"Me quedé un poco viuda el día que Miguel sufrió el ictus", declaró Isabel Preysler (73 años) a la revista Hola, tiempo después del fallecimiento del que fuera superministro de Economía y Hacienda del primer gobierno de Felipe González y cuando ya había iniciado una relación con el escritor Mario Vargas Llosa (88 años).
Dos años y medio enfermo
La frase, que suena muy dura, reflejaba lo que había sido la realidad de Isabel Preysler durante los dos años y medio que duró la enfermedad de Miguel Boyer. Por más que, tras abandonar el hospital para ser llevado a casa, nos hicieran creer que Miguel estaba muy recuperado del derrame cerebral sufrido y que, prácticamente hacía vida normal.
Esto no era del todo cierto. El ictus le había dejado importantes secuelas y cada día tenía que hacer rehabilitación. Mientras, Isabel seguía atendiendo sus compromisos profesionales y publicitarios y se mostraba como una mujer totalmente volcada en los cuidados de su marido.
Isabel Preysler y Miguel Boyer se habían casado en 1988.
Lo cierto es que su muerte en 2014 no tuvo nada que ver con el ictus sufrido dos años antes. Boyer murió en la Rúber Internacional a causa de una embolia pulmonar.
Un matrimonio muy feliz
Isabel Preysler encontró en Miguel Boyer al hombre que le dio estabilidad sentimental. Se casaron en secreto el 2 de enero de 1988, después de tres años de relación y otros tres previos en los que su romance era un secreto a voces, pero ambos seguían casados, él con la ginecóloga Elena Arnedo, y ella con Carlos Falcó, marqués de Griñón. Cuando por fin la noticia salió a la luz fue, sin duda, el bombazo del verano de 1985.
El nacimiento de Ana Boyer fue la guinda al amor entre Isabel y Miguel.
Durante 23 años de matrimonio, Isabel y Miguel vivieron felices y tranquilos, salvo por los contratiempos y las críticas feroces que sufrieron con la construcción de su mansión de Puerta de Hierro –la de los trece cuartos de baño–, o la persecución que Ruiz Mateos hacía al ministro por haberle expropiado Rumasa. ¿Quién no recuerda el famoso "¡Qué te pego, leche!" proferido por el empresario jerezano?
Pero un acontecimiento muy doloroso golpeó a toda la familia Preysler de manera inesperada.
La muerte de la hermana de Isabel
La hermana de Isabel, Beatriz Preysler Arrastia, con la que la ex de Julio Iglesias llegó a Madrid en los años 70, falleció en octubre de 2011, a consecuencia de un cáncer de pulmón. Tenía solo 53 años. Fue un golpe durísimo para la familia, sobre todo para Isabel quien no podía ni imaginar lo que estaba por venir.
Isabel y Beatriz siempre estuvieron muy unidas y por ello, Isabel fue la madrina en la boda del hijo de su hermana, Álvaro Castillejo Preysler, con su novia Cristina Fernández, celebrada en julio de 2022. Cristina pronto dará a luz al primer hijo del joven matrimonio, el nieto póstumo de la malograda Beatriz.
En octubre de 2011 murió Beatriz Preysler, hermana de Isabel.
La última aparición en público de Boyer
Fue en la fiesta de celebración del 30 cumpleaños de Tamara. Aunque Isabel estaba todavía de luto por la muerte de su querida hermana, sucedida un mes antes, la alegría contagiosa de su hija Tamara era, sin duda, el mejor remedio para poder atenuar su dolor.
Es muy posible que Isabel no tuviera ganas de festejar, pero entre Tamara y el propio Miguel debieron convencerla para que se distrajera. Y a Tamara le gusta mucho una fiesta. Miguel Boyer mantuvo siempre una relación magnífica con los hijos de Isabel y estos también apreciaban al tercer marido de su madre y padre de su hermana Ana Boyer.
En enero siguiente, la familia recibió una buena noticia, el nacimiento de Sofía, el segundo hijo de Chábeli Iglesias, motivo por el que Isabel y sus hijas viajaron a Miami a conocer al nuevo miembro de la familia.
La última aparición pública de Boyer fue en el 30 cumpleaños de Tamara.
Boyer, operado de urgencia
Pero poco iba a durarle a Isabel la alegría de la llegada de su primera nieta. La revista Lecturas publicaba en 2012 la situación tan dramática que tuvo que vivir Isabel Preylser en la madrugada del lunes 27 de febrero de 2012, apenas cinco meses después de la muerte de su hermana Beatriz.
"Desde el 28 de febrero, Isabel Preysler y sus hijas menores, Tamara y Ana, viven momentos tensos por el delicado estado de salud de Miguel Boyer. El exministro de Economía y Hacienda, de 73 años, fue sometido a una larga intervención en la madrileña clínica Ruber donde ingresó en estado grave aquejado de hemorragia cerebral", publicó la revista.
Miguel Boyer sufrió un derrame cerebral en febrero de 2012.
Isabel lo encontró en el suelo inconsciente
"La situación fue dramática. Isabel se despertó de madrugada en su casa de la urbanización Puerta de Hierro y, al ir a beber un vaso de agua, vio a su marido semiinconsciente en el suelo, por lo que llamó rápidamente a una ambulancia", recordaba Lecturas.
Miguel Boyer estuvo cerca de dos meses ingresado en la Ruber. Hasta allí se desplazaban a diario tanto Isabel como su hija Ana, con el rostro descompuesto ante la gravedad del estado de Miguel Boyer. En ocasiones, también les acompañaba Tamara. Las visitas las realizaban fuera del horario normal para evitar alterar el orden de la clínica.
La primeras noticias sobre el estado de salud de Boyer no eran nada halagüeñas. El cirujano Pedro Mata, que operó a Miguel Boyer, informó que "se le había practicado una craneotomía y evacuación del hematoma intraparenquimatoso ante la evolución desfavorable de la hemorragia por la que había ingresado".
Isabel Preysler y Ana Boyer visitaban cada día a Miguel en el hospital, donde estaba ingresado en la UCI.
En coma inducido
"Tanto la intervención como la evolución inicial se han desarrollado de forma muy satisfactoria dentro de la prudencia que exige la gravedad del proceso", decía el escueto comunicado emitido por el centro sanitario por deseo de la familia.
"Miguel Boyer quedó ingresado en la UCI en estado de coma inducido y a la espera de que se le retirase la sedación de forma paulatina para conocer el verdadero alcance de las lesiones", recogía la revista Lecturas.
En marzo, Boyer ya experimentaba una leve mejoría. Ya podía levantarse de la cama y balbucear algunas palabras. "Su evolución neurológica es favorable aunque lenta, como es habitual en este tipo de lesiones hemorrágicas. Mantiene las constantes vitales y la respiración espontánea", segun informó el equipo médico que lo atendía. La revista Lecturas informaba que "el exministro tiene bastante afectada la parte derecha de su cuerpo, pero no está paralizada y esto es lo más positivo".
Isabel, en una de las visitas a Boyer en el hospital.
"Gracias a mi mujer me he salvado", dijo Boyer
Nunca más volvimos a ver a Miguel Boyer, salvo en un reportaje exclusivo que Isabel y Miguel concedieron a la revista Hola en su casa de Puerta de Hierro, en el que el exministro desvelaba: "Estoy contento, muy contento. Gracias a mi mujer me he salvado". Era agosto de 2012 y todo el mundo destacaba el buen aspecto que presentaba Miguel Boyer en las imágenes, tan solo seis meses después de haber sufrido una importante hemorragia cerebral.
En el tanatorio, tras la muerte de Miguel Boyer, Isabel y su hija Ana, de la mano.
Miguel Boyer falleció el 29 de septiembre de 2014. Su hija Ana había iniciado un noviazgo con el tenista Fernando Verdasco, quien desde el primer momento se sintió totalmente integrado en la familia. Verdasco no vaciló a la hora de cogerle la mano a su suegra como muestra de apoyo durante el triste momento de entrar en el cementerio de San Isidro, en Madrid, donde fueron enterrados los restos de Boyer.
La 'fuga' de Ana Boyer
La entrada de Mario Vargas Llosa en la vida de Isabel Preysler provocó que Ana Boyer decidiera irse a vivir con su novio, Fernando Verdasco. Ana se sentía dolida por el hecho de que su madre hubiera rehecho su vida de manera tan rápida tras la muerte de su padre.
Ana lo negaba, pero era evidente. Finalmente, fue su hermana Tamara quien confirmó el malestar de Ana. "He hablado con mi hermana pero son pequeñas cosas que pasan, es jovencita, ha estado siempre con su padre y su madre. Ha sido un cambio para ella, para nosotros no. Pero se dará cuenta de que lo importante es que su madre sea feliz, como cualquier hijo", dijo la actual marquesa de Griñón.