Todavía hay esperanza en este mundo aparentemente tan egoísta y deshumanizado. Prueba de ello es la historia que este jueves por la mañana ha hablado muy bien de las personas y, sobre todo, de ayudarnos unos a los otros. Aunque no nos conozcamos. Hoy por ti, mañana por mi.
Todo ha pasado a primerísima hora. Una mañana más de diario en la que los pasajeros habituales de la línea 93 del bus público de Valencia, todavía algunos medio adormilados a las 07.30 y en su mayoría de camino al trabajo, tuvieron que ser uno para asistir a una pasajera que se puso de parto allí mismo.
Un bus que se convierte en una UVI móvil solidaria
Desde luego, la nueva vida que emergió dentro de este bus de línea hacia el final de la Avenida de Tarongers no será olvidada por ninguno de estos pasajeros y el conductor que todas las mañanas de lunes a viernes tienen un único objetivo: el segundo cumplir con su trabajo al volante y los primeros llegar a su puesto de trabajo de manera puntual. Este jueves, no llegaron. Pero por una buena causa, aunque difícil de justificar.
Solo ha durado cinco minutos. Pero ‘la sociedad del autobús’, sin haberse ni siquiera saludado antes pese a coincidir día tras día en el mismo trayecto de ida y vuelta, de una forma casi espiritual se organizaron rápidamente para que esa madre y ese bebé pudieran contar la historia a sus nietos. Antonio Rodríguez, el conductor, así lo ha explicado en ‘La Ser’: “Una pasajera se me acercó y me dijo que había una mujer de parto en el autobús. Me quedé en shock”.
Eso se cree él, porque reaccionó con la misma energía y serenidad que se respiraba dentro de este bus convertido en Maternidad por unos minutos. No se lo pensó dos veces. Por megafonía avisó a los pasajeros de "que no haríamos más paradas y que nos desviaríamos de la ruta" hacia el hospital Clínico, el más próximo. Ninguna voz discordante. Todos a una.
Esta fue la reacción del resto de conductores
Pero como cinco minutos pasan tan rápido, la asustada joven -acompañada en todo momento por su pareja que también se encontraba dentro- dio a luz antes de llegar al hospital. Tan rápido iba el bus en esa dirección que su conductor ha compartido con Carles Francino: "Las caras de los conductores al ver un autobús fuera de línea y pitando debieron ser un poema".
Todo sea eso, porque lo importante es que el ‘parto móvil’ tuvo un final feliz, tanto para la madre como para el niño. A su llegada al hospital rápidamente subió un cuadro de médicos para asistirla, aunque lo importante ya había pasado y sin dejar de ser asistida; la ‘sociedad del autobús de Valencia’ se puso de su lado.
"Sabemos que el niño y la madre están en perfecto estado"
Aunque este parto es resultado de la generosidad de varios desconocidos, hay que recalcar el buen hacer de este conductor de autobuses con una experiencia de más de 20 años conduciéndolos. "Los pasajeros me felicitaron por la rapidez y la decisión. Me dijeron que les había hecho un gran bien a la pareja. Sabemos que el niño y la madre están en perfecto estado", ha explicado también en ‘La ventana’.
Héroes ciudadanos que mañana volverán a subirse al mismo autobús, con el mismo conductor pero que se bajarán en su habitual parada de todos los días. Se mirarán y se sonreirán, porque aunque son ‘anónimos’ que seguramente se lleven viendo durante años ya se conocen y les une algo tan especial como haber ayudado al alumbramiento de un bebé en la que podía haber sido una mañana más de mayo en la capital valenciana.