Ni llegó a sentarse: le echan de un restaurante por tener la cara desfigurada

A Oliver Bromley, que sufre una una neurofibromatosis clase 1, no le dejaron explicarse: “Lo único que el restaurante tenía que hacer era preguntar", dice

Enrique Espada
Enrique Espada

Periodista especializado en actualidad

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'The New York Post'

Le pidieron -no ha trascendido si al menos fueron amables- que se fuera porque “asustaba a los clientes”. Así sin más, Oliver Bromly ha sido recientemente víctima de una discriminación por… ¿aspecto físico? Deleznable. “Ni siquiera me había sentado. Fui a hacer mi pedido y me pidieron que me fuera”.

Comportamientos inconcebibles que, posiblemente a la gran mayoría nos supondría un ‘shock’ en nuestro autoestima y salud mental, no han sido ocultados por su protagonista. Bromley, que padece una neurofibromatosis clase 1 -trastorno genético que genera tumores benignos en los nervios- ha querido sacar a la luz tan denunciable historia ocurrida en Londres, Reino Unido.

Sin ninguna explicación: "Me pidieron que me marchara"

La víctima de estos frívolos camareros ha sentenciado en ‘The New York Post’ que “ni siquiera me había sentado, solo fui a hacer mi pedido y me pidieron que me marchara. La gente mira, especialmente los niños, pero nunca me habían tratado de una manera tan directa”. Incidente por el que se le quitaron las ganas de comer y tuvo que sentarse en un parque para procesar la injusticia de la que había sido protagonista frente a las miradas del resto de comensales.

Es muy complicado definir a alguien como buena o mala persona, pero lo cierto es que la reacción de este a tal escarnio en público podría corresponder más bien al primer tipo de personas. Oliver quiso primero escribir al restaurante para aclarar lo que evidentemente no fue ningún malentendido, pero no obtuvo ni una sola respuesta. Así pues, tuvo que recurrir a las autoridades policiales. Mucho peor para el soberbio y deshumanizado restaurante, claro, que 'por las buenas'.

Lo sucedido es un delito de odio en Reino Unido

Esta registró el suceso como un delito de odio -un tipo de crimen que la policía local de Londres se toma muy en serio- aunque hasta el momento no se han producido arrestos. Podría volver a pensarse que es un tipo con excesiva bondad cuando, en lugar de sentir rencor y buscar venganza contra el restaurante, simplemente quiere que su desagradable experiencia sirva para algo en la insensible y ególatra sociedad en la que vivimos.

“Lo único que el restaurante tenía que hacer era preguntar. Hay mucha ingenuidad en torno a este tema”, dice, reconociendo que en muchos casos lo que falta es educación sobre el tema. En lugar de amargarse, ahora se ha propuesto una misión: “Quiero educar a la industria de la hostelería sobre lo que es mi condición. No hay nada de qué temer, es solo algo con lo que algunas personas tienen que vivir”, ha explicado también en el diario digital americano antes mencionado.

Sobre la Ley de Igualdad de 2010 de Reino Unido

Lo cierto es que -lo que más sorprendente del casi inverosímil suceso- ha ocurrido en un desarrollado país donde además de unas fuerzas del orden totalmente sensibilizadas con las discriminaciones, también hay sólidas leyes que prohíben y multan por indignantes situaciones como la sufrida por este sudafricano. Por ejemplo, la Ley de Igualdad de 2010 de Reino Unido incorpora la “desfiguración grave” como singularidad protegida contra la marginación o la discriminación.

“Espero que de aquí salga algo positivo y que esto no vuelva a ocurrir”. Este es, al final, el humilde pero esperanzador mensaje que este hombre de 42 años manda a la sociedad, sobre todos a niños y jóvenes, que además no manda solo. La asociación solidaria Nerve Tumours UK, especializada en individuos con su misma problemática, también se ha pronunciado: son excepciones casi anecdóticas pero que evidentemente nunca tendrían que suceder.

"No hemos recibido ninguna respuesta del restaurante", denuncian desde Nerve Tumours UK

Además, Karen Cockburn, su directora, explica según ‘La Vanguardia’ que actualmente están trabajando con mucho tesón en educar a los trabajadores del sector de la hostelería y el turismo sobre estas afecciones tan inusuales. Pero tal y como ha pedido encarecidamente Oliver con su mensaje de ‘cambio social’, a las pocas horas del suceso algo muy positivo ha sucedido. “Aunque no hemos recibido ninguna respuesta del restaurante, me complace decir que UKHospitality se ha ofrecido a trabajar con nosotros para generar conciencia sobre esta enfermedad en el sector hotelero y me reuniré con ellos en breve para poner en marcha esta iniciativa conjunta”, explica la líder de Nerve Tumours UK