Ana Vicente, conocida como ‘la mayor estafadora de España’, ha sido arrestada días después de intervenir en el programa de televisión ‘Código 10’. Al parecer, esta no era la primera ni la segunda ocasión que la mujer era detenida por múltiples causas. Se la acusa de estafar a clientes con su agencia de viajes mediante la venta de paquetes vacacionales, viajes y entradas. Son decenas de víctimas que se acercan al centenar las que denuncian que esta mujer ha destrozado sus vidas. Varias de ellas señalan que la estafadora les debe cerca de 10.000 euros.
Detenida ‘la mayor estafadora de España’
Ana Vicente, más conocida como ‘la mayor estafadora de España’ ha sido detenida tras su paso por el plató de ‘Código 10’ tal y como ha informado Mediaset. La mujer ha sido acusada en varias ocasiones de estafa en multitud, aunque ella lo niega todo y asegura que solo tiene sentencias de conformidad. La jueza encargada de una de las múltiples causas por las que se la investiga ha solicitado una requisitoria para llevar a cabo su detención, tras valorar que podría ser multireincidente. A pesar de ello, esta no es la primera vez que Ana Vicente es arrestada. La mujer ya había sido detenida en tres ocasiones previas este año y pasó a disposición judicial en los territorios de Madrid, Bilbao y Alicante. Tras su comparecencia, fue puesta en libertad con medidas cautelares. Según cuenta ella misma para defender su posición, son causas ya archivadas.
Algunas de las víctimas de Ana han intervenido de forma anónima en varias ocasiones en ‘Código 10’ para contar su experiencia. “Es una estafadora, ha roto familias, ha dejado a gente sin dinero y tiene la cara tan dura de salir y decir que es mentira”, alega una de ellas. Otra de las personas afectadas asegura que le ha estafado más de 10.000 euros con la venta de cupos de entradas de Moto GP, uno de los principales servicios que ella ofrecía en su agencia de viajes. “Son todas las transferencias que le hice y nunca he recibido nada”, señala. Otra de sus víctimas asegura que “dejó sin vuelos a Kuala Lumpur a 36 personas” y, a día de hoy, no han recibido el dinero de vuelta.
Al parecer, existen decenas de víctimas de esta mujer quien vendía paquetes vacacionales, viajes e incluso entradas para Moto GP y, después, se quedaba con el dinero de sus clientes sin ofrecer los servicios por los que habían pagado. Las víctimas de Ana Vicente podrían rondar el centenar de personas. Según el periodista Nacho Abad, en 2019 fue condenada por otros hechos de 2015 donde reservó a su nombre y el de otras personas tres habitaciones de hotel en las que dejaron a deber 7.000 euros. “Antes me has dicho que todas las sentencias que habías tenido entre 2010 y 2021 eran de Marsans. Este no es de Marsans y estás condenada por estafa. Me has mentido, Ana”, indicó el presentador en una de las entrevistas que tuvo con la mujer cara a cara en 'Código 10'.
Las víctimas de Ana Vicente hablan
‘Código 10’ ha hablado en exclusiva con una de las víctimas de Ana Vicente y con ella misma días antes de ser detenida. Ana intervino en el plató de televisión para defenderse de quienes la acusan de estafadora en numerables ocasiones desde su agencia de viajes. Marga, una de sus víctimas y usuaria de la empresa de Ana, asegura que la estafadora le dio un cheque firmado de más de 10.000 euros que no ha podido cobrar. Al parecer, Marga hizo varias transferencias para un viaje a Costa Rica y, a pesar de que no recibió los billetes para su viaje, tampoco ha recibido el dinero porque el cheque no tiene fondos.
Además, ‘Código 10’, ha hablado también con María, una excompañera de celda de ‘la mayor estafadora de España’. Ella asegura que cuando llegó a prisión llegaba como “una diva” y hablaba de lo maravillosa que era su vida y aseguraba que era millonaria. De hecho, tal y como señala la mujer, a las presas les prometía una vida fuera de prisión y las invitaba a café y a comida dentro de la cárcel. “Nos regalaba salmón y para nosotras era un lujo al que no podíamos acceder”, señala María. Al parecer, así se iba ganando la confianza de las presas. “A mí me prometió un contrato de trabajo en un caserío”, apunta la excompañera de celda.