Hasta ahora las monjas de Belorado sabían manejarse muy bien en las redes sociales, concretamente en Instagram, para ‘denunciar’ su situación y hacernos partícipes a todos de su cruzada contra la Iglesia Católica como eclesiásticas ‘díscolas’ que son desde hace ya unas cuantas semanas. Pero, “por indicaciones de sus abogados, no van a dar más declaraciones.”
Así de tajante se ha mostrado este viernes por la mañana José Ceacero -el portavoz de confianza de Pablo Rojas, líder de la secta al que las monjas siguen sin titubear-. Porque lo cierto es que la naturalidad y ‘desparpajo’ de las monjas por Instagram les está suponiendo más mala que buena fama, en términos generales. Empieza, de esta forma, una nueva forma de abordar el asunto que cada vez es más prioritario para el Vaticano. El voto de silencio va a ser, nunca mejor dicho, la nueva estrategia de estas hermanas para conseguir sus objetivos.
La 'liaban' en Instagram
Y es que, hasta ahora, cada publicación o comentario redactado por las monjas desde el ya mediático convento de Belorado iba empeorando una situación que ya en sí misma es bastante desfavorable para ellas, porque las acerca a la excomunión de iglesia Católica y también a quedarse sin techo donde dormir ni ‘profesión’ que ejercer.
Sin ir más lejos, en pocos días han caído en flagrantes contradicciones. Por ejemplo, renuncian al dinero que les puede aportar el comisario pontificio pero a la vez exigen que sí les pague su seguridad privada. Incongruencias que responden a la inexistencia de una hoja de ruta en el convento y que, a la vez, ponen también cada vez en peor lugar a Rojas -artífice de tan polémica revolución en Burgos-.
Cambio de táctica que se nota en el propio convento
Parece que la recomendación de sus abogados va más allá del uso que le dan a Instagram y toda la controversia que casi día tras día generan en Internet desde que hace un mes decidieran ser unas insurrectas, pues este ‘voto de silencio’ incluso se ha notado en el convento de las susodichas durante todo este viernes.
Pese a que la actividad en el lugar ha sido similar a la de cualquier otra jornada, todas las entradas y salidas -por ejemplo de trabajadores o mensajeros- se han efectuado con mucho más secretismo que en otras ocasiones. Han conseguido que no se les viera la cara a ninguna de ellas y, por supuesto, han evitado que se captaran imágenes del interior del convento.
Así pues, si mantienen esta línea durante todo el tiempo que dure la controvertida historia a la que la Iglesia Católica quiere poner fin más pronto que tarde, nos tendremos que enterar del transcurso de los próximos acontecimientos a través de vías más oficiales. Y lo que se viene en los próximos días es crucial, sobre todo para ellas y su futuro en el convento.
La excomunión se acerca
El hito más próximo en la excéntrica historia de las monjas díscolas de Belorado tiene como protagonistas a las tres hermanas que se personaron en la comisaría de Logroño para denunciar las malas formas, según ellas, en que los miembros del arzobispado habían entrado en el convento para tratar el asunto. Pues bien, a falta de entendimiento entre las partes -la delegación que se personó habló claramente de la "nula intención de dialogar de las clarisas"- las denunciantes tienen hasta el 16 de junio para retratarse de tal insurrección.
Las otras diez, tienen un poco más de margen. Y es que el ultimátum y la rapidez con la que la Iglesia Católica quiere atajar el asunto está claros. El día 24 tienen que ser tajantes en su decisión. U optan por continuar bajo la senda del falso obispo Pablo de Rojas firmando así su excomunión ‘latae sententiae’ ante el Tribunal Eclesiástico de Burgos, o se retractan de todo.
Dilema que se resolverá también ‘burocráticamente’ en esas dos fechas que pondrán fin al escándalo, pues al parecer Mario Iceta -arzobispo de Burgos- tiene la autorización expresa de Roma para dar los pasos que estime oportunos y actuar con las consecuencias que sean necesarias sin el OK final del Papa ni el Vaticano.
Una posible concentración a su favor este fin de semana
Si sus letrados -quienes mejor pueden velar por sus intereses y derechos- les han dado la recomendación de no usar más el altavoz de las redes sociales es lógico que tomen en consideración la opinión de estos profesionales, pero lo cierto es que no difundir todo lo que va sucediendo en esta recta final puede conseguir lo que estas monjas, desde luego, tampoco buscan: el apoyo de la ciudadanía.
De momento, este fin de semana sí que parece que lo tendrán. O casi seguro, Al parecer, se estaría organizando una concentración en apoyo a ellas y al falso arzobispo para el sábado o el domingo. Pero, aunque tenga poder de convocatoria, nada de los siguientes y determinantes pasos de la Iglesia Católica española contra ellas se detendrán.