Hay citas de ‘First Dates’ que enternecen el corazón solo con verlas a través de la pantalla de la televisión. Otras, da lástima que no se escojan en la decisión final. Y hay unas pocas que son tan divertidas que uno no puede parar de reír. Es el caso de la emitida este miércoles en el dating show. María Luisa (64 años) es una artista jubilada de Madrid que no necesita de los halagos de una abuela. Se considera "súper sexy y con unas piernas y escote de infarto", además de otras muchas virtudes.
Ha llegado al restaurante de 'First Dates' en busca de un hombre que haga las mil cosas al día que hace ella (sevillanas, canto, inglés, baile…) y, sobre todo, que la acompañe a bailar los viernes por la noche. "Necesito a alguien que esté a tope. Soy muy fuerte en la cama y me gusta disfrutar y que la otra persona disfrute conmigo", ha añadido a las cámaras de ‘First Dates’.
Lleva una vida volcada en el espectáculo: "Me he dedicado durante cincuenta años. Llegué a ser primera vedette de revista y maquetista. Luego me conoció un mago y me dijo que me hiciese ilusionista y ya ahí lo hice porque tuve mi primer hijo y ya estaba un poco gordita y para vedette, pues no", le ha contado a Carlos Sobera (64 años).
Nada más ver a Miguel Ángel (61 años) se ha dado cuenta de que no era su hombre. El funcionario de Torrejón de Ardoz, Madrid, comparte su misma pasión por la música, pero un estilo muy diferente al suyo. Fue Dj y no escucha otro género. Algo tímido porque llevaba 30 años casado y, en sus palabras, "ya no es lo mismo que antes". Se ha presentado a su cita para después trasladarse a la mesa.
De primeras, María Luisa, más conocida como Luisita Zafra por su nombre artístico, se ha mostrado muy cortante con Miguel Ángel. "¿Qué te gusta?", le ha preguntado a la vez que el funcionario le ha respondido que la música e ir de conciertos. "¿Solo eso?", le ha espetado con cierta ironía y con cara de asco. "Le veo un poquito parado", ah confesado ella a las cámaras de ‘First Dates’.
Ha sido entonces cuando María Luisa ha decidido soltarle una retahíla de rostros conocidos con los que ha trabajado, sin que Miguel Ángel conociese a ninguno. Parecía que se estuviera vendiendo más que otra cosa por si le saliese alguna oportunidad laboral. También cuando ha decidido cantar en el restaurante de ‘First Dates’. Una actuación que no ha gustado en absoluto a su cita, aunque ha mentido como un bellaco: "Como se nota la vena artística". Se lo ha creído. Incluso ha asegurado que le ha visto emocionado y con una cara de admiración.
Ante esto, María Luisa se ha puesto a decirle lo contenta que estaba de conocerle y lo bien que le había caído. ¡Viva la falsedad! "A mí también me caes bien porque te veo una persona tranquila. Tú eres fantástico", le ha confesado mientras que por detrás, a las cámaras de ‘First Dates’, ha dicho lo contrario. "No lo veo. Es una persona pasiva y tendría que poner toda la carne en el asador". No está dispuesta porque ella es una mujer muy temperamental. "Si te preparo una paella, te vas a chupar los dedos. Si te tengo que poner una cremallera, te la voy a coser de maravilla. Y en el amor, en la cama soy la hostia", le ha espetado después ante la incrédula mirada de Miguel Ángel que ha pesado eso de ‘dime de qué presumes y te diré de qué careces’.
Ha sido una cita con zascas tras zascas. Ninguno de los dos se ha mostrado lo más mínimamente ilusionado. "No tendría una segunda cita contigo como pareja porque he sentido que estamos un poco lejos a nivel de gustos. No me veo contigo bailando pasodoble ni yo a ti te veo en una noche techno conmigo a la cuatro de la mañana. Me gustan las personas más delgadas, jóvenes y juveniles", ha dicho el funcionario en la decisión final sin contarse lo más mínimo.
La respuesta de María Luisa no se ha quedado atrás: "Estoy contigo en que no somos iguales. Primero porque yo a las cuatro de la mañana techno, para nada. Segundo, a mí me gusta otro tipo de hombre y tampoco he sentido ni mariposas ni nada. No te veo mucho carácter". "Si saco mi lado Leo…", le ha amenazado él al final mientras que ella se ha mofado.