Ha pasado demasiado tiempo desde ese mayo de 2019, cuando HBO estrenaba el último capítulo de ‘Juego de Tronos’. Sin embargo, y movimos por el éxito que rodeó al universo creado por George R. R. Martin, la plataforma decidió trabajar en otras de las muchas tramas que se escondían en ‘Canción de Hielo y Fuego’. Hoy, lunes 22 de agosto, volvemos a visitar ese mundo lleno de dragones, alianzas, conspiraciones y mucha sangre, uno en el que todavía no hay caminantes blancos, pero sí una profecía que ya avisa de que el invierno se acerca. Sin embargo, esta vez con ‘La casa del dragón’ nos situamos 200 años antes de los acontecimientos que hemos visto en la pequeña pantalla. Analizamos lo ocurrido en el primer capítulo, haciendo especial hincapié en una presentación que podría ser (y es) el inicio de una nueva era, mientras esperamos una nueva reacción de la abuela de dragones.
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Aún faltan 172 años para que nazca Daenerys Targaryen, la carismática y polémica reina que interpretó Emilia Clarke. Pese a eso, la situación que vive Poniente es muy similar. Todos quieren sentarse en el Trono de Hierro y no dudarán en traicionar a sus allegados si eso les acerca un poco más a este codiciado trono. Sin embargo, solo hay una casa implicada en estos tejemanejes. ‘La casa del dragón’ presenta a una familia Targaryen reforzada, acompañada de dragones. “Sin ellos somos igual que el resto”, apunta Rhaenyra, hija del rey Viserys I e interpretada por Milly Alcock. Los Targaryen se antojan indestructibles. La única manera de dinamitar esta dinastía es desde dentro y eso es lo que este spin off quiere contarnos, algo que ya nos relató George R. R. Martin en ‘Fuego y sangre’.
Matt Smith interpreta a Daemon Targaryen
El rey Viserys (Paddy Considine) tiene una única preocupación: engendrar un heredero varón. Al inicio de ‘La casa del dragón’ tiene una hija que, por lo que bien podría ser la versión de Westeros de la ley sálica, no podrá heredar el trono. No es ni siquiera una opción para su padre, quien eligió en su lugar a su propio hermano, el polémico y despiadado Daemon, el jefe de la Guardia de la Ciudad interpretado por Matt Smith. Puede que esta decisión estuviera apoyada en la esperanza del rey de tener un hijo, uno muy buscado junto a su mujer, la reina Aemma (Sian Brooke), y el mismo que provocaría la muerte de esta: “A veces los padres tienen que tomar una difícil decisión”. Una que si no, tomarán los dioses; la madre o el bebé. Esta es, sin duda, la escena más cruenta de la recién estrenada ficción de HBO Max, más que muchas de las que ya vimos en ‘Juego de Tronos’. Viserys, abatido por la muerte de su mujer y de su varón recién nacido (quien no sobrevivió a las horas posteriores al parto) y decepcionado por los comentarios que su hermano hizo en una noche de desenfreno (llamando al pequeño “el heredero por un día”), cambia de idea.
‘La casa del dragón’ solo necesita unos 60 minutos de metraje para poder Poniente patas arriba. Como si de Fernando VII se tratara, Viserys I nombra a Rhaenyra como heredera y destrona a su hermano lejos del Trono de Hierro. Es decir, el spin off de ‘Juego de Tronos’ recupera algunas de las señas de identidad que hicieron que la ficción se convirtiera en un éxito de masas; sin embargo, es capaz de tomar la distancia suficiente para no transformarse en una simple copia con distintos personajes. La elección del reparto (y los 200 millones de dólares de presupuesto) también ayuda en esta tarea.
Ahora solo queda esperar a que el tiempo, y los capítulos, avance para demostrar si ‘La casa del dragón’ es una repetición de factores de éxito, con Rhaenyra en el lugar de Daenerys Targaryen, o si por el contrario la ficción es capaz de encontrar su propio tono. Lo que es cierto es que en un solo capítulo de poco más de una hora de duración, la ficción presenta a un elenco con el que podríamos no echar de menos a los personajes anteriores y con el carisma suficiente para tener puntos en común con estos sin llegar a ser una copia. A fin de cuentas, todos ellos quieren lo mismo: acercarse al Trono de Hierro y sobrevivir en el intento.