Los expertos aseguran que existen más de 500 fobias conocidas en todo el mundo. Aun así, hay muchas otras que todavía no han sido descubiertas, estudiadas ni tienen nombre. Lo cierto es que cada vez es más común escuchar términos como talasofobia, zoofobia, aracnofobia o claustrofobia. De hecho, estos son algunos de los miedos más frecuentes entre la población. Ahora, la ministra sueca de Igualdad de Género, Paulina Brandberg, ha visibilizado la cibofobia, un trastorno que padece desde toda la vida y asegura que es “la fobia más rara del mundo”.
¿Qué es la cibofobia?
Los expertos siguen estudiando, a día de hoy, las distintas fobias que sufren cada vez más personas. Aun así, muchas de ellas se sitúan como más peculiares por su rareza. Una de ellas es la cibofobia. Es decir, el miedo irracional a comer o a los propios alimentos. Según los expertos de la Universidad Europea, este miedo no debe confundirse con otros trastornos psicológicos como el TCA u otras conductas de alimentación. A diferencia de estas patologías, la cibofobia no busca mejorar la imagen personal a través del cuerpo o modificar el nivel de peso corporal. Los síntomas de la cibofobia son muy claros y se manifiestan de tres formas distintas. Uno de los síntomas es cognitivo y aparece en forma de angustia, desorientación, ideas irracionales de miedo, pérdida de concentración y preocupación extrema.
Otro de los síntomas es conductual. La persona que padece esta condición trata de evitar a toda costa el estímulo fóbico. El último de los síntomas es físico y aparece en forma de escalofríos, mareos, opresión en el pecho, sudoración excesiva, taquicardias e incluso temblores. En cualquier caso, el cuerpo y la mente reaccionan de forma negativa ante su estímulo fóbico. El caso de Paulina Brandberg ha despertado gran interés público por este trastorno y ha ayudado a otras personas a visibilizar su situación ya que asegura que es “la fobia más rara del mundo”. Aun así, la ministra sueca de Igualdad de Género no ha dado a conocer su situación por mero placer. Ha sido el medio ‘Ezpressen’ quien publicaba mediante filtraciones ciertas informaciones personales donde se evidenciaba su gran temor a un alimento en concreto.
En el caso de Brandberg, la mujer padece un gran miedo a los plántanos. Brandberg no puede tocar ni mucho menos acercarse a un plátano. Tampoco soporta su imagen y su llamativo color amarillo. Al parecer, el equipo de la ministra se ha asegurado durante su mandato de que la política no entrara en contacto con la fruta mencionada bajo ningún concepto. Según el citado medio, existen distintos correos electrónicos en los que se informa en sus reuniones sobre la fobia que padece y las prohibiciones impuestas sobre esta fruta tan común. “No debe haber plátanos en la sala”, es uno de los mensajes enviados por un miembro de su equipo a la oficina del portavoz sueco en el pasado mes de septiembre.
Además, en este mismo correo, añadió que la ministra sufre una “fuerte alergia”. “Vigilaremos la conferencia para que no haya ni rastro de bananas”, reiteró su jefe de gabinete en uno de los mensajes. Lo cierto es que todo el equipo se ha encargado mantener a Paulina Brandberg alejada de esta fruta común por la gran cibofobia que padece. Aunque realmente es un miedo poco común, puede provocar graves consecuencias. Los problemas de salud más graves y frecuentes son la ansiedad y nauseas que pueden aparecer con solo acercarse al alimento.
Existen varias alternativas para luchar contra la cibofobia
Luchar contra trastornos como estos no es fácil. Aun así, es posible según la Universidad Europea. “Necesitan la ayuda de un experto como un psicólogo o psiquiatra con el apoyo de un nutricionista”, explica en su portal web. “Dependiendo del origen y las circunstancias de cada persona, el tratamiento será distinto. Aun así, la terapia cognitivo conductual suele ser uno de las más empleadas, junto con las técnicas de relajación y de exposición. Solo en los casos más extremos se recomienda un tratamiento farmacológico, pero complementario a la terapia psicológica”, señalan los expertos de la Universidad Europea. Como cada trastorno, cada fobia tiene su propio tratamiento específico. Es por este motivo que los expertos recomiendan acudir a su médico en busca de ayuda para solucionar este tipo de problemas que, en ocasiones, pueden ser complicados para gestionar tareas del día a día.