Cuando ya se ha cumplido un mes del salto a la fama de las monjas de Belorado por su conflicto con la Iglesia al no poder vender su monasterio para adquirir el de Orduña y por diferencias en el entendimiento de ciertos asuntos religiosos, parece que esta última semana ha sido la más difícil para las clarisas, que han tenido que llamar a la Guardia Civil y este mismo jueves han lanzado un grito a la desesperada dirigido a sus seguidores.
En su perfil de 'Instagram', las hermanas han publicado un mensaje en el que no solo tienen palabras para las personas que les brindan su apoyo y a las que solicitan ayuda, sino también para sus detractores y para los medios de comunicación que, dicen, no están contando una parte de la historia y a los que acusan de ponerse del lado de Mario Iceta, el arzobispo de Burgos y comisario pontificio con plenos poderes sobre la que todavía es casa para ellas.
Las denuncias de las monjas de Belorado
Durante las primeras semanas, las monjas de Belorado han tenido mensajes de paz y tranquilidad, con una sonrisa en la cara de las hermanas que han protagonizado los vídeos publicados hasta la fecha, pero las nubes se han puesto sobre el monasterio después de la visita de la comitiva del arzobispo de Burgos y aunque a esas personas las recibieron sin ningún problema e intentaron explicarles su punto de vista, hay otras presencias que han incomodad y de qué manera a las protagonistas de un cisma que ya ha escrito más de un mes de capítulos.
Cuando el Vaticano tomaba la decisión de colocar a Mario Iceta al frente de las dependencias monacales y le nombraba comisario pontificio para que pusiera orden y solucionara el entuerto, las religiosas, que veían como su madre abadesa Sor Isabel de la Trinidad ya no podía revalidar el cargo, alzaban el puño y expresaban su enfado en las redes sociales, pero también tomaban la delantera junto a su portavoz, José Ceacero, para ir a otra región a denunciar ante la Jefatura Superior de la Policía Nacional el que, consideran, es un ejemplo de "abuso de poder".
Ahora, su mensaje no es solo de queja o molestia, sino también de tristeza ante la situación que están viviendo, porque aseguran que tienen cámaras ocultas, que hay periodistas que han tratado de cruzar el cartel de "propiedad privada" que siempre ha lucido en la piedra lateral de la verja o que ha habido lanzamientos de "petardos y botes de humo" y, por encima de todo, piden a los medios de comunicación que hablen también de la otra versión de los hechos, ya que consideran que solo nos estamos haciendo eco de la parte que beneficia a la Santa Sede y a la Diócesis de Burgos.
Un grito a sus seguidores de 'Instagram': las monjas de Belorado necesitan dinero
Una de las principales medidas cautelares adoptada por el Arzobispado de Burgos cuando decidieron enviar los requerimientos al convento para dar un plazo de rectificación, entrega de llaves y abandono del lugar por parte del 'falso obispo' Pablo de Rojas y el exsacerdote José Ceacero fue la intervención de las cuentas bancarias de las clarisas, que desde el 6 de junio no pueden acceder al dinero del banco y su situación económica se ha visto afectada. A pesar de que, como comentábamos este jueves, ellas serían autónomas con la venta de sus dulces, la producción, distribución y venta de los mismos podría haberse paralizado, así como tampoco hay constancia de que sigan siendo propietarias del obrador, porque hemos tratado de contactar con ellas vía telefónica, por el momento sin éxito.
En su última publicación en 'Instagram', las monjas de Belorado han expresado su malestar ante la trágica situación que atraviesan: "Hoy nos vemos obligadas a publicar la realidad que estamos viviendo y no parece de interés para los medios de comunicación.
Hace días que no podemos acceder a varias cuentas bancarias, dado que D. Mario Iceta ha tomado el control de las mismas, bloqueando de esta forma el acceso al fruto de nuestro trabajo diario". Consideran que "no ha regido la prudencia" y acusan al arzobispo de seleccionar los accesos: "ha tenido mucho cuidado al elegir las cuentas: aquellas desde las que se tienen que realizar los pagos periódicos para zanjar las obras del monasterio de Orduña no parecen ser de su interés".
Por ello, las clarisas no pueden comprar productos de primera necesidad, aseguran ni tampoco lo necesario "para el cuidado de las hermanas mayores", así como la materia prima de sus elaboraciones, algo que les ha llevado a solicitar ayuda económica a sus seguidores. Al estar limitados los comentarios en el post que han publicado este jueves, han compartido una historia con un número de cuenta, "no usurpada" y la propietaria de la misma sería Sor Laura, quien podría estar entre las excomulgadas a partir del próximo domingo, cuando vence el plazo impuesto para las más activas en el conflicto con el Vaticano.