Es fácil asociar esa muletilla de "hay que darle sabor a la vida". 'MasterChef' es uno de los concursos más afianzados y reconocidos de nuestra parrilla televisiva. También uno de los pocos que es para toda la familia. Lleva más de una décana en emisión. En estos últimos 13 años ha conquistado a grandes y pequeños; incluso se ha atrevido a homenajear a los mayores de la casa con su propia edición, 'MasterChef abuelos'. Su intención siempre ha sido clara: buscar al mejor cocinero amateur de España.
Rebusca talento entre aquellas personas que en algún momento se toparon con la pasión por la cocina, pero que nunca se hayan dedicado (profesionalmente) a ello. Sin embargo, edición tras edición, Televisión Española y Shine Iberia, productora responsable del formato, parecen haber querido sazonar su receta. Una que cada vez tiene más de reality que de concurso.
La primera vez que se emitió 'MasterChef' aún no existía eso de la telerrealidad. El formato nació en el Reino Unido, concretamente en la BBC. Se emitió con bastante éxito de audiencia entre 1990 y 2001, pero no fue hasta 2005 cuando se pudo ver el programa actualizado y con una estructura similar a la que vemos cada lunes y martes en La 1 (22:00 horas). A España llegó en 2013 con la idea de ser un espacio perfecto para toda la familia. Su primera edición reunió a más de 9.000 personas en un casting del que solo salieron quince aspirantes. Su emisión fue vista de media por más de tres millones de personas. La final ascendió a 5.524.000 espectadores, 33,1% de cuota de pantalla.
'MasterChef' se estrenó en 1990 en la BBC
Estos cocineros amateurs fueron los primeros en competir por un premio de 100.000 euros en metálico, la publicación de un libro con sus recetas y una formación en la escuela de alta cocina Le Cordón Bleu, durante las dos primeras ediciones, y en el Basque Culinary Center, a partir de la tercera edición. Esta tónica se ha mantenido en las ediciones siguientes; en las once ediciones de anónimos, en las siete de celebrity y en las nueve de junior.
Prima su talento, su capacidad de superación y de asumir criticas (algunas de ellas tan difíciles de digerir como los platos fallidos que presentan). Sin embargo, la parte emotiva y/o sentimental está cada vez más presente. Solo hay que ver el penúltimo duelo de eliminación entre Camino y Ana. Ellas se derrumbaron al ver que, pasara lo que pasara, una de las dos se despediría de las cocinas de 'MasterChef'. Ver esta escena y no emocionarse fue misión imposible.
Las historias de amor de 'MasterChef'
La dinámica habitual de 'MasterChef' incluye tres tipos de pruebas: la primera toma de contacto, que suele evaluar la evolución de los aspirantes y sus destrezas; la prueba por equipos y la de eliminación. El talent ofrece distintos tipos de escenarios en los que poder evaluar sus capacidades y su evolución. Y sí, los aspirantes están concentrados como cualquier selección antes de una competición. Dejan de lado sus trabajos y sus responsabilidades del día a día para dedicarse por completo al programa. Esto implica que no solo compiten en cocinas, también conviven durante su paso por el programa.
El roce hace el cariño y 'MasterChef' es culpable de muchas amistades y unas cuantas relaciones. La emoción que vimos hace unos días en Ana, Camino y Jorge Juan al ver que uno de ellos estaba a punto de abandonar las cocinas ya la experimentaron Meri, Amelicius y Ofelia, o Eduardo Navarrete, Terelu Campos y Arkano, o Tamara Falcó y Juan Avellaneda...
Eva y Jokin componen una de las pocas parejas de 'MasterChef'
Los últimos en enamorarse han sido Eva y Jokin, integrantes de la décima edición. Los inicios de su relación estuvieron marcados por las críticas. Algunos de sus compañeros señalaron a Eva. Estaban convencidos de que su acercamiento a Jokin tenía más de interés que de sentimiento, pero el tiempo les ha dado la razón. Son una de las pocas parejas que se mantiene unida.
La primera relación surgió en 'MasterChef 5', cuando Miri y Jorge se enamoraron y conquistaron a toda la audiencia del reality. Su historia no duró demasiado. En 2018, un año después de la emisión de su concurso, emprendieron caminos separados. En la siguiente edición, en la sexta, coincidieron Sofía y Víctor. Les apodaron 'Los Alcaldes'. Desde entonces, no se han separado. Van camino de su quinto aniversario y han abierto una pasteleria en Barcelona, La Dramerie.
Luna y Alberto, de 'MasterChef 8', también lo intentaron, incluso protagonizaron un beso de película en la gran final. Pero su historia terminó pronto. "Siempre lo he visto muy frío, pero es que ahora lo es demasiado y yo no. Entonces, pues mira, cada uno por su lado, como amigos", aseguró la aspirante a finales de 2020.
En busca de segundas oportunidades
'MasterChef' siempre ha tenido debilidad por las historias de superación, por esas segundas oportunidades. Solo hay que ver a Carlos Maldonado. Es el primer y único aspirante del concurso en el mundo que ha conseguido una estrella Michelín para su restaurante, Raíces. A las cocinas llegó un vendedor ambulante con un pasado que no había sido fácil y el sueño de ser chef profesional.
Ganó la tercera edición del concurso. El dinero del premio lo invirtió en una food truck, con el que recorrió España vendiendo hamburguesas. "Es un trampolín que me ha lanzado. Me ha dado alas, pero no me ha enseñado a volar. Esa es la cosa, explica el chef en la docuserie que cuenta su historia, 'Raíces' (Atresplayer).
Esto de "las segundas oportunidades" se acrecentó aún más en la décima edición. Lo dejaron claro Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz antes de que comenzara la competición. "Varios de los aspirantes han tenido una trayectoria complicada, una vida muy dura en la que la cocina ha sido su salvación", explicaron en la presentación del programa. Querían que el ganador o ganadora de 'MasterChef 10' se ganara el título de "super 'MasterChef'", y el premio se lo llevó María Lo.
María Lo y Vero disputaron la final de 'MasterChef 10'
La gaditana compartió con los espectadores una antigua historia de amor, ya que entre los aspirantes estaba su exnovia, Teresa. Habló de la actual y de lo bien que se lleva su pareja con Teresa. Explicó su pasado como camarera y se sinceró sobre su relación con sus padres; él era chino, ella, gaditana. Es decir, no solo conquistó a los jueces con su cocinado, también enamoró a la audiencia con su espontaneidad y su desparpajo. "En la final pensé en todo el hate que me podía llevar si ganaba yo a María Lo. Mejor que haya acabado así", confesó Vero, segunda de la edición, tras la final.
Las polémicas que 'MasterChef' ha protagonizado
Formar parte de 'MasterChef' se ha convertido en el sueño de muchos aspirantes a chef. Solo hay que ver a Ana, la concursante de la actual edición del talent. "Yo me he presentado seis veces. Hasta la sexta no ha sido la vencida", reconocía en una prueba de exteriores. Como ella, son muchos los que año tras año se preparan el casting. A ellos hay que sumarle los participantes que son invitados por Shine Iberia. Un ejemplo de esto es Florentino Pérez, quien estuvo detrás del Instagram 'Ancalcura'.
"Eran muchos los que se extrañaban cuando me veían en el supermercado haciendo la compra así que pensé en mostrar a la gente cómo es eso de 'comer con un cura'", explicó al diario ABC. Esto llamaba la atención a sus feligreses, pero también a otros tanto usuarios que seguían sus preparaciones por la red social. Esto motivó una invitación al casting de 'MasterChef 8', pero finalmente se quedó a las puertas de la edición.
'MasterChef' emite actualmente su undécima edición
En varias ocasiones se ha señalado a Shine Iberia. Algunos de los participantes en los castings aseguran que en muchas ocasiones las decisiones están tomadas de antemano, que esas pruebas son un mero trámite.
José Antonio Cerezo, aspirante de la primera edición, fue uno de los primeros en insinuar que 'MasterChef' "cocina" expulsiones y lo hizo ante los micrófonos de la Cadena Ser. "A mí me gusta la formalidad y la legalidad, y si hay unas normas, que se cumplan. Yo acabé y otros, no", aseguró. Le preguntaron si había tongo. No se atrevió a contestar con un sí, pero sí que dijo que "a lo mejor hay alguno que tiene la varita mágica". Tras estas acusaciones, la productora y su equipo de casting han dejado claro en todas y cada una de las ediciones que se toman muy en serio el factor concurso.
El nivel de exigencia es alto desde la primera edición, pero ese afán de hacer contenido televisivo se ha visto más en las últimas ediciones. Muestra de ello es el cambio de actitud que tuvo Patricia Conde en la séptima y (de momento) última edición de 'MasterChef Celebrity'. Se posicionó como el 'caballito ganador' de Jordi Cruz, pero tiró la toalla cuando solo faltaba un último empujón para llegar a la final. Dejó claro que se vio abrumada por la presión y por la necesidad de hacer show ante las cámaras. Para ella, la situación se fue de las manos.