Megan Clarke se enamoró perdidamente del que creía que era el hombre de sus sueños, un encantador aristócrata británico. Sin embargo, su historia de amor se truncó cuando la mujer descubrió que el nombre de Lord Bertie Underwood no era real. Todo era una farsa. Su futuro marido no era millonario ni tampoco aristócrata. La vida de Megan Clarke dio un giro de 180º cuando se percató de quien era realmente su pareja.
La joven de 27 años creía que su pareja era un aristócrata
Megan Clarke conoció al que iba a ser su marido en 2017. Ella trabajaba como gerente de un bar en la Isla de Wight (Inglaterra) y allí surgió el flechazo. El encontronazo que cambiaría su vida se produjo en una tranquila tarde de verano tal y como recoge el diario ‘The Sun’. “Era alto, moreno, guapo y bien vestido”, señala Clark en el citado medio. La británica terminó de enamorarse del hombre tras conocer que, además de ser encantador y apuesto, también era rico. En un primer momento le aseguró que era relojero y fue durante la primera cita que mantuvieron juntos donde le explicó que también era aristócrata. Según su relato, su nombre Lord Bertie Underwood lo demostraba. La lujosa cena en un elegante restaurante a la que la invitó también terminó de cautivar a la joven de 27 años.
“Me dijo que era un lord, era algo que hablaba abiertamente. Dijo que su tatarabuelo había inventado la máquina de escribir Underwood y de ahí provenían su nombre y su dinero”, explica en una entrevista a ‘The Sun’. Poco a poco, el hombre fue seduciendo con lujosos regalos a Megan. En solo un par de meses, Bertie le había regalado un coche y un cachorro de raza. Megan, ciega de amor, no tardó en formalizar su relación con el hombre. De hecho, planearon casarse antes de cumplir un año de relación. Bertie le pidió matrimonio con un anillo de diamantes de cinco quítales en Navidad. Ella se mudó con la pareja a una enorme casa de tres pisos supuestamente comprada en una subasta. Megan estaba viviendo la vida de ensueño que jamás podría haber imaginado. Aun así, la historia de amor se terminaba poco antes de consumar la ansiada boda con un fatal desenlace. Fueron distintas señales las que alertaron a la joven de 27 años de que algo no iba bien. Poco después, Clarke no podía creer lo que acababa de descubrir apenas dos meses antes de casarse con el que creía que era el hombre de sus sueños.
La joven de 27 años descubrió una enorme red de mentiras y estafas bajo el nombre de su pareja
Tras indagar sobre su supuesta descendencia aristócrata, Megan descubrió que no existía ningún Lord Bertie Underwood. Al parecer, solo era un mero conjunto de alias que el hombre había utilizado para ocultar su verdadera identidad. La mujer dio finalmente con el nombre real del que pronto iba a ser su marido. Su identidad era Robert Madejski y tampoco era rico ni aristócrata. El hombre resultó ser un estafador en serie que embaucaba a mujeres como ella para sustraerles todo su dinero. De hecho, Madejski ya tenía un largo historial de denuncias y varias víctimas. El estafador vivía a costa de sus ciegos romances. En su etapa junto a Megan, tenía enorme lista de impagos, préstamos y tarjetas de crédito a nombre de la joven. “Esta persona que era mi mundo nunca fue una persona real. Nada de esto era real”, explica la víctima en ‘The Sun’. Megan descubrió una enorme trama de ilegalidades. En la oficina de su pareja encontró varias tarjetas bancarias con diferentes nombres y varias cartas de desconocidos en su casa.
Con las pruebas sobre la mesa, la joven había desarticulado la enorme red de mentiras de su pareja. “Le pregunté a Bertie y su actitud cambió instantáneamente. Se puso muy a la defensiva y furioso. Fue definitivamente cuando comencé a cuestionarlo todo”, señala. A partir de este momento, denunció lo que ocurría a la Policía. Aunque intentó que Madejski fuera castigado por sus mentiras, la Justicia nunca consiguió encarcelarlo por los delitos cometidos. De hecho, ella misma tuvo que hacer frente a las enormes deudas que este le había generado. Para más inri, varios hombres se pusieron después en conatco con ella para hacerle saber que su pareja también había tenido relaciones con ellos de forma simultánea. Sin duda, aquel encontronazo en un bar se terminó convirtiendo en su peor pesadilla. La familia de la joven publicó todo el suceso en sus rede sociales para evitar que otras mujeres cayeran en la misma trampa. Desde entonces, Robert Madejski se encuentra en libertad.