La situación que vive Daniel Sancho, condenado por el crimen premeditado de Edwin Arrieta, en prisión es desde hace casi seis meses la misma. Mientras que la Justicia de Tailandia toma una última decisión sobre sobre su futuro, vive sus días como un peligroso reo tailandés. El joven chef madrileño duerme entre rejas en una de las prisiones más famosas de Tailandia por su peligrosidad. El centro penitenciario de Surat Thani es principalmente conocido por el hacinamiento de presos que han cometido delitos de sangre muy graves. Tras superar el módulo de aislamiento, la mayoría de ellos duermen en celdas sin cama. El periodista experto en el caso, Joaquín Campos, asegura que sus días allí son muy complicados. Sin embargo, Marcos García Montes, su abogado, sostiene que está “contento” con su vida en prisión.
La vida de Daniel Sancho en una de las prisiones más peligrosas de Tailandia
Han pasado casi seis meses desde que Daniel Sancho ingresaba en prisión tras conocer su condena. La Justicia tailandesa concluyó que era culpable del asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Aun así, su equipo legal en España contratado por Rodolfo Sancho todavía tiene un último as bajo la manga. Su defensa no ha perdido la esperanza y prevé minimizar parte de la condena tras presentar su recurso de apelación. Mientras que la Justicia tailandesa recibe el documento en los próximos días tal y como han confirmado fuentes cercanas al caso en exclusiva a este medio, Daniel Sancho debe permanecer entre rejas.
El periodista y experto en el caso Sancho, Joaquín Campos, ha desvelado más información sobre su ‘modus vivendi’ en una entrevista a ‘Pronto’ tras visitar Tailandia. El malagueño asegura que la estancia de Daniel en la prisión de Koh Samui era totalmente distinta a la de ahora. “En la primera cárcel en la que estuvo fue mandado a la enfermería a dormir para vivir bien. Así evitaba estar en una celda con ratas y otros presos”, asegura al citado medio. Por el contrario, sus días en Surat Thani serían mucho más complejos. “Está muy jodido, en una celda con otras 36 personas, entre las que hay asesinos, pederastas, traficantes de drogas… Está teniendo muchos problemas de adaptación, pero confía en que le van a sacar de allí, porque eso le ha dicho su abogado, Marcos García Montes. Pero Daniel está desesperado y se teme que pueda suicidarse si no mejora su situación”, sostiene.
Por otro lado, Marcos García Montes, su abogado ha ofrecido una versión de los hechos distinta y defiende que Daniel “está bien”. El letrado asegura que “está tranquilo y contento con su vida en prisión sin meterse en problemas”. Su defensa también ha señalado que Sancho se encuentra “expectante con el recurso” a la espera de que este pueda cambiar parte de su futuro. “Él ya tiene conocimiento del boceto que hemos hecho y en contacto con nuestros asesores tailandeses que le visitan”, asegura en el citado medio. También ha desvelado que Daniel ha colaborado en la elaboración del valioso documento.
Más allá de estas versiones, lo único que está claro es que la prisión de Surat Thani es popularmente conocida por su peligrosidad. Allí residen los presos condenados por los delitos de sangre más graves. Para más inri, el total de reos supera la capacidad de sus muros con unos 5.400 reclusos retenidos. En general, en cada una de las celdas pueden convivir más de 20 presos con un espacio muy reducido que limita a su vez sus movimientos y actividades donde tampoco poseen ningún tipo de privacidad.
Los muros de Surat Thani plantean varios problemas para los presos
Otra de los problemas que plantea esta prisión se sitúa en torno al vis a vis de los reos. Aunque muchos utilizan las visitas de sus conocidos como vía de escape al calvario al que han sido condenados, en Surat Thani los encuentros están mucho más restringidos que en otras prisiones del país. Además, solo se permiten a familiares con parentesco de consanguinidad. Así lo confirmaba la propia Silvia Bronchalo en declaración a los medios españoles hace pocos meses.
"En esta prisión hay más gente, más presos de todo tipo y son otras reglas", señaló. Junto a todas estas dificultades mencionadas, las redadas y los registros policiales son otro de los mayores temores que padecen los reclusos. También los casos de abusos entre presos muy conflictivos es uno de los problemas más recurrentes. En cualquier caso, según su letrado, Daniel estaría viviendo al margen de todos estos problemas pasando desapercibido.
Eso sí, el madrileño cuenta con un hándicap innegable que no sufre la mayoría de los presos. El lenguaje es una de sus barreras para comunicarse por lo que solo puede cruzar palabras con el resto de los presos que hablan inglés. Por el momento, esta es la única información que ha trascendido sobre su estancia en prisión. Sea cual sea su realidad, solo el recurso de apelación podrá cambiar parte de su nuevo rumbo y su futuro.