Apenas quedan unas horas para que Carlos Sobera (64 años) desvele al ganador de 'GH DÚO’. Los últimos días en Guadalix de la Sierra están siendo una auténtica montaña rusa de emociones y de tensiones de cara a la última gala. Con unos porcentajes más que ajustados (31,9%, 28,8%, 27% y 12,3%), la audiencia se debate entre Óscar, Sergio, Marieta y Maica. Todos tienen posibilidades de proclamarse como ganadores y llevarse el codiciado maletín a casa, pero en este artículo queremos recopilar las razones por las que Óscar debería ser el vencedor de esta edición.
Para ello, hay que remontarse a su participación anterior en el ‘Gran Hermano’ de anónimos. Su evolución como concursante en el regreso de este reality show supuso un giro de 180º. Empezó siendo el más odiado, incluso llegó a ser expulsado por la audiencia. En su vuelta a la casa de Guadalix de la Sierra por una modificación de las reglas del concurso, cambió y terminó siendo uno de los elegidos como finalista. No ganó, pero sí que dejó una huella imborrable en el formato que le dio acceso a ‘GH DÚO’.
La reencarnación del espíritu de 'Gran Hermano'
Muchos dicen de él que es la verdadera reencarnación del "espíritu de 'Gran Hermano'" y una rara avis que ha sabido sacarle rédito. Hay incluso quien le ha acusado de tener información privilegiada. Lo cierto es que es un verdadero fan del formato que conoce todas las tramas de cada edición, sus oscuros secretos y las estrategias para llegar lejos.
Ha sacado provecho de las estrategias, pero también se ha mostrado tal cuál es sin pensar si eso va a gustar o no. Ha dado más contenido que nadie, tanto en su primer paso por la casa como en el segundo. En las últimas horas ha acaparado buena parte del minuto al sincerarse sobre lo que opina de Marieta, también finalista.
"Ha sido una gran mentira todo el rato", le ha confesado a Maica, su enemiga antaño y ahora fiel apoyo, asegurando que cada vez que se le pilla en un renuncio se pone a gritar. Para él, ha estado mes y medio de concurso durmiendo.
Hay mucho que agradecerle a Óscar porque ha sido muy generoso y transparente con el público. Cada una de las emociones que ha sentido, las ha compartido con los telespectadores, ya sean buenas o malas. Como cuando se reconcilió con Maica o se enamoró perdidamente de Ruvens en la pasada edición. Y la autocrítica también ha formado parte de su concurso. No le cuesta reconocer cuándo se equivoca y pedir perdón si cree que debe hacerlo a alguno de sus compañeros.
Sin olvidarse de que guste o no, no se le puede negar que divertido es. Ha hecho reír como nadie a la audiencia, junto con Miguel Frigenti, con sus alocadas ocurrencias, sus enfados o sus vivencias. Cuando se eche la vista atrás y se recuerde esta edición, Óscar Landa será uno de los protagonistas por el peso que ha tenido en las tramas. Es el perejil en todas las salsas. Ha hecho hasta enfadarse a los muebles de la casa de Guadalix de la Sierra, que ya tiene mérito la cosa.
Una segunda oportunidad para Óscar
Como dice él, se merece ganar esta vez. "Ya perdí el ‘GH’ normal y es el momento de hacerme con el triunfo", decía Óscar recientemente en un vídeo explicando los motivos. Se quedó a las puertas de convertirse en el gran vencedor de la edición de anónimos después de que la audiencia decidiese elegir a Ruvens. Una opción que dio mucho que hablar en su momento por creerse injusta. Puede que sea ahora el momento de que se imparta justicia con Óscar.