Karlos Arguiñano visita 'El Hormiguero': de sus negocios más allá de los fogones al drama familiar que sufrió

Karlos Arguiñano se sienta en el plató de Pablo Motos para presentar su nuevo libro, '545 recetas para triunfar. Fáciles de hacer y ricas de comer'

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Karlos Arguiñano
Gtres

Karlos Arguiñano (75 años) está presente en las mesas de los españoles desde que en 1992 trasladó sus fogones a un plató de la televisión nacional de la mano de Televisión Española. Sus recetas inspiran ahora, cada mediodía en Antena 3, a millones de personas. Tanto a niños como adultos, más o menos duchos en la cocina. Su éxito no solo radica en sus infinitas propuestas, sino porque el humor es el ingrediente más importante. Este jueves presenta en ‘El Hormiguero’ su nuevo libro, '545 recetas para triunfar. Fáciles de hacer y ricas de comer', que ya está triunfando en las librerías.

El mayor de los cuatro hijos (Loinaz, María José y Eva) de Jesús Arguiñano Arzoz, taxista de profesión, y de Pepi Urkiola Beloqui, modista, demostró a muy temprana edad sus dotes en los fogones. Con tan solo siete años ya ayudaba en casa a su progenitora. Trabajó como chapista en una fábrica de trenes antes de darse cuenta que eso no era lo suyo. Fue entonces cuando decidió apuntarse a clases de cocina, con 16 años, en su municipio de nacimiento, Beasáin (Guipúzcoa). Después siguió formándose en la Escuela de Hostelería del Hotel Euromar, en la localidad de Zarauz.

Se inició ejerciendo labores en la cocina de los hoteles Londres y María Cristina, situados en San Sebastián. Hasta que llegó a convertirse en director de las cocinas del Real Golf Club. No tardó en formar parte del grupo de chefs que creó la denominada Nueva Cocina Vasca junto a otros referentes como Juan Mari Arzak, entre otros. En 1979 dio el salto y cumplió su sueño de abrir su primer restaurante en Zarauz, en un castillo, que acabó convirtiendo en un hotel. Durante seis años fue estrella Michelin.

Su paso frente a las cámaras llegó de la mano de la televisión vasca con el programa ‘Hamalau Euskal Sukaldari’, en 1989. El salto a la nacional, con TVE en 1992. Su trabajo en ‘El menú de cada día’ le valió el TP de Oro como Personaje del Año de la revista Teleprograma y el Premio Ondas en la categoría de Programas Nacionales de Televisión. En los años posteriores, trabajó a caballo entre Argentina y España. Se pasó a Telecinco para después regresar a TVE y en 2010 debutó en Antena 3, la cadena en la que lleva más de una década.

Se ha consolidado como un referente televisivo gracias a ese carácter campechano y espontáneo con el que se ha ganado al público. Chistes, bromas y opiniones, más o menos controvertidas, son habituales entre cocción y cocción. Como las declaraciones que ofreció sobre los nuevos talents culinarios, haciendo una clara alusión (sin mencionarlos) a ‘MasterChef’ o ‘Bake Off'.

No considera que sean espacios de cocina al uso. Cree que están más cerca de ser un concurso. Tuvo la oportunidad de formar parte de alguno y se ha negado en reiteradas ocasiones. "Me han ofrecido hacer todos esos programas y yo no he querido hacer ninguno. No son programas de cocina. Son realities de cocina", dijo en una ocasión. "Ahí se busca más la lágrima, el llanto, el que te robo esto, te estorbo, no te dejo... y la cocina es compañerismo. Si vamos a hacer entre tú y yo una sopa de pescado y unas albóndigas, lo normal es que nos apoyemos para que salgan las dos cosas cojonudas porque luego se los metes por la boca a la gente", comentaba el presentador de ‘Cocina Abierta’ (Antena 3) a la vez que aseguró que en esos programas no ha aprendido nadie a cocinar.

Los negocios de Arguiñano más allá de los fogones

Karlos Arguiñano ha amasado una buena fortuna con su sudor. Aunque ha tenido en más de una ocasión problemas económicos, el chef cuenta en la actualidad con una gran solvencia. Fuera de los fogones es propietario de varios negocios muy rentables, que se estiman que generan unos ingresos de seis millones de euros al año, al menos en las últimas cuentas publicadas que datan de 2021.

Cuenta con un hotel-restaurante en Guipúzcoa, una escuela de hostelería y es propietario de la bodega K5. Todos estos negocios operan a través de una única empresa, Karlos Arguiñano Promociones SL. También es propietario de Irusta Gain SL, una sociedad que fundó en 1997 debido a su creciente éxito. En sus orígenes estaba dedicada al sector inmobiliario, pero en la actualidad se ha reconvertido en una agencia de publicidad que gestiona su imagen. Cuenta además con su propia productora Bainet Media, con la que gestiona la venta de libros y el resto de productos que llevan la marca de Karlos Arguiñano.

Entre 2011 y 2017 también tuvo su propia escudería, Arguiñano & Ginés Racing Team (AGR Team), con presencia en Moto2 y Moto3. Por falta de solvencia tuvo que decir adiós a este sueño. 

El drama familiar de Karlos Arguiñano

Karlos Arguiñano está casado con Luisi Ameztoy, ‘la capitana’, como la llaman en casa. Precisamente este año celebran las bodas de oro. Es la piedra angular de la familia que han conformado junto a sus siete hijos: Eneko (1975), Zigor (1977), Karlos (1983), Martín (1984), Joseba (1985), Amaia Arguiñano Ameztoy (1987) y María Torres (1976). Además, cuentan con trece nietos. Todos sus vástagos le ayudan en los negocios familiares a excepción de Karlos, que se dedica al sector del cine.

Aunque parezca imposible, la familia al completo tiene una buena relación pese a trabajar junta. "Mantenemos el buen clima laboral en la familia porque siempre hicimos cosas en grupo, en la casa y en el trabajo. No somos de discutir. Nos llevamos muy bien. A ninguno nos gustan las peleas y solemos estar muy de acuerdo en la mayoría de las cosas importantes", contó en una entrevista en ‘Check in news’.

No todo ha sido bueno en la vida de esta familia. El matrimonio Arguiñano perdió a dos de sus hijos: "Los dos primeros se nos murieron, con siete meses se nos murieron los dos niños. Siete meses y nacieron muertos. Y mi mujer lloraba y lloraba, con razón, claro. Y yo animándola: ‘Tranquila, que tienes un pedazo marido, esto lo vamos a volver a intentar las veces que haga falta’. Y luego vinieron otros seis, y una que tengo adoptada, ya somos siete. Todos emparejados, todos con hijos menos mi hija, que tiene pareja pero no tienen niños... y ahora me toca aprenderme los nombres", confesaba Arguiñano en una entrevista anterior en ‘El Hormiguero’ sobre estas dos tristes tragedias de su vida.