El próximo 5 de junio Daniel Sancho, a la espera de sentencia tras su juicio por el supuesto asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta en Tailandia, tendrá que declarar mediante videoconferencia desde el país oriental por un presunto delito de lesiones para el Juzgado de lo Penal número 16 de Madrid.
El proceso, aplazado a raíz de que el hijo de Rodolfo Sancho ingresase este verano en prisión preventiva por su causa pendiente contra el médico colombiano fallecido, no pudo iniciarse a razón de la comunicación de la Fiscalía de Tailandia con la que se le informaba al juzgado madrileño la imposibilidad de que este declarase en la primera convocatoria dadas las circunstancias del acusado.
Le hizo, supuestamente, una brecha y le rompió un diente
Así pues, el nieto de Pepe Sancho tendrá que volver a la corte penal de Koh Samui, Tailandia, para responder a las preguntas que le planteen los magistrados de Madrid conforme a un supuesto hecho ilícito protagonizado por Daniel Sancho en el que, al parecer, tras entrar en un taxi sin respetar la fila decidió, ante las quejas de una de las personas que estaba a la cola, propinarle un puñetazo en la cabeza que le produjo una brecha y la rotura de un diente.
Por este presunto hecho acaecido en 2019 y pendiente de ser juzgado en España, el Ministerio Fiscal solicita en contra de Sancho un año de cárcel y una indemnización económica para la víctima de 2.100 euros. Ya varios meses antes de que comenzara su mediático juicio en Tailandia por la muerte del cirujano colombiano de 44 años, el cuadro de abogados de Sancho solicitó su extradición para que se le juzgara por dicho suceso, pero se desestimó.
Des esta forma, a la espera de la sentencia por el supuesto crimen premeditado contra Arrieta que posiblemente se haga pública en agosto, el joven chef tendrá que rendir cuentas en esta videoconferencia prevista para el mes que viene en la que tendrá que aclarar su versión de los hechos en un suceso en el que se sobreentiende que aquellos individuos que estaban a la cola esperando el taxi podrán corroborar el puñetazo al hombre que solo se quejaba, supuestamente, del comportamiento poco cívico del joven de 29 años.