Las claves para saber lo que pasó entre Daniel Sancho y Edwin Arrieta: los misterios de un homicidio difícil de resolver

Estamos a punto de conocer la sentencia de Daniel Sancho por el presunto asesinato de Edwin Arrieta para cerrar un caso con múltiples giros e incógnitas

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 27 de agosto de 2024, 12:09

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La investigación y el juicio de Daniel Sancho por el presunto asesinato premeditado de Edwin Arrieta, en la isla de Koh Pha Ngan (Tailandia), el 2 de agosto de 2023, ha estado salpicado por polémicas, múltiples interrogantes, batallas mediáticas entre las partes y la sombra y beneficio de la duda. Aunque todavía goza de la presunción de inocencia, el homicidio no se descarta ni por sus abogados, ya que de ser cierta la versión de la pelea estaríamos hablando de que fue imprudente, pero todavía hay una fuerte acusación que ha tratado de demostrar la Fiscalía y los abogados de la familia del cirujano colombiano: doloso, con la convicción de que fue planificado. 

Faltan 48 horas para el momento más crítico: la lectura de la sentencia al acusado con una condena que puede ir desde los 6 años a la pena capital. Se han dicho tantas cosas, que lo más seguro es que algunas hayan caído ya en el olvido después de 13 meses de rumores, informaciones filtradas, entrevistas y análisis. Se trata de un puzle y ahora solo cabe esperar a conocer la decisión que toma el juez, quien podrá mantenerse firme, pero tendrá que escuchar o leer también las posibles apelaciones de la parte que considere que no se ha hecho justicia. En función del resultado, claro está. 

De las primeras teorías a las sombras de la investigación

Cuando saltó la noticia, no podíamos dar crédito de lo que estaba ocurriendo a casi 10.500 kilómetros de distancia. El hijo del actor Rodolfo Sancho, uno de los intérpretes más reconocibles por el gran público, era detenido acusado de asesinar, presuntamente a un cirujano colombiano en la isla de Koh Pha Ngan, en Tailandia. Había confesado el crimen, trasladaba la policía tailandesa, pero el extinto 'Programa del verano' conseguía hablar con él mientras estaba, supuestamente, comiendo en un gran restaurante con los agentes que le acompañaban durante los primeros interrogatorios. En 'Y ahora Sonsoles', por su parte, asistíamos a esa reconstrucción de los hechos en el bungaló número 5 donde murió el doctor, un relato complicado en el que Daniel Sancho llegaba a preguntar si era necesario entrar en determinados detalles. Al otro lado del mundo, aquí en España, el protagonista de 'Mar de plastico' y su exmujer, Silvia Bronchalo, trataban de encajar la noticia mientras él se ponía manos a la obra junto al abogado Marcos García-Montes para sacar a su hijo de prisión. 

Carmen Balfagón se convertía entonces en la portavoz familiar y en una de las primeras intervenciones, en 'Fiesta', llegaba a decir que les había llegado el rumor de que podría haber un doble del imputado en la isla: "Se ha puesto mucha gente en contacto con nosotros y nos dicen que hay un chico en la isla que es igual que Daniel. La gente, a través de las redes sociales, nos están contando cosas que nosotros no despreciamos. Yo he dicho desde el primer momento que es un caso que a mi no me cuadra. Lo que haya pasado, yo no lo sé, pero como nos lo están contando yo no me lo creo". Tras esa insólita hipótesis, se sembraba la duda y se apuntaba a una presión por parte de la policía para que confesara un crimen que no había cometido. 

A partir de ahí, una de las principales bazas de la defensa ha sido hablar de presuntas irregularidades en la investigación, desde que se hicieran las primeras preguntas hasta que se solicitara una autopsia con un torso, el de Edwin, que figuraba supuestamente en un informe, pero que no había sido hallado. El cuchillo que habría utilizado, en otro bungaló y en el que ocurriría todo se llevaba a cabo una limpieza espiritual el 10 de agosto. Si se descartaba que la causa de la muerte tuviera algo que ver con un posible degollamiento y con un golpe en la cabeza que parecía ganar peso en el resultado del informe, se abrió paso el relato de la pelea, con una historia entre los dos que se ha contado de muchas formas. 

De Lorica a Koh Pha Ngan: los rumores sobre Edwin Arrieta

Edwin Arrieta tenía 44 años, era cirujano plástico en Colombia y nació en Lorica, una pequeña localidad en el departamento de Córdoba. Presuntamente, se había enamorado de Daniel y juntos mantendrían una relación sentimental a distancia, pero de todo esto no sabía nada ni la hermana de la víctima, muy cercana a él, ni el padre del acusado de acabar con su vida. Según las transferencias y la intención que tendría que ayudar al chef con la inversión en un restaurante que querría abrir en Madrid, otro misterio con muchas piezas del puzle por encontrar era si el vínculo entre ellos era sentimental o se trataba de una amistad con supuestos intereses económicos detrás. El informe que el abogado tailandés de los padres del médico presentó al juez vuelve a insistir en las fotografías "íntimas" que el hijo de Rodolfo Sancho le habría enviado y del miedo a que todo eso saliera a la luz. Desde el punto de vista de la defensa, su cliente quería terminar con el lazo que les unía y se produciría, siempre según su relato, un intento de violación y una pelea que terminó con la vida del colombiano. 

En su país natal, Leovaldo y Marcela estaban rotos de dolor y su hermana Darling se erigía como portavoz, a pesar de estar enfrentándose a un duelo que se hacía mayúsculo por la cantidad de noticias y rumores que dibujaban una imagen de su hermano que, para ella, se alejaba completamente de la realidad. Con la llegada del juicio y ante la dificultad para viajar a Tailandia, que en este caso está a casi 18.000 kilómetros, era Juango Ospina, abogado penalista que ha coordinado la estrategia conjunta junto a los co-demandantes, el que comparecía en la sala de la Corte Provincial de Koh Samui como portavoz para mostrar el sufrimiento que atravesaba la familia. 

El silencio lleno de ruido en el juicio de Daniel Sancho

Se trata de uno de los juicios más mediáticos de los últimos tiempos en nuestro país y es que un ciudadano español, hijo de un popular actor, se enfrenta a la pena de muerte en un país que todavía contempla esa máxima en su Código Penal. Ni siquiera a la familia de la víctima se le ha pasado por la cabeza apoyar esa condena, pero sí quieren que se haga justicia y que pague, al menos, por lo que consideran junto a sus abogados que ha sido un claro "homicidio doloso", solicitaba Juango Ospina en una de sus últimas intervenciones, en el programa 'Vamos a ver'. Tras el revuelo de las pesquisas policiales, los viajes de reporteros a la isla para reconstruir los hechos y mostrar las características de la prisión en la que se encontraba Daniel Sancho tras su detención, el juez abrió la primera sesión el 9 de abril de 2024 con la advertencia a todos los presentes en la sala de las consecuencias que podía tener que alguna información se filtrara. El silencio estaba ahí, pero con mucho ruido y detalles que salían a la luz cada jornada después de la vista. 

Desde una abogada, Beatriz de Vicente, que hablaba con el acusado en un despiste de las autoridades, hasta documentos que podrían ser pruebas o indicios en el proceso, así como el aspecto del imputado y sus supuestas lágrimas en la declaración final viajaban fuera de la Corte Provincial de Koh Samui a través de los medios de comunicación españoles, que trasladaban numerosos equipos a la isla tailandesa con periodistas preparados, cada día, a los pies de la escalinata por la que cada día subían los padres de Daniel, abogados de ambas partes y el famoso fiscal Jeerawat Sawatdichai. Otro gran misterio es si pronunció esas palabras que tantas veces se han reproducido y si es cierto que puso en duda la premeditación tras el juicio, algo que para Ospina es "rotundamente falso y una mentira falaz". 

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