El restaurante de 'First Dates' volvió a abrir sus puertas. Entre los comensales que acudieron este martes estaba Vanesa, una diseñadora y estilista de 32 años. Busca amor y cariñitos. Acudía para encontrar a su príncipe azul, alguien que le tratara bien. Entre sus peticiones estaba que no fuera latino. Ella es colombiana y lleva un año en España. Sabe que los latinos son muy generosos, pero está convencida de que también son infieles: "Me ha ido mal". Por eso, prefiere a los españoles. Asegura que son más cariñosos y detallistas. Sin embargo, hubo un requisito que dejó a Elsa Anka (57 años) sin palabras.
Vanesa dejó claro desde el primer momento que no quiere a un pobre a su lado. "Lo que debe de tener un hombre para enamorarme es dinero", dijo entre risas. La joven trató de retractarse, asegurando que eso era algo en lo que se fijaba antes, que ya no era tan materialista. La soltera está convencida de que en el amor son muy importante los detalles y el cariño, pero que ella no sería feliz con "un pobre arrastrado" ni con un hombre "tacaño". Ante esta situación insistió en explicar que las mujeres colombianas no son interesadas y que más bien se trata de un tema cultural.
Vanesa buscaba a su príncipe azul y al ver a Abel supo que él no era. Confesó a las cámaras de 'First Dates' que sentía que tenía pinta de colombiano y que podría haber tratado de pasar por alto que fuera "feito", pero su forma de vestir tampoco le ha gustado. "No sé cómo él puede creer que puede salir conmigo, y no es que yo me crea mucho", comentó a cámara.
La cita comenzó con mal pie. Puede que tuviera que ver con la cojera que Vanesa tenía. A Elsa le comentó que tuvo un accidente al beber demasiado. El motivo: un despecho amoroso. A Abel simplemente le comentó que fue un accidente y que sanaría pronto. La cita mantuvo la dinámica habitual, preguntas mutuas y alguna que otra risa. Vanesa sabía que Abel tenía su 'no', pero le vio emocionado así que no quiso quitarle la ilusión.
Abel le contó que es el encargo de un gastropub y que en lo que se fija de las mujeres es un sus ojos. Vanesa le dijo que tenía varias operaciones de cirugía estética y que su color natural de cabello es el negro. La colombiana hizo todo lo posible para que en la cita no hubiera ni un silencio incómodo. Aprovechó esta situación para empujar a Abel a piropearle, incluso hablaron de que las latinas son más fogosas.
"Suena mal lo que voy a decir, pero es fácil de manejar", dijo Vanesa sin tapujos. Estaba convencida de que sería un tipo que haría todo lo que ella le pidiera. Sin embargo, Abel ha sacado un poco de carácter al escuchar que ella está acostumbrada a que le inviten; Vanesa incluso pregunta si va a tener que pagar la mitad de la cena para ir o no ir. "No es la mentalidad de una chica que quiero tener a mi lado", confesó. La situación se tensó un poco, pero Abel finalmente cedió. Él pagó la cena, pero lo que Vanesa no se imaginaba es que también le daría calabazas. Algo que le afecto mucho, incluso sabiendo ella desde el principio de la cita que no quería volver a verle.