Está en la comarca de Osona, se llama Rupit y tiene el honor de haber sido nombrado recientemente ‘pueblo más bonito de nuestro país’, según la Organización Mundial de Turismo. Entre sus principales atractivos, su belleza medieval y el majestuoso entorno natural en el que se encuentra enclavado.
El encantador municipio, de solo 279 habitantes, está a una hora y media de Barcelona y ocupa el primer puesto en este ranking a nivel mundial por, según la OMT, su montañoso paisaje, sus perfectamente conservados edificios medievales y sus cuidadas calles todavía empedradas.
Por qué le otorgan el primer puesto
Hay que tener muy en cuenta que su espectacular casco histórico tiene una gran importancia desde el punto de vista artístico e incluso histórico, pues entre sus muchos puntos de interés turístico -en un pueblo tan pequeño- son sus tradicionales calles con arcos, la plaza de la Vila, su puente colgante de madera que cruza el río o su preciosa Iglesia de Sant Miguel.
Pero, ¿cuáles son los criterios de la Organización Mundial del Turismo para elegir al pueblo más bonito del mundo? Aspectos tan relevantes como el patrimonio cultural y artístico mencionado, la belleza de sus calles o el cuidado al medio ambiente son algunos de los principales.
Rupit aprueba con nota todos los 'ítems' para ser el pueblo más bonito del mundo
Rupit supera las expectativas con todos. Porque además de presentar un casco histórico digno de ser visitado, este municipio catalán usa energías renovables y consigue, también, que los turistas que visitan el pueblo sean respetuosos con tanta naturaleza que les rodea.
Según la web ‘Catalunya Turisme’, hay muchos otros atractivos que nadie se puede perder si visita este pueblo de la provincia de Barcelona. La popular plaza de los Caballeros -antiguamente lugar social y de encuentro para las clases altas de la localidad- la notaría Saler, la antigua ferrería o la casa del boticario, son dignos de ver por la riqueza arquitectónica civil que suponen.
Su paisaje natural que corta en aliento
Y, en las proximidades del pueblo, una estampa que nadie debe perderse. Los molinos de la riera observan la bella panorámica del entorno natural donde se ubica el pueblo. Construidos a partir del siglo X, doce son los que en total forman un flanco que construyen una imagen única en combinación con un paisaje montañoso difícil de describir por toda la belleza que transmite.
Porque su naturaleza tan bien conservada convierten a Rubit en el pueblo más próximo al Espacio Natural Protegido del Collsacabra, muchas hectáreas en las que además de disfrutar de oxígeno puro el visitante también puede realizar todo tipo de actividades al aire libre. Sorprendentes senderos para salir con la bicicleta -hay hasta 17 perfectamente señalizados- o varios itinerarios para hacer marcha nórdica son solo algunas de sus alternativas en plena naturaleza.
¿Qué comer en Rupit?
Por otro lado, su oferta culinaria tampoco deja indiferente a nadie. La comida tradicional y elaborada artesanalmente hace las delicias de cualquiera. Entre todas sus bondades gastronómicas destacan la coca de la abuela o su famosa longaniza.
El Coll o el Restaurant el Genet son dos buenas opciones en la que disfrutar de la más pura gastronomía catalana de montaña. El segundo destaca por ser especialista en la preparación de exquisitos caracoles o de un plato tan típico en la zona como es la butifarra con alubias.
Y ya, para terminar, si lo que quieres es ‘vivir’ el pueblo como un vecino más, la mejor opción sería que te acercaras para disfrutar de algunas de sus fiestas más tradicionales. La Festividad de Sant Llorent, el 9 de agosto, o la Fiesta Mayor de Rupit, el 29 de septiembre, son las más populares del pueblo más bonito del mundo según la OMT.
Estos son los otros pueblos españoles más bonitos del mundo según la OMT
Un ranking internacional, el de la Organización Mundial del Turismo, en el que también se encuentran otros dos bonitos pueblos de España. Alquézar, en Huesca, sería uno de ellos y, posiblemente, haya sido elegido por el fascinante espacio natural en el que se encuentra, los Pirineos. Pero, evidentemente, también es reseñable por su casco histórico de estilo medieval, del que destacan el el Castillo Colegiata Santa María la Mayor o el mirador Sonrisa del Viento.
El tercer pueblo ha sido Guadalupe, en Cáceres, del que destacan atractivos como la Sala Capitular o el Camarín de la Virgen, pero más todavía lo hacen las dos joyas de la corona artístico-histórica de la que se compone el bonito municipio: su Iglesia de Nuestra Señora del siglo XIV o su claustro mudéjar dejan la boca abierta a las miles de personas que hasta hoy han disfrutado del pueblo cacereño.