El crimen de Tajueco, en Soria, se ha hecho viral con la imagen que se ha convertido en pista de la investigación para la Policía. La fotografía, realizada por el vehículo de Google Street View, muestra al detenido por el presunto asesinato de José Luis P.O, introduciendo supuestamente el cuerpo de la víctima en el maletero de su coche. Aunque los agentes insisten en que no se trata de la máxima clave en las indagaciones, lo cierto es que ha permitido sumar una pieza al puzle que se ha sumado a las escuchas telefónicas y el hallazgo de una parte del cuerpo sin vida del ciudadano cubano de 32 años.
No es el único caso en el que una instantánea de la funcionalidad de Google ha permitido esclarecer los hechos y es que hace casi una década, se pudo averiguar a quién correspondía el segundo ADN del que se hallaban restos en el sótano de la casa de Bruno Hernández, el descuartizador de Majadahonda. Investigaban la muerte de una argentina que vivía allí como inquilina, en una de las habitaciones, pero él había acabado con la vida de dos personas y gracias a esta herramienta del gigante tecnológico consiguieron identificar a la segunda víctima.
El otro crimen con una foto de Google Maps en la investigación
En 2015, la policía investigaba la muerte de Adriana, una joven argentina, después de que su hermano decidiera poner rumbo a España al haber pasado ya varios días sin que le diera señales de vida. Había alquilado una habitación en la casa de Bruno Hernández, en Majadahonda, quien aseguraba que su inquilina se había ido por decisión propia con un nuevo amor; su mentira fue rápidamente captada y pronto le ponían en el radar policial.
La investigación y la búsqueda de esa chica no se iba a quedar ahí, porque cuando encontraron una picadora industrial de carne y cuchillos en el sótano del sospechoso, había restos de ADN de otra persona, que además tenía coincidencias genéticas con el del investigado. Una imagen, también tomada por Google Street View, mostraba a una mujer en la ventana del segundo piso del domicilio, años atrás.
La propietaria de ese chalet era Liria Hernández, la tía del descuartizador de Majadahonda, tal y como explica el diario '20 minutos'. Bruno se había inventado que su familiar había decidido irse a una residencia de mayores y también que la firma de ella estaba en la cesión de esa casa, que posteriormente puso a la venta. Ahí estaba la clave para resolver el segundo crimen y era esa mujer, de avanzada edad, la otra víctima cuyo ADN estaba en la picadora.
La foto de Google Maps al detenido en Tajueco, una pista que no sería determinante
El citado medio de comunicación también se ha puesto en contacto con el inspector al frente de la investigación del crimen de Tajueco, en Soria. El inspector de la Policía Nacional Óscar García, especializado en delitos violentos, decía a '20 minutos' que, si bien "no se desdeña la imagen" captada por el vehículo de Google Street View, "no tiene un valor significante" en la resolución del crimen, tal y como veníamos apuntando en las primeras horas desde que se hiciera viral la fotografía, en la que el detenido aparece metiendo una bolsa grande de plástico en el maletero de su coche.
Los agentes pudieron detener al sospechoso en el pequeño pueblo soriano y a su esposa, que habría tenido una aventura con el desaparecido al que llevaban más de un año buscando, tras realizar escuchas telefónicas. Los investigadores apuntan que en el momento en el que introdujo el cuerpo de Jorge Luis P.O en el coche todavía no había sido descuartizado. Posteriormente, encontraron el tronco del ciudadano cubano en el cementerio de Andaluz, a escasos 10 kilómetros de Tajueco.
Fue el 12 de noviembre de este año cuando llegaron hasta el presunto asesino y ahora, tanto él como la mujer están en prisión provisional, una medida cautelar adoptada por el juzgado de Instrucción número 1 de Soria, a la espera de juicio. Cuando la víctima desapareció, un familiar suyo viajó a la provincia soriana para alertar sobre los mensajes que había recibido, presuntamente escritos por Jorge Luis.
La comunicación entre ellos era fluida, así que veía extraño que pudiera ser él quien estuviera tras esos mensajes que le enviaba a través de una aplicación de mensajería instantánea, alegando que se había ido por amor y que se desharía de su teléfono móvil. El suceso saltaba a la prensa después de que la imagen de Google Maps con el sujeto de espaldas introduciendo la bolsa voluminosa en la parte trasera del turismo se hiciera viral en redes sociales y en los principales diarios comarcales, que destacaban que el tema era lo más comentado entre los vecinos de esos pequeños municipios.