Jordi Roca revela en ‘Martínez y Hermanos’ la extraña enfermedad que hizo que perdiese la voz durante años

Jordi Roca tuvo que aprender a hablar de nuevo tras ser diagnosticado de distonía cervical en 2016 y perder su voz

Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Actualizado a 7 de mayo de 2024, 07:09

Gtres
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ordi Roca (46 años) creció entre utensilios de cocina. Aunque se formó académicamente en la Escuela de Hostelería de Girona, donde ahora ejerce como profesor, sus primeros pasos en la cocina los dio en Can Roca. En el bar de barrio de sus padres, que fundaron en 1967 y aún sigue abierto al público, aprendió a freír su primer huevo o a cortar unas patatas. Sabía a lo que se quería dedicar, pero nunca imaginó que llegaría a ser, junto a sus dos hermanos Josep y Joan, el dueño de uno de los mejores restaurantes del mundo: El Celler de Can Roca. Mucho menos que él acabaría ostentando el título de mejor pastelero del mundo.

Esta dedicación como "postrero", como a él le gusta decir, no fue amor a primera vista. La culpa la tiene Damián Allsop, un talentoso pastelero galés que servía los dulces en su local a finales de los años noventa. Como pasa en muchos casos, el maestro dejó paso al aprendiz, que reinventó la carta con creaciones innovadoras que le han llevado a lo más alto de la cocina. De todo ello, habla este lunes en ‘Martínez y Hermanos’ (Cuatro, 22:50 horas), acompañado por la cantante Rozalen y la actriz Malena Arterio.

Distonía cervical, la enfermedad que ha dejado sin voz a Jordi Roca

Su auge profesional de los últimos años contrasta con el difícil bache al que ha tenido que enfrentarse en lo personal. Hace casi una década que los médicos le diagnosticaron distonía cervical, una rara enfermedad neurológica que afecta a la tonicidad de la musculatura y que, en su caso, le cogió con más fuerza en la zona del cuello y en el habla. Llegó incluso a perder la voz.

En la primavera de 2016, se quedó totalmente afónico. Había tenido algunos avisos antes cuando se le agarrotó el cuello, pero nada como ese momento. "He visto a 15 médicos con diagnósticos y puntos de vista diferentes. Había tenido tortícolis y aquello era diferente. Me asusté. La cabeza hacía cosas que no le había ordenado", contaba a ‘El Periódico’. No sabía lo que le pasaba.

Fue a mediados del pasado año cuando el propio cocinero, tras mucho tiempo de recuperación, anunciaba emocionado que había recuperado la voz. "Se me ha quedado voz de locutor de radio de las dos de la mañana. No sabéis la alegría que tengo de poder hacer este vídeo", decía a través de su cuenta de Instagram. No era algo que esperase, ya que como él mismo contó, fue de repente. Aunque ya recuperado, eso no significa que esté curado del todo: "Puede ser que mañana no tenga la misma voz. La voz se me cansa, no puedo estar hablando todo el rato y sigo haciendo ejercicios. Sobre todo, hablo poco a poco, con calma".

Los Roca, más que un negocio familiar

Con las ganas de seguir comiéndose el mundo a bocados después de su recuperación, Jordi Roca acaba de anunciar que abrirá, junto a sus dos hermanos, un nuevo restaurante. Esperit Roca es el nombre que han escogido para su local, situado en la antigua fortaleza militar Castell de Sant Julià de Ramis. Todo apunta a que colgarán el cartel de lleno seguramente el mismo día de su apertura el próximo 16 de mayo.

Este se suma al restaurante de parada obligatoria en Gerona con el que empezaron su aventura culinaria: El Celler de Can Roca. Desde 1986, año de su nacimiento, han hecho de este uno de los mejores del mundo gracias al buen hacer de los hermanos Roca y la ayuda inestimable de las nuevas generaciones. Marc Roca, de 26 años, hijo de Joan, y Martí Roca, hijo de Josep, también trabajan en el legado familiar.

Además de su buque insignia, la familia cuenta con otros negocios exitosos. Jordi Roca tiene a medias con su mujer, Alejandra Riva, la heladería y confitería Rocambolesc. Se trata de una "ventana a pie de calle desde el mundo dulce de El Celler de Can Roca". En ella, se puede degustar todo tipo de postres. Junto a la esposa de Joan, Anna Payet, fundó Casa Cacao, un mix entre hotel y delivery. Por su parte, la mujer de Josep Roca, Encarna Tirado, creó Mas Marroch, donde se pueden hacer eventos privados y probar las delicias de los hermanos.

Cuentan además con Normal, su apuesta más informal donde versionan comida casera; y con La Masia (I+R), en la que hacen sus creaciones más innovadoras para después llevarlas a la mesa de El Celler de Can Roca.

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