Las 2 pruebas con las que Alfonso Basterra descolocó a los investigadores del 'Caso Asunta'

El padre de Asunta despistó a la Policía Judicial con dos indicios, pero solo uno de ellos pudo ser utilizado en el juicio

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 1 de mayo de 2024, 18:48

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El padre de Asunta, Alfonso Basterra, tardó en ser detenido por la policía y mientras su exmujer, Rosario Porto, era enviada a los calabozos desde el tanatorio en el que velaban el cuerpo de su hija. Fue en la inspección ocular de la casa de Montouto, ubicada en Teo, donde se reencontraron para acompañar a los investigadores en la recogida de posibles indicios y el lugar en el que comunicaban al padre de la niña su detención. 

En ese momento, el juez de instrucción autoriza las grabaciones de las conversaciones entre los dos, encerrados en calabozos cercanos para intentar sacar conclusiones con lo que se dijeron durante las horas previas a que pasaran a disposición judicial y continuara el proceso abierto contra ellos, pero hay dos pruebas que descolocaron a los responsables de la investigación: la ropa del padre de Asunta y su ordenador. 

La primera prueba: la ropa que Alfonso Basterra llevaba el día del crimen

Rosario Porto y Alfonso Basterra acuden a la comisaría sobre las 21:30 del día 21 de septiembre para denunciar la desaparición de su hija y dan su primera versión, en la que ella asegura que se ausentó de su casa mientras la niña estudiaba y al volver, ya no estaba, con lo que se activa el protocolo y los padres esperan noticias, que llegarán durante la noche cuando dos hombres encuentran el cadáver sobre la cuneta de una pista forestal a pocos kilómetros de la casa de Montouto, a la que Charo, como la conocían, se había desplazado para recoger unos bañadores, según su versión. 

Hubo varios movimientos que hicieron sospechar a los investigadores y es que tal y como explicaba Clara Tiscar en el podcast especial de 'Criminopatía' el 21 de septiembre de 2023, - con motivo del décimo aniversario del asesinato -, "tras desconectar la alarma, Charo dice que tiene que ir al baño y sube las escaleras demasiado deprisa, así que un guardia va tras ella y cuando la ve entrar en una habitación, va tras ella. Ve una papelera y parece que iba camino de ella, pero llega antes y ve unos pañuelos de papel, una mascarilla y unos trozos de cuerda de color naranja", similar a la que tenía el cuerpo de Asunta, algo que también queda así reflejado en la serie de Netflix protagonizada por Candela Peña y Tristán Ulloa. 

En el caso de Alfonso, llamaba la atención que con las pocas cosas que tenía de su hija en casa, había tres trajes con los que hacía ballet, una de las dos literas estaba descubierta y hallaron lamparones de semen con la luz ultravioleta en la pared y en unas bermudas que no se llevaron y que no volverían a ver. El citado programa de 'Prisa Audio' hace aquí una pausa, ya que la policía tampoco encontraría después la ropa con la que Basterra fue a hacer la denuncia, "ni siquiera las chanclas"

Una segunda prueba: el ordenador de Alfonso Basterra, que apareció de repente en su casa

Otro indicio que descolocó a los agentes fue el ordenador de Alfonso, que no encontraron en los primeros registros y aunque él aseguraba que siempre estuvo allí, pudieron comprobar con fotografías que no había rastro de él la primera vez que entraron en su domicilio. En el citado podcast, Tíscar explica que los investigadores "lo encuentran el 29 de diciembre de 2013 en un maletín justo al lado de la puerta del salón, un lugar por el que han pasado mil veces". 

Al haber revisado la casa, el dispositivo no estaba y cuando dieron con él, ya meses después del asesinato, lo habían limpiado para eliminar las huellas y se había borrado más de medio millón de archivos, tal y como especificaba Manu Marlasca en la sección 'Territorio Negro' de 'Julia en la Onda': "Basterra sostuvo en el juicio que el ordenador siempre estuvo allí, pero tres meses después aparece completamente limpio, por fuera y por dentro. Algunos de esos archivos corresponden a imágenes de mujeres de rasgos orientales, que también puede ser discutible, pero es extraño".

El periodista de sucesos confirmaba en el citado programa de radio que esos documentos gráficos no pueden ser recuperados, pero Julia Otero abordaba también el tema de las fotos que la Guardia Civil encuentra en el teléfono de Rosario Porto, algo que puntualizaba Luis Rendueles, periodista de investigación: "Sobre las que muestran a la niña amortajada con los ojos abiertos, los padres explicaron en el juicio que a Asunta le gustaba disfrazarse y en esas imágenes la niña estaba simulando ser una momia".

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