'First Dates' abre sus puertas cada noche a solteros que buscan el amor. Carlos Sobera (63 años) y su equipo reciben diferentes citas, pero este viernes ha tenido lugar una más habitual de la cuenta. Elena, de 38 años, llegaba desde Tarragona. Ha dejado claro que es exigente: "A mí una persona me tiene que encantar mucho. Me tengo que enamorar. Si no, fuera". Ha llegado al dating show con las ideas muy claras y una petición firme.
"Hoy es un día muy especial para ti porque no vienes como cualquier comensal que pasa por aquí y que viene a ver con quién se encuentra. Tú nos has pedido una cita concreta con una persona concreta. ¿Por qué? ¿Quién es? ¿Cómo le has conocido?", le ha dicho Carlos Sobera al recibirla en la barra de 'First Dates', pidiéndole que descubriera sus intenciones.
Elena le vio por primera vez en una red social. "Me salió por sugerencias. Le di a seguir, porque tiene el perfil público y yo iba mirándolo. Me gustó mucho y entonces pensé en llamaros y pedirlo y ¡tachán! Aquí estamos", le ha contado.
No han tenido ningún tipo de contacto previo, pero ella tiene la sensación de conocerle ya. "Lo que me llamó la atención de Germán es que puede poner en sus redes sociales todo tipo de contenido. Siendo cómo es él, que está buen y es guapo, podría dedicarse a subir otro tipo de cosas. En cambio, comparte fotos con su niña. Es como muy sencillo y está muy centrado", ha confesado a las cámaras de 'First Dates'. Sin embargo, él no tiene ni idea de quién es ella.
Germán es consciente de que su apariencia engaña. "Siempre piensan que soy un flipado, un chuleta, pero si rascas, encuentras. Dentro hay alguien muy especial", ha dicho. El sociosanitario sabe que alguien quiere conocerle, pero no tiene ni idea de quién es. Elena le ha dejado una pista en la barra de 'First Dates', mientras que ella le esperaba en la mesa. "Tú no me conoces, pero quiero que sepas que me muero de ganas de conocerte", le ha escrito.
Al llegar a la mesa, Germán ha querido romper la tensión con una broma. "Me voy, me voy", ha dicho entre risas. "No, no sé quién es", ha reconocido Germán. Elena le ha contado cómo le conoció y por qué quería quedar con él. "¿Has visto? Soy espía", le ha dicho ella. "Sí, ha indagado demasiado en mi red social. Es una espía buena", ha comentado a cámara entre risas.
Un cita repleta de altibajos
La cita parecía que iba bien hasta que Germán ha metido la pata. Ha pedido los postres para el reservado, algo que no ha gustado a Elena. "Para el postre me vas a decir que sí, lo veo en tus ojos. Te gusto. Por algo me has pedido", le ha dicho al ver la negativa de su cita. "Pero me puedes sorprender para mal", le ha comentado. Dicho y hecho. Elena trataba de buscar su lugar y su ritmo en la cita, mientras que él sacaba una versión no muy agradable. "Qué te gusta hacerte la estrecha. Si estás deseando tomarte el postre allí conmigo", le ha insistido. "Eso lo deciden ellos. Ya veremos que pasa, pero seguramente no me lo tome", le ha replicado ella.
Elena se ha desencanado entre "muñeca" y "muñeca". Él ha ido a saco y ella ha ido reculando. "No sé si le he gustado. Creo que va a saco con todas", ha reconocido a las cámaras de 'First Dates'. Germán está encatado de conocerse, pero ella no tanto. Hasta que ha hablado de su hija. "Me ha encantado. Ahí se ha desmontado, se ha quitado la coraza. Ese tío si me interesa y no el que ha entrado", ha dicho, dejando claro que la esperanza aún no estaba perdida. Al final sí que tomaron ese postre en el reservado y se dieron una seegunda cita. "Creo que si rasco un poquito, te puedo conocer de verdad", ha dicho ella.