El pasado domingo Almácor sufría una aparatosa caída en pleno directo de ‘Supervivientes 2025’ durante la realización de una prueba. Ello provocaba que tuviera que ser evacuado por el equipo médico de manera inmediata para poder realizarle las pruebas pertinentes y comprobar si podía incorporarse con sus compañeros a la aventura. Sin embargo, se confirmaron los peores presagios y tuvo que coger su saco para regresar a nuestro país abandonando por cuestiones médicas el reality.
“El pasado domingo Almácor sufrió un traumatismo en el brazo que obligó al equipo médico a inmovilizarle el hombro. En las pruebas efectuadas se confirma la presencia de una lesión que implica el uso de un inmovilizador de hombro durante cuatro semanas y además posterior rehabilitación”, expresó Carlos Sobera mientras el cantante comenzaba a llorar por tener que poner fin a su aventura.
El espejo de Almácor
Como viene siendo habitual, cuando un concursante abandona el reality, sea por los motivos que sean, tiene la posibilidad de vivir tres momentos inolvidables. El primero de ellos es el de verse delante del espejo, ya que durante más de un mes no han podido hacerlo y, como consecuencia, no han apreciado el cambio físico que su cuerpo ha sufrido tras hacer frente a tantas penurias.
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El cantante ha podido irse viendo en este momento tan especial para los supervivientes. La tela que cubría el espejo se iba levantando para que el alicantino pudiera ver primero sus piernas y así hasta llegar a su cabeza. “¿Y estas piernas?”, consultaba totalmente asombrado. “Estoy en los huesos. No tengo barriga, me salen abdominales. La mujer va a estar gozando. Operación trikini. Me río y se marca todo, mira”, expresaba totalmente extrañado.
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En el momento en que ha llegado a la zona superior de su cuerpo su reacción ha sido de lo más divertida. “¿Y este rubio que me ha quedado? Que parezco Justin Bieber”, relataba entre risas el cantante. Además, manifestaba que sus padres no iban a poder reconocerlo cuando regrese a casa y que su novia le había dicho que estaba guapísimo, preocupándose por si luego su aspecto físico vuelve a cambiar. Evidentemente lo ha dicho en tono bromista.
La excepción con el cantante
El segundo momento especial del que suelen disfrutar los concursantes al ser expulsados o abandonar es el de la ducha. Durante estas semanas no han podido disfrutar de este privilegio tan cotidiano para cualquiera de nosotros. Hay que recordar que en los Cayos Cochinos cuentan con las condiciones básicas para poder llevar a cabo cierta higiene pero las duchas de agua dulce no tienen cabida en la isla.
Sin embargo, este momento tan peculiar no ha sido emitido por la organización del reality. Laura Madrueño ha sido la encargada de ir explicando los momentos que íbamos a ver sobre el cantante pero inmediatamente ha saltado al tercer paso, rompiendo con la habitualidad a la que nos tienen acostumbrados. La presentadora no ha ofrecido ningún tipo de explicación, aunque puede deberse al hecho de tener el brazo en cabestrillo y sin movilidad, por lo que el cantante quizá no ha disfrutado de este momento en solitario y por ello hayan optado por esta excepción tan poco común.
El banquete de Almácor
El último momento especial para los participantes es aquel en el que pueden disfrutar de un tremendo banquete. Tras muchos días pasando todo tipo de dificultades con el hambre, tienen delante de sí mismo todo tipo de comida para poder elegir. Y lo que es mejor, sin tiempo alguno para hacerlo. La sorpresa del alicantino al poder ver tanta comida delante suya ha sido brutal.
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“Cómo huele esto. Ay dios mío que hambre. Voy a ir poco a poco que me está dando la ansiedad”, comenzaba diciendo. “Este banquete me lo comeré yo solo pero hay que compartir. En mi playa con todo el mundo menos con Laura y con Manuel porque no lo conozco de nada. Laura es muy individualista”, aseguraba Almácor sobre las personas con las que no compartiría esta comida.
Pero también ha querido acordarse de otros compañeros. “Esta lasaña la compartiría yo con Carmen y Montoya que me he reído mucho con ellos”, decía mientras se metía un trozo en la boca. “No me da tiempo para comer. No vuelvo a abrir una lata en mi vida”, expresaba. “Por mí, por mis compañeros, por mi familia y por mi prometida”, finalizaba al poder haber comido todo lo que ha querido para recuperar las fuerzas perdidas y mejorarse de su dolencia.