Decir adiós a una persona no es nada fácil. Mucho menos si llevas unida a ella más de media vida. Cada uno lidia con el duelo de una ruptura de manera diferente. Ya sea de una forma u otra, lo cierto es que se tarda tiempo en pasar página. Es el caso de Carmen (66 años), que ha llegado a ‘First Dates’ dispuesta a encontrar a un hombre que le devuelva la ilusión en el amor después de un matrimonio de más de 45 años. Lo que no sabía esta escritora e intérprete de lengua de signos madrileña es que en el fondo aún no está lista para dar ese paso. Ha sido su cita quien se lo ha hecho ver.
Con abrigo de visón y recién llegada de México, Carmen ha encontrado en el humor su manera de sobrellevar el divorcio con el padre de sus tres hijos. "Siempre estoy feliz, me pongo por la mañana las gafas de color rosa y lo veo todo así. Mi hijo me dice que vivo en los mundos de Yupi", le ha comentado a Carlos Sobera.
"¿A quién estás buscando?", le ha preguntado Carlos Sobera en ‘First Dates’. "Quiero a un hombre que sea alto, guapo, culto, con sentido del humor y que pueda mantener con él una conversación coherente. Yo puedo hablar de cualquier tema y te destrozo a ti en cualquier juego de mesa porque tengo un alto coeficiente intelectual", le ha espetado ella ante la carcajada del presentador de televisión, que no podía parar de reír con Carmen.
"¿Cuál es el juego que dominas?", le dice Sobera mientras que ella le confesaba que el póker. "¿Quieres ver cómo te barro al póker?", ha insistido él. "Se nota que es vasco. Son todos muy fantasmas", le reprocha ella. "Otro más que se me viene abajo con un insulto que es la vía fácil para evitar el duelo directo. Eres cobarde. Te voy a presentar ahora a un jugador con el que vas a poder porque conmigo no", ha zanjado Sobera sin parar de reírse.
Una cita fuera de lo común
Ha aparecido Julián (64 años), un contable de Madrid que ha ido a ‘First Dates’ con la idea de encontrar a una mujer con carácter. En Carmen ha encontrado a una de armas tomar, pero, lamentablemente, era imposible que la cosa saliese bien. Por mucho que su cita quisiese intentarlo, no está preparada, como bien se ha dado cuenta Julián con su actitud durante la cena. Puede que, con el tiempo, la cosa cambie, pero por el momento solo podrán ser amigos.
Carmen no ha parado de hablar en toda la cena en ‘First Dates’. Ha ido saltando de un tema a otro sin que Julián mediase palabra. No se lo ha permitido. "Estoy encantada. Que vaya día más frío y más feo, que recientemente he venido de México, que soy escritora. En mi anterior vida he sido delfín", ha comenzado explicando ella con mucho sentido del humor, dejando perplejo al contable. Ha recordado al personaje de Antonia San Juan, Estela Reynolds, en ‘La que se avecina’. Como dos gotas de agua.
"Impresionante. Como el conejito de las pilas Duracell. Creo que esa espontaneidad tan fuerte es debido a esa situación que ella está viviendo", ha comentado él ante las cámaras de ‘First Dates’ al ver la actitud de Carmen. Aunque sorprendido, no ha parado de reírse durante toda la cita sabiendo a la perfección que es una forma de mitigar el dolor, como así le ha confesado después.
"Soy un buen partido, tengo casas por todas partes y de hecho mi bisabuela era Marquesa de Villahermosa. Siempre he vivido en el barrio de Salamanca hasta que me casé. Me fui a vivir a Ventas. Mis abuelos tenían su chalé para los findes en Arturo Soria". Y proseguía sin él preguntarle: "Voy a zumba porque soy hiperactiva, igual que mi cerebro. Tengo compartimentos estancos que los abro y los cierro cuando quiero y tengo un baúl de los recuerdos que lo he tirado al fondo del mar para no acordarme de ciertas cosas que me hacen daño. Cuando quiero acordarme, buceo, abro el baúl y después lo cierro".
Ha sido el momento en el que Julián le ha preguntado por su divorcio, consciente de su sufrimiento. "Es algo que prefiero no hablar. Fui yo la que tomó la decisión pero no quiero hablar de este tema porque lo tengo muy reciente. Llevo 21 meses divorciada. Es poco tiempo para sanar las heridas. Me casé a los 19 años. Le deseo lo mejor porque si le va bien, le va bien a mis hijos y a mí, para que me pague la pensión", se ha reído Carmen. Otra muestra más del uso del humor como escudo protector.
No ha sido hasta la decisión final cuando Carmen ha reconocido a su cita que aún está de duelo y que todavía tiene que pasar ese periodo para poder pensar en otro hombre. Menos mal que Julián no solo ha sido comprensivo, sino que además se ha ofrecido a ser su amigo para ayudarle a superar este bache de la vida.