La psicóloga Lara Ferreiro explica cómo afrontar el síndrome de la silla vacía en Navidad

En las fiestas navideñas se acentúa la nostalgia y la terapeuta de parejas nos explica cómo sobrellevarlo

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 25 de diciembre de 2024, 08:39

Canva
Volver

Las fiestas navideñas son un momento para celebrar, compartir, viajar y volver a casa; estamos en semanas idóneas para demostrar el amor con nuestros seres queridos, regalar y estar en familia. Hay otra realidad que es bien distinta y que afrontan muchas personas para las que estas fechas tan señaladas han perdido el brillo que tenían cuando no había preocupaciones y no faltaba nadie a la cena de Nochebuena.

En Navidad volvemos a abrazar, muchas veces, a los nuestros, pero también echamos de menos a los que ya no están. El duelo se acentúa en estos días y es que echamos de menos compartir con nuestros familiares y amigos fallecidos los días precisamente pensado para estar todos juntos. Cuando no se puede, aparece el conocido como síndrome de la silla vacía y en Lecturas hemos acudido a la psicóloga Lara Ferreiro para que nos explique con detalle cómo afrontarlo.

El síndrome de la silla vacía en la cena de Nochebuena

La cena de Nochebuena y la comida de Navidad son, mucho más que Nochevieja o Año Nuevo, las citas para sentarse a la mesa con la familia y brindar todos juntos después de comer platos especiales y fieles a la tradición. Es precisamente ahí cuando somos plenamente conscientes de que falta gente y hay sillas vacías que antes ocupaban nuestros seres queridos. “Es la depresión y sentimientos de vacío, tristeza o angustia que experimentas por la falta de un ser querido en Navidad”, introduce Lara Ferreiro.

Ese sentimiento se hace “más fuerte” cuando se trata del primer año o hace relativamente poco tiempo de la pérdida y “la persona observa una silla que no va a ser ocupada y ese dolor se agudiza muchísimo”, continúa la terapeuta de parejas. “Hay gente que odia las Navidades y normalmente es por la ausencia de la gente que amas y que quieres; este síndrome es muy perverso porque hay una obligación de que hay que estar felices”, explica.

Cada Navidad, nos indica, “hay un 5% de la población que está atravesando un momento de duelo por una pérdida reciente y esto puede conllevar que en 2025 1 de cada 6 personas con este síndrome va a padecer una depresión”. Sobre las “emociones más comunes” asociadas a esta situación, subraya “un bajo estado anímico, mucha melancolía, rabia o introversión”, dependiendo de la emoción que aflore en cada uno.

Cómo afecta el síndrome de la silla vacía en Navidad

Este síndrome de la silla vacía se manifiesta tanto física como mentalmente, tal y como nos explica Lara, que detalla que “se activa en la amígdala, que es la zona de la tristeza y el vacío, ampliando el dolor emocional en Navidad y en el hipocampo, que es la zona de los recuerdos, con la sobrecarga emocional de la nostalgia por quienes no están”. También “aumentan los niveles de estrés, del cortisol” y, a veces, como le ocurre a algunos pacientes en terapia, “es inconsolable” cuando hemos perdido a alguien de manera fulminante y recientemente.

A una falta de concentración, que también se puede dejar notar, le puede acompañar un “dolor social” que va de la mano de las redes y las fotografías que otras personas comparten con una realidad aparentemente más feliz. “Hay perfiles más propensos a sufrir el síndrome de la silla vacía, como quienes han sufrido la pérdida recientemente, algo que ocurre en Valencia tras la DANA, donde lo tendrán más agudizado”, añade la especialista.

A veces, no se trata de un fallecimiento y el duelo puede ir asociado a una ruptura sentimental, cuando la persona que falta a la mesa lo ha estado durante años mientras éramos pareja o en el caso de personas mayores que están en una residencia y no en casa junto a su familia; también personas que viven en otro país lejos de sus seres queridos. Son algunos de los ejemplos diferentes de personas que pueden padecerlo en estas fechas, apunta la autora del libro ‘Adicta a un gilipollas’.

Cómo afrontar el síndrome de la silla vacía

Lara Ferreiro señala que la duración suele ser de unas semanas, entre el 15 de diciembre y la celebración de Reyes, el 6 de enero. Son varios los días que van asociados a celebraciones conjuntas, con familiares y amigos y si el duelo se extiende demasiado, más allá de los 6 meses, podría “convertirse en patológico” y recomienda “ir a terapia”. Podemos ayudar a estas personas, a las que muchas veces tenemos cerca, con pequeños gestos como “variar” y buscar otro lugar que no le genere tantos recuerdos y ayude a que se pueda despejar en una fecha así.

Para manejar esas emociones y afrontar este síndrome de la silla vacía, aconseja “hablar sobre ello, permitirse estar triste y no abandonar las rutinas, como el gimnasio. Tener tu ángel del duelo, alguien con el que puedas hablar y es importante minimizar el consumo de alcohol, porque hay gente que con ello anestesia el dolor, pero luego te sientes mucho peor”. Además, insiste en que “los psicólogos están para ayudar en terapia”. “Hay que evitar el estigma de que hay que estar súper feliz en Navidad, porque puede que no y en ese caso puedes permitirte odiar las Navidades, porque se ha muerto alguien que amabas y no poder abrazarle y hay que reconstruir la vida poco a poco”, concluye.

Rechazar y suscribirse

Si quieres actualizar tus preferencias de consentimiento haz click en el siguiente enlace