El Notting Hill español existe: El barrio más inglés, bonito y con 'swing' está en el País Vasco

Descubre Irala, el barrio más inglés de toda España, donde sus coloridas casas y cautivadores murales te trasportarán a Notting Hill. Un tesoro 'desconocido' que se está convirtiendo en todo un reclamo para las influencers

Irala
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Cuando pensamos en los encantos de Bilbao es fácil dejarse seducir por la monumentalidad del Guggenheim, los vibrantes colores del Casco Viejo o la modernidad de la Torre Iberdrola. Sin embargo, a tan solo escasos minutos del bullicioso centro urbano se encuentra un rincón pintoresco de la ciudad que evoca una estética que bien podría confundirse con las coloridas calles de Notting Hill en Londres. Este lugar no es otro que Irala, el barrio más inglés de España.

Situado a orillas del río Nervión y apenas a escasos dos kilómetros del corazón de Bilbao, el desconocido Barrio de Irala se presenta como un fascinante lugar con carácter propio. Al recorrer sus calles, te quedarás maravillado con las fachadas en tonos verde, naranja, amarillo o azul de estas casas centenarias, que desafían la uniformidad que a menudo caracteriza a los barrios colindantes. Aquí, los edificios no solo son una maravilla arquitectónica para los ojos de los visitantes, sino que también cuentan una historia que merece ser escuchada.

Historia y patrimonio vascos

La historia de este pintoresco barrio se remonta a comienzos del siglo XX, cuando el empresario Juan José Irala soñaba con crear un espacio residencial para los trabajadores de su fábrica de pan, Harino Panadera. Con esta visión, contrató a dos de los arquitectos más destacados de la época: Federico de Ugalde y Enrique Epalza, quienes fusionaron las influencias anglosajonas con el carácter ecléctico de la arquitectura vasca.

Barrio de Irala en Bilbao
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Las casas, diseñadas para ofrecer comodidad a la clase trabajadora, contaban con lujosos espacios para la época, que incluían dos o tres dormitorios, un salón y una cocina. Observar la mezcla de estilos en las construcciones es fascinante. Los visitantes pueden sentir la huella de las casas londinenses, pero también las sutiles referencias a la arquitectura tradicional vasca. Esta simbiosis entre diferentes influencias arquitectónicas no solo ha enriquecido el barrio, sino que lo ha convertido en todo un referente de la resistencia cultural ante el desarrollo urbano especulativo, que ha arrasado muchas otras áreas de la ciudad vizcaína.

Un barrio con mucho swing

Caminar por el barrio es una experiencia única que despierta los sentidos. Cada esquina está adornada con impactantes murales y fachadas que parecen haberse sacado de una postal. Al recorrer este vecindario, es imposible no sentir que cada pequeño detalle cuenta una historia personal. Las ventanas decoradas, los balcones con plantas y flores a rebosar y las puertas de color parecen llamar a los transeúntes a detenerse y disfrutar del ambiente bohemio que inunda el lugar.

En este lugar el arte se entrelaza con la energía de sus gentes, iluminando sus calles con inspiración y belleza. Además, el barrio se ha convertido en un destino popular en redes sociales, donde los visitantes comparten su magia a través de fotografías. Las calles Baiona, Kirikiño y Zuberoa son especialmente un buen reclamo para influencers que como María Pombo, Ibai Llanos o Dulceida no han dudado en posar y popularizar este lugar, mostrando sus encantos a través de sus plataformas y redes sociales.

Un tesoro oculto en pleno corazón de Bilbao

Quizás sea su silencio y la tranquilidad lo que preserva a Irala como un tesoro oculto en pleno corazón de la ciudad. A diferencia de otras áreas más transitadas, este barrio se aleja del ruido constante del turismo, ofreciendo un refugio especial para aquellos que deciden aventurarse más allá de las rutas turísticas más habituales de la ciudad. Esta exclusividad añade un valor especial a la experiencia, convirtiendo cada visita en un descubrimiento personal. En este lugar el tiempo parece haberse detenido. Las conversaciones de los vecinos, el aroma del pan recién horneado y la calidez del ambiente invitan a disfrutar del momento. En Irala, cada visitante se convierte en parte de una narrativa más amplia, conectando con las raíces de una comunidad que ha sabido preservarse a lo largo de las décadas.

Un experiencia vasca completa

Un viaje a Bilbao no estaría completo sin una exploración de su gastronomía. Después de pasear por Irala, es esencial deleitarse con los pintxos, esas pequeñas delicias que ofrecen una explosión de sabores típicos del País Vasco. Bilbao es un paraíso para los amantes de los pintxos y el poteo. Cerca del barrio, las tabernas y bares vibran con la emoción de la buena comida y la compañía. Probar una buena tortilla de patatas o un pintxo de pulpo a la gallega se convierte en el cierre perfecto para un día de exploración por la capital vizcaína.