Durante los días previos a la Navidad aumentan los desplazamientos por carretera y también los vuelos para llegar al destino en el que vamos a celebrar las fiestas más especiales del año. Este lunes, 23 de diciembre, ha estado marcado por un aterrizaje de emergencia en un vuelo que hacía la ruta entre la capital de Rumanía y la ciudad de Zúrich, en Suiza, que ha tenido que detener el vuelo en la localidad austriaca de Graz y ha dejado al menos 15 heridos, entre los que está un miembro de la tripulación que ha tenido que ser hospitalizado.
Por otro lado, los pasajeros de otro vuelo que viajaba hasta Palma de Mallorca sintieron pánico absoluto al aterrizar en el aeropuerto mallorquín y es que lo hicieron atravesando ráfagas de viento de 150 kilómetros por hora, lo que provocó unas turbulencias extremas. Además, antes de embarcar en Eindhoven, en Países Bajos, tuvieron que aguardar más de lo esperado porque tenían que descongelar las alas del Boeing 737 antes de poder iniciar la ruta. Los diarios baleares se han hecho eco de la noticia y han compartido algunos testimonios que ponen el acento en esos momentos de terror en pleno vuelo.
Al menos 15 heridos tras un aterrizaje de emergencia en Graz (Austria)
Un Airbus A220-300 ha tenido que realizar un aterrizaje de emergencia en la ciudad de Graz, en Austria, con 74 pasajeros a bordo. El incidente ha dejado al menos 15 heridos y, entre ellos, ha preocupado especialmente uno de los cinco miembros de la tripulación, que tal y como informa 'APA' ha tenido que ser trasladado a un hospital en un helicóptero, aunque no ha trascendido más información sobre su evolución. En el caso de los otros cuatro tripulantes y los 10 viajeros que también habrían resultado heridos, apuntan únicamente que fueron atendidos por los servicios sanitarios.
El vuelo, de la aerolínea Swiss, habría presentado problemas en los motores y humo a bordo, mientras cubría la ruta entre Bucarest y Zúrich. "Estamos profundamente preocupados por el estado de salud de un miembro de la tripulación de cabina, que fue trasladado en helicóptero al hospital de Graz, y cuyo estado sigue siendo incierto. Los otros cuatro miembros de la tripulación también fueron atendidos por personal médico", declaraba la compañía, que también aclaraba, en un comunicado, que se había producido "a raíz de problemas de motor y de la detección de humo en la cabina y el puesto de pilotaje".
"El avión aterrizó sin problemas y todos los pasajeros fueron evacuados. Estamos en estrecho contacto con las autoridades locales y trabajamos para determinar las causas de este aterrizaje de emergencia y planificar los próximos pasos", escribían los responsables de la empresa, filial de Lufthansa, después de que el avión tuviera que improvisar su final de ruta y permaneciera en la pista hasta bien entrada la noche de este lunes.
Pánico en pleno vuelo por turbulencias extremas en Mallorca
Los pasajeros del Boeing 737 de Ryanair que volaba este domingo, 22 de diciembre, desde la ciudad holandesa de Eindhoven hasta la capital balear, vivieron momentos de terror absoluto al tener que atravesar ráfagas de viento de casi 150 kilómetros por hora en el tramo final de la ruta aérea, lo que provocó turbulencias extremas. Medios locales de las islas, como 'Crónica balear', se han hecho eco de los testimonios de las personas que viajaban en ese avión.
"Ha sido una absoluta pesadilla", titula el citado medio con las palabras de uno de los turistas que han contado en primera persona cómo vivieron esos minutos en los que el miedo les hizo ponerse en lo peor, justo antes de tocar tierra en Palma de Mallorca. Según el diario, había "gente chillando, llorando y hasta rezando" y son varias las frases pronunciadas por quienes sufrieron las consecuencias de la virulenta acción del viento: "Viajo mucho, pero nunca en la vida había visto algo así. Ha sido una absoluta pesadilla".
El vuelo, operado por Ryanair, avanzaba con normalidad hasta que se iban acercando a posición de aterrizaje en la isla de Mallorca, donde se podía sentir el fuerte vendaval, con vientos de 143 kilómetros por hora, lo que hizo que se desestabilizara la nave. Las turbulencias son tremendamente comunes y los aparatos aéreos están muy preparados, así como los pilotos, para cruzarlas, incluso las que pueden parecer violentas, pero el pánico que nos provocan es lógico y natural.
Ya en Eindhoven, el municipio de Países Bajos desde donde inició la ruta el avión, tuvieron que esperar para embarcar y salieron con retraso, ya que tenían que descongelar las alas del Boeing, también como consecuencia del temporal, en este caso en el origen de la ruta. El piloto informó en todo momento a los pasajeros de lo que estaba sucediendo y les explicó, de hecho, que de no revertir la situación aterrizarían en Valencia, pero finalmente todo se quedó en un susto importante sin lamentar mayores incidentes.