa que la tensión no se palpase en el ambiente cuando ambos llegaron a Playa Corinto. Iban a pasar la noche con el resto de compañeros, incluyendo a la tercera en discordia. Arkano y Torres fueron de los primeros en recibirla y, poco después, el resto de los concursantes de 'Supervivientes 2024' se puso en fila para saludarla. Al final de la fila, Kiko, Marieta y Miri.
En un gesto de entereza, Andrea Morate saludó a Marieta. PArece que no fue un trago fácil para la novia de Gorka. Ante tal expectación, Carlos Sobera no pudo evitar hacerle la pregunta más ansiada: "Andrea, ¿qué te ha parecido conocer a Miri y a Marieta?". Sin dar más explicaciones, la fotógrafa contestó con un simple "bien". Kiko Jiménez, que fue quien sacó a la luz el acercamiento de Marieta y Gorka, dijo: "Si ella no tiene preguntas, yo menos respuestas".
Fue el momento en el que intervino Gorka terminando el encuentro con un "no hay nada que esconder" y "esto está zanjado". Al menos por el momento. Todavía habrá que esperar para conocer qué les ha deparado la noche en Honduras a la pareja.
Así ha sido el reencuentro de Gorka Ibarguren y su novia, Andrea, en ‘Supervivientes’
Lo que sí se pudo ver es el mágico momento en que la pareja se fundió en un sentido abrazo después de 80 días separados. La organización del programa le sorprendió, este martes, en 'Tierra de nadie', con la visita de su novia. No se lo esperaba. Después de nadar un kilómetro por las aguas de Honduras, que estaban embravecidas, tuvo que elegir entre comerse una tortilla de patatas o leer una carta que le habían escrito sus familiares. Pese al hambre y a sus deseos de catar esa delicia, optó por la segunda opción. "Llevo toda la aventura queriendo comer esto, pero me voy a quedar con la cartita", decía.
Después de leer la misiva, Gorka Ibarguren se quedaba intranquilo al ver los firmantes de la misma. Faltaba el nombre de su novia. Lo que le hacía pensar que quizá las cosas no estarían bien con ella después de la polémica con Marieta. Nada más lejos de la realidad. Andrea se encontraba escondida en un cofre que, poco después, abrió ante la sorpresa del concursante al verla. Fue muy emotivo verles besarse y abrazarse.
“¿Está todo bien?”, le preguntó él a la espera de que no le hubiese sentado mal lo sucedido. Después de que ella le confirmase que sí, Gorka se confesó: “Nunca he dudado de todo lo que quiero a Andrea, ni por un segundo”. Fuera de cámaras vivieron un momento muy romántico cuando él le dijo que tenía muy claro que es todo lo que quiere en su presente y en su futuro, como así aseguró ya en directo cuando volvieron a conectar con el plató.
“Le he dicho que tengo más claro que nunca que en un futuro quiero casarme con ella”, contó el concursante. “¿De qué me estás hablando? ¿Un mes? ¿Un año? ¿Diez?”, le preguntó el presentador. “¿Tú qué quieres, que se lo pida aquí en directo?”, dijo Gorka. Ante la cara de desconcierto de su novia, el robinson optó por limitarse a decir lo siguiente: “Lo voy a hacer cuando la ocasión lo merezca, de verdad. No lo puedo hacer a bote pronto”.