Monasterio de Piedra: todo esto esconde el primer sitio donde se cocinó chocolate en Europa

Este atractivo turístico muy próximo a Zaragoza no defrauda por todo lo que ofrece: naturaleza en estado puro, museos o un hotel con spa hacen del lugar la mejor opción para este verano

Enrique Espada
Enrique Espada

Periodista especializado en actualidad

Monasterio de Piedra
Ana Lainez

800 años de historia y belleza todavía perfectamente conservadas se esconden detrás de sus muros. Cuadra, por tanto, que muchas parejas quieran darse el ‘sí quiero’ en un enclave tan espectacular como este, en la provincia de Zaragoza, pero también que todos los años miles y miles de turistas llegados de otras partes de España y Europa quieran conocer a fondo el Monasterio de Piedra por dentro y su grandísimo jardín histórico que es naturaleza en estado puro.

Este punto de interés turístico emplazado en la comunidad autónoma de Aragón es muy recomendable por todo lo que ofrece. Y es que además de disfrutar de lo majestuoso que es el monasterio cisterciense de 1218 por dentro, su interior también alberga dos atractivos que a casi nadie desagrada: su exposición ‘Historia del Chocolate en Piedra’ y su Museo del Vino Denominación de Origen Calatayud.

Bóvedas del Monasterio de Piedra
Ana Lainez

Fueron los primeros monjes en elaborar el vino de Calatayud

El museo es más que imprescindible en una comarca, la de Calatayud, donde el vino es ‘su razón de ser’. Y si te preguntas por qué hay un museo del vino dentro de un monasterio, la respuesta es más que convincente. Justo fueron los primeros monjes que habitaron el edificio eclesiástico quienes promovieron el cultivo de la vid y la venta de vino tinto en la zona. Por ejemplo, uno de los muestrarios claves del espacio museístico es su bodega en perfecto estado de conservación.

Lo del chocolate también está bien argumentado. Fue, en esta ocasión, un solo monje el que tras su viaje a América llegó al convento con cacao. El Monasterio de Piedra tiene el privilegio de ser el lugar donde por primera vez se cocinó chocolate en el viejo mundo, a mediados del siglo XVI. Su exposición cuenta el resto de la interesante y dulce historia…

Una marco natural de belleza incomparable

Lagos del jardín histórico del Monasterio de Piedra
Ana Lainez

Cambio de tercio. Lo hemos mencionado al comienzo y es cierto. El Monasterio de Piedra ofrece de todo. También un desbordante espacio natural al que no le faltan románticos senderos o cascadas de agua casi transparente que cae en lagos con un ritmo constante y sereno, que consigue desconectar a cualquiera de sus preocupaciones del día a día.

Todo eso y mucho más encierra este gran ‘jardín’ histórico de hasta 1.800 hectáreas. Su exuberante naturaleza y paisajes de ensueño en donde se encuentran, por ejemplo, 20 especies diferentes de pájaros, han permitido que el espacio fuera primer Conjunto de interés Cultural, en 1945, y Bien de Interés Natural en 1983. Poco más hay que decir.

Dónde alojarse

Cuando en ‘Lecturas Diario’ decimos que el Monasterio de Piedra ofrece todo para que sea una experiencia turística inolvidable, es textual. Porque incluso permite a sus visitantes la posibilidad de pernoctar allí mismo. Y no es cualquier alojamiento: el hotel ubicado dentro del propio convento del siglo XII transporta al huésped a otros tiempos.

'Cola de caballo' en el Monasterio de Piedra
Ana Lainez

Pasear por su claustro perfectamente conservado, disfrutar de su exclusivo spa o disfrutar de la variada oferta gastronómica que sus diferentes restaurantes integrados ofrecen son solo algunas de las razones por las que las experiencias de sus usuarios son siempre positivas y que Michelín lo incluyera en su guía desde 2019.

Dónde comer

Para comer -siempre está la opción de hacerlo en uno de los restaurantes ubicados en el Monasterio de Piedra- sí que te recomendaríamos que te movieras por la zona para conocer los productos típicos y vinos pertenecientes a la Comunidad de Calatayud, comarca al oeste de la provincia de Zaragoza en la que hay diseminados varios pueblos bonitos y muy acogedores.

Si vas en coche, Calatayud -uno de los municipios más conocidos de Aragón- queda a menos de 30 kilómetros por autopista, donde evidentemente la oferta gastronómica es muy amplia y variada por ser un pueblo con más de 20.000 habitantes. Sin embargo, los pueblos más pequeños no ofrecen tantas opciones pero sus tascas y restaurantes ofertan productos de la huerta, cocina fresca y tradicional y, sobre todo, una cercanía que te hará sentir como en casa.

Carenas, el pueblo con el bar más ‘famoso’ de la zona

Son muchos y muy próximos al Monasterio de Piedra, pero hay uno que llama especialmente la atención por sus gentes y su único bar. En muy poco tiempo ha revolucionado la zona por las delicias gastronómicas que se esconden tras su cocina y el buen servicio que ofrece a sus clientes. Residentes del propio Calatayud y otros pueblos colindantes como Ateca o, incluso, Zaragoza, ya han visitado un sitio hecho para el encuentro y el discernimiento. Ahora también son turistas llegados de otras partes los que deciden hacer un alto en el camino para conocer Bar Sala-Multiservicio de Carenas, porque también tiene una pequeña tienda, la única también.

Bar Sala en Carenas
Instagram barsalacarenas

Pero, ¿por qué en Carenas se ha hecho tan popular su bar-restaurante? Una de las razones es, como casi siempre, el esfuerzo y sacrificio de sus dueñas por no dejar a un pueblo entero de algo más de 150 habitantes sin un pequeño sitio en el que reunirse durante todo el año. Y su historia también comienza a partir de un hecho más que conocido por todos y que cambió radicalmente la vida de muchos, como a ellas: la pandemia.

María y Sandra Salas: emprendedoras que apuestan por lo rural

María y Sandra Salas son dos hermanas de 32 y 37 años que en 2023 tomaron una de las decisiones más importantes de sus vidas. Tras perder sus trabajos por la grave situación que sufrimos en el mundo a razón del covid, decidieron dejar Zaragoza -la capital aragonesa donde llevaban toda su vida- para volver al pequeño pueblo donde pasaban todos los agostos. En ese preciso momento, en el pueblo de su padre se jubilaba el dueño del único bar del lugar, que en un núcleo tan pequeño es más que eso: es el centro social, sobre todo, para los mayores de la zona.

Las hermanas Salas vieron rápido esta gran oportunidad de rehacer sus vidas profesionales, que incluía también un cambio de residencia, de vida. Y así lo hicieron, sin haber trabajado nunca antes en la hostelería. Han luchado a contrarreloj para aprender, crecer y que en menos de un año su bar sea un referente culinario en la zona. “Viene gente del Monasterio de Piedra. Además aquí tenemos unas casas rurales preciosas que permiten mascotas, entonces mucha gente elige este punto de partida para dormir y cenan o desayunan aquí”, nos explica María.

Estos son los ingredientes de su bocadillo ‘estrella’ 

Y lo que más importa al turista que quiere comer bien, ¿qué es lo que les ha hecho tan recomendables? Además de su servicio ininterrumpido todos los días del año y la simpatía de las dos jóvenes, “te puedo decir que lo que más gusta en nuestro bar es el huevo gamba para el vermú y el pan de cristal que usamos en nuestros bocadillos”, apunta la mayor de las hermanas aragonesas.

Sin embargo, Sandra Sala enumera otras propuestas que al parecer también triunfan bastante. “Lo que más nos piden son las bravas que son caseras y les gusta nuestro tomate, y un bocadillo estrella que sería pan cristal con tomate, bacon, jamón de York y pimentón dulce”, dice.

Patatas bravas Bar Sala
Instagram @barsalacarenas

Es ya una realidad que lo mejor que ahora mismo tiene Carenas para sus gentes es este nuevo bar, sinónimo de esperanza en pueblos de la España rural como este en donde cada vez existen menos y peores servicios a causa de la despoblación, pero este acogedor pueblecito tiene mucho más que ofrecer. Darte un paseo entre sus calles empedradas o visitar monumentos tan emblemáticos para el municipio como son la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la Ermita del Santo Sepulcro o el Castillo de Some harán que termines tu visita al Monasterio de Piedra con estampas diferentes e igual de preciosas.