El vocalista de los Rolling Stones, Mick Jagger (80 años), se convirtió en un auténtico 'pain in the neck' para la reina Isabel II. El romance que Jagger mantuvo con su hermana Margarita, cuando ella estaba aún casada con Tony Armstrong-John, y la posterior amistad que mantuvieron hasta 2002, año de la muerte de la princesa, atormentaba a la soberana británica que siempre pensó que 'el chico malo del rock' era una mala influencia para su díscola hermana pequeña.
A Margarita le gustaban jóvenes
La princesa Margarita, harta de las infidelidades de su marido, optó por vivir la vida libremente y eso incluía mantener relaciones con los hombres de los que se encaprichaba. A Margarita le gustaba asistir a fiestas, alternar, y fumar y beber hasta la saciedad, algo que a Isabel II –que siempre la protegió– la llevaba de cabeza.
Margarita estaba cansada de las infidelidades de su marido, Tony Armstrong-Jones
"La princesa Margarita estaba en sus 30 y era muy atractiva. Y como todos saben, a ella le atraían los chicos jóvenes", declaró la aristócrata Elsa Bowker a la revista Rolling Stone. Mick Jagger tenía trece años menos que Margarita. Al margen de su enorme atractivo sexual y sus carnosos labios, 'Morritos Jagger' era el compañero perfecto para las fiestas. Drogas, sexo y rock&roll. Y eso a Margarita le fascinaba.
Jagger era rebelde, desaliñado, con un estilo de vida estrechamente ligado al alcohol y las drogas... Una imagen totalmente distinta a la que, en aquellos mismos años, ofrecían los Beatles. Cuatro chicos más 'limpios' y presentables que sus más directos rivales, los Stones. Tampoco es que Margarita llevara una vida impoluta. Fumaba, al menos, tres cajetillas diarias de cigarrillos, se levantaba a mediodía y desayunaba un vaso de whisky. A veces sus resacas eran tan fuertes que casi la incapacitaban para asistir al día siguiente a un acto social.
"Él quedó eclipsado en cuanto la vió"
Margarita y Mick compartieron numerosas fiestas, tanto en Londres, como en Estados Unidos o en la caribeña isla de Mustyque, donde ambos eran vecinos. Se habían conocido en la fiesta de los 16 años de la hija del embajador británico en Estados Unidos y la primera impresión que el rockero se llevó de la princesa no pudo ser más impactante.
Mick Jagger quedó "eclipsado" cuando la vio.
"Cuando miró quién estaba en la habitación y vio a la princesa Margarita, que llevaba un vestido muy escotado, él quedó eclipsado. Inmediatamente quedó a sus pies, dejando atrás a su indignada novia, Chrissie Shrimpton", comentó a la prensa Christopher Andersen, autor del libro biográfico 'La salvaje vida y el alocado genio de Mick Jagger'.
La noche que acabó con Margarita en el hospital
Desde entonces, la princesa y el 'stone' iniciaron una relación tan salvaje como ellos quisieron vivirla. Libres de ataduras y como si no hubiera un mañana. "Si los hubieras visto riéndose juntos, bailando, la forma en que ella le ponía la mano en la rodilla y se reía de sus historias como una colegiala, habrías pensado que algo estaba pasando", comentó en cierta ocasión un empleado de palacio.
Su relación de amistad duró hasta 2002, fecha de la muerte de la princesa.
En 1967, en una de esas alocadas fiestas a las que ambos asistían, el cocinero preparó un 'brownie' con un ingrediente que en aquellos años estaba muy de moda: el hachís. Al chef se le fue la mano con la droga y todos los invitados acabaron con el estómago peor que revuelto. Margarita tuvo que ser llevada de urgencias al hospital, como muchos otros asistentes.
"La gente comenzó a enloquecer... Todas estas ladies y esos lores, mecenas del Museo Británico, varios parlamentarios, fueron llevados a toda prisa en sus coches conducidos por chófer para que les hicieran un lavado de estómago", recordó un invitado.
Amigos hasta el final
Pasados los años de la locura, Margarita y Mick siguieron manteniendo una sólida amistad a lo largo de la vida de ella. Fueron primero amantes, pero después amigos durante 40 años hasta el fallecimiento de la princesa en 2002.
No deja de ser curiosa esa amistad tan duradera cuando Mick Jagger siempre se había manifestado antimonárquico. Con los años, no obstante, acabó diciendo que lo mejor que su país era "aparte de The Rolling Stones, la Reina es lo mejor que tiene Gran Bretaña". Todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión y si de joven Jagger era más bien de izquierdas, con los años se volvió admirador de Margaret Tatcher.
Margarita siempre se encontró muy a gusto entre los personajes de la farándula. Además, mantuvo amoríos con actores como Warren Beauty y Peter Sellers, y fue amiga de los Beatles o del matrimonio formado por Richard Burton y Elizabeth Taylor.
Margarita y los Beatles.
Una redada ¿casual?
La reina Isabel ya no sabía cómo y de qué manera tapar los escándalos en los que se veía envuelta su hermana. Y eso que hizo todo lo posible por romper aquella relación, como cuando, curiosamente, Scotland Yard –la policía metropolitana de Londres–, entró en la casa de Keith Richards –el guitarrista de los Rolling– para registrarla y encontraron algunas drogas, por lo que él y Mick fueron arrestados y condenados. La presión popular consiguió que Jagger solo pasara una noche en el calabozo, por lo que fue puesto en libertad.
Isabel siempre protegió a su hermana, que no se separaba de su cigarrillo.
Isabel II se negó a condecorarlo como Sir
En 2002, el entonces primer ministro Tony Blair, sugirió condecorar a Mick Jagger con la orden de Caballero del Imperio Británico, ya que estaba pronto a cumplir los 60 años y era toda una institución del Reino Unido, pero Isabel II se negó en redondo. Años atrás no tuvo reparos en condecorar personalmente a Cliff Richards, a Paul McCartney o a Elton John.
Finalmente, en diciembre de 2003, le fue concedido el título de Caballero de la Orden del Imperio Británico y cuando Jagger se presentó en el palacio de Buckingham con su padre y dos de sus hijas a recoger la condecoración se encontró con que la Reina no estaba ese día –había agendado una operación de rodilla, qué casualidad– y fue su hijo, el entonces príncipe Carlos, quien le otorgó el título de Sir. Isabel II jamás le perdonó a Mick Jagger los devaneos con su malograda hermana.