'Medusa Beach Club': la primera irregularidad del local de Palma de Mallorca sale a la luz

Según un reciente comunicado del festival de Cullera de mismo nombre, que casualmente sufrió una tragedia similar en 2022, el negocio mallorquín usaba su misma marca comercial de forma ilegal

Enrique Espada

Periodista especializado en actualidad

Actualizado a 29 de mayo de 2024, 16:16

Europa Press
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Lo quieren dejar claro. Los responsables del ‘Medusa Beach Club’, emplazado en Cullera, Valencia, han comunicado de forma expresa que el establecimiento de restaurante y espectáculos con mismo nombre en el que este jueves sobre las 20.30 se ha derrumbado dejando, al menos, cuatro muertos y aproximadamente 20 heridos, “no tiene ninguna vinculación” con su negocio de ocio, según apuntan desde ‘ABC’.

Un reciente comunicado oficial en el que el propietario sentencia que ‘Medusa Beach Club’ es una marca nacional registrada en la Oficina Española de Patentes y marcas (OEPM), con el número M4025737 desde el 24 de septiembre de 2020. Además, en dichas líneas el festival valenciano explica también que “el local siniestrado en Palma de Mallorca estaba haciendo uso de la marca 'Medusa Beach Club' de forma irregular”, información que desconocía hasta el tras el trágico hecho recientemente acontecido. Y, desde luego, aprovechan para trasladar que tanto accionistas como trabajadores del ‘Medusa Beach Club’ de Cullera lamentan profundamente el inesperado suceso, solidarizándose «de todo corazón con las familias de los fallecidos y heridos».

Las malas casualidades también existen, y es que en Lecturas Diario hemos descubierto que este festival en tierras valencianas con el mismo nombre que el negocio siniestrado en Palma de Mallorca, sufrió una suerte parecida en agosto de 2022. Y es que Cullera sufrió el mismo drama al que ahora están viviendo los mallorquines. En su caso con tres muertos menos pero con el doble de heridos: hasta 40 personas resultaron heridas a consecuencia de la repentina caída de diferentes estructuras y elementos del escenario principal.

En Valencia sufrieron algo parecido con el doble de heridos

En esta ocasión fueron las fuertes rachas de viento las que provocaron tan indeseables consecuencias y que, como no podía ser menos, hicieron que dicha edición fuera cancelada a mitad de programa. Tras las pertinentes inspecciones, la organización del evento no se vio perjudicada ni se le imputaron responsabilidades jurídicas. Razón por la que el festival, pese al terrible suceso, continuó celebrándose. Sin ir más lejos, este mismo sábado comienza su edición de 2024 con múltiples conciertos hasta finales de agosto.

El ayuntamiento de Mallorca: "Lo estamos mirando todo"

Conforme al suceso del ‘Medusa Beach Club’ balear, todavía es muy pronto para saber si el negocio que usaba de manera ilícita la marca comercial de la empresa valenciana también cometía otras irregularidades en cuanto a la construcción o la seguridad del edificio, pero las autoridades ya han adelantado que piensan llegar hasta el fondo del asunto para depurar responsabilidades. Así lo ha expresado en las últimas horas Óscar Fidalgo, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Mallorca: "Lo estamos mirando todo. Pero no puedo hacer conjeturas con los datos de los que disponemos en estos momentos. Se va a examinar de manera concienzuda toda la documentación que hay en Urbanismo sobre este local. A partir de ahí, y con los informes de las fuerzas y cuerpos de seguridad que están actuando allí, se podrán determinar las causas del siniestro".

En todo caso, es muy pronto para sentenciar que el fatídico suceso haya sido producto de la irresponsabilidad de sus propietarios. Posiblemente este caso se deba, únicamente, a la única razón que hasta ahora se ha publicado en medios: el sobrepeso (por los clientes y mobiliario que allí había) de la terraza. Hay que tener en cuenta que Palma es uno de los lugares de España con la legislación más dura en cuanto a la seguridad y protección de sus edificios, pero porque también han sufrido en el pasado muchos derrumbes. Para prevenirlos, el ayuntamiento se puso estricto: ordenó crear una comisión no permanente para mejorar los mecanismos de prevención sobre el mantenimiento de cualquier edificación en suelo insular.

Así las cosas, el trasfondo de la desgracia que todavía nos sigue consternando tiene que responder seguramente solo a una de las dos hipótesis: a la mala suerte del destino o, sin embargo, a que el ‘Medusa Beach Club’ se saltó algunas de las muchas normas que esta comisión tuvo que disponer desde que se creara, por el derrumbe de otro edificio, en 2009.
 

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