Probablemente estemos hablando de una de nuestras palabras favoritas, porque la esperanza es lo último que se pierde y si resultamos agraciados por uno de sus premios la alegría es superlativa: es la lotería. Aunque vamos a ver que el origen etimológico del término está en otro país, la 'Real' y la 'Nacional' cuando este concepto llegó a nuestro país encuentran su origen en la realeza y en una ciudad y momento histórico concreto, respectivamente, así que vamos a hacer un recorrido por esos momentos clave que propiciaron el nacimiento de este juego de azar que tantos millones ha repartido a lo largo de sus más de 200 años de historia.
Sin duda, el sorteo que más seguimiento tiene y que puede considerarse como el pistoletazo de salida de las fiestas navideñas es el extraordinario de Navidad, que cada 22 de diciembre reparte millones de euros en premios desde el Teatro Real de Madrid. Sus comienzos fueron inestables y no llegó a afianzarse pronto, pero está claro que ahora sería muy difícil abandonar esa costumbre y tradición tan nuestra, que consigue reunir y compartir, no solo entre familiares y amigos, sino también entre compañeros en una empresa, como los trabajadores de la fábrica de Faustino en el mítico anuncio de dibujos animados de 'Loterías y Apuestas del Estado' en 2015.
El viaje de la lotería como palabra desde Italia hasta España
Una de las frases de consuelo para los que no hemos resultado ganadores en este juego es que "no hay mejor lotería que la buena economía", pero, si lo pensamos durante más tiempo, se nos ocurre otro refrán que también encaja a la perfección, porque "a nadie le amarga un dulce". Nos dejamos ya de frases de sabiduría popular y nos centramos en la palabra y su origen etimológico, porque en ese caso tenemos que viajar hasta Italia y leer el vocablo 'Lotto', que hace referencia a un lote o destino, nos deja ese sabor a suerte que es clave para hacerse con alguno de los premios y es un término que ha bautizado también muchos de los registrados en el país, aunque también deriva del francés 'lot'.
Si acudimos, por otro lado, a la procedencia de 'suerte', viene del latín 'sortis', que también está relacionada con los 'lotes', pero de tierra, porque, precisamente, se repartían con un juego de dados o huesecillos que adoptaba ese nombre, tal y como explican en el portal 'Concepto'. En este sentido, en la Antigua Roma era muy importante tener acceso a las mejores tierras, aquellas más productivas, por lo que tiene mucho sentido que esa fortuna responda al azar del que dependía que pudieran acceder a mejores o peores terrenos.
La Lotería Real, años antes de la llegada de la Nacional en una ciudad
Tal y como explica la prestigiosa revista 'Historia' de 'National Geographic', el primer sorteo de la Lotería llegó hace más de 250 años y fue impulsado por el rey Carlos III, quien firmó un decreto el 30 de septiembre de 1763 con el objetivo de establecer un control en los juegos de azar y engrosar las arcas de la Corona, algo que tuvo mucho éxito desde el primer momento y que venía de Nápoles, volviendo a ese origen italiano del que hablábamos anteriormente: "Prohíbo que las personas estantes en estos reinos, de cualquier calidad y condición que sean, jueguen, tengan o permitan en sus casas los juegos de banca o faraón, baceta, carteta, banca fallida, sacanete, parar, treinta y cuarenta, cacho, flor, quince, treinta y una envidada, ni otros cualesquiera de naipes que sean de suerte y azar".
Tras esa regulación, el único permitido era el que acababa de promover, primero en Madrid, y el furor que despertó en la población ha sobrevivido al paso del tiempo y lo seguimos sintiendo a día de hoy con un ir y venir constante en las administraciones de las Loterías y Apuestas Oficiales del Estado. De hecho, aunque la máxima eclosión llega con la archiconocida Lotería de Navidad, - que nos deja imágenes de largas colas a las puertas de los locales autorizados para su venta -, semanalmente son muchas las personas que apuestan por otras opciones como la Primitiva o la Quiniela, respondiendo con esta última también al éxito del fútbol.
Casi medio siglo más tarde y en plena Guerra de la Independencia llegaría la Lotería Nacional, que nace en firma en 1811 en Cádiz, pero no sería hasta el 4 de marzo de 1812 cuando se celebra el primer sorteo, pocos días antes de aprobar la famosa Constitución en el mismo lugar, que se hizo popular bajo el nombre de 'La Pepa', donde estaban constituidas las Cortes Generales desde cuatro años antes. Desde entonces, la fórmula y el funcionamiento ha ido evolucionando, porque en un principio no había décimos y hubo que esperar para que españolas y españoles pudieran jugar en el extraordinario de las fechas navideñas.
Los primeros sorteos y la Lotería de Navidad
En un primer momento y volviendo a la 'Real', los sorteos se llevaban a cabo 12 veces al año, cada boleto costaba cuatro pesos bajo la premisa de recaudar fondos para la caridad y aquí encontramos otra curiosidad, porque precisamente era la Primitiva, con elección de números y ahora es una de las más populares, - desde que naciera su nueva versión en 1985 -, y en la que se puede jugar dos veces a la semana, los jueves y los sábados. La agencia 'EFE' publicaba un vídeo con motivo del centenario de la Lotería Nacional y pone nombre y apellidos al responsable de este impulso: el ministro del Consejo y Cámara de Indias, el sevillano Ciriaco González Carvajal. Él presentó en 1811 su proyecto para poder recaudar un dinero que permitiera dar al país buena salud económica sin la necesidad de una mayor presión fiscal con más impuestos para la ciudadanía.
Con un coste de diez pesetas, en 1817 ya le ganó la carrera a su hermana mayor y se podía comprar el billete en 497 administraciones, un número que no ha dejado de crecer hasta unas 4.100 y que se eleva hasta más del doble, alrededor de 10.900 si hablamos de puntos de venta donde podemos adquirir papeletas para algunos de los sorteos que están en vigor actualmente. Este importante incremento se traduce en el furor que siempre ha despertado y que no ha dejado de ir en aumento con el paso de los años, incluso en momentos de crisis por la búsqueda de un golpe de suerte.
La de Navidad ya es todo un símbolo y es que el sonido de las bolas en los bombos, los niños cantores y el ambiente que se respira el 22 de diciembre es parte de un sentimiento y marca el inicio de las fiestas. En el portal de Loterías y Apuestas del Estado fijan en 1818 el primer sorteo extraordinario en estas fechas, pero se quedó en algo muy puntual y no sería hasta 1839 cuando se fijó su regularidad, cada año, hasta que en 1897 fue bautizada oficialmente con el nombre de la festividad. De igual forma, esa segunda oportunidad a la que seguimos recurriendo cuando no nos toca nada antes de acabar el año, la de 'El Niño', - celebrada el 6 de enero con motivo del Día de Reyes -, apareció en 1880.
Múltiples campañas y sorteos: ilusión y recaudación
Más allá de la Primitiva y la Lotería de Navidad o la de 'El Niño', son muchos los sorteos en los que podemos participar en la actualidad, como la 'BonoLoto' o el 'Euromillones' y podríamos estar horas repasando la historia de algo tan nuestro como también internacional y que ha conseguido unificar ese objetivo de recaudar impuestos mientras los ciudadanos confían en que podrán descorchar una botella de champán cada vez que ven a los agraciados el 22 de diciembre a las puertas de la administración donde han comprado el décimo premiado.
Otra de las fechas clave nos remonta a 1940, cuando los billetes comenzaron a imprimirse en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, esa que tuvimos tan olvidada o poco reconocida hasta que se convirtió en el escenario del robo más famoso de los últimos tiempos en la ficción: 'La casa de papel'. Los ladrones más populares de 'Netflix' podrían haber aumentado su botín en otra trama paralela, en la que años atrás se hubieran llevado del histórico edificio, - ubicado al lado del metro O'Donnell de Madrid -, los décimos del sorteo, pero rápidamente aparecería 'El profesor' con su inteligencia para demostrarles que no tendría ningún sentido, dado que no tendrían ningún valor y suspenderían automáticamente el evento.
Esa ilusión se ha reflejado en otra tradición como el anuncio oficial, muy esperado para que empiece a oler a Navidad en las calles y se llegó a humanizar a través del popular 'calvo' de la Lotería, al que daba vida el actor Clive Arrindell para desearnos que la suerte nos acompañe. Aunque en 2005 desapareció del spot anual, seguimos pidiéndole que, cuando se acerca el momento del sorteo, aunque sea nos toque "un pellizquito" o si estamos en las fiestas grandes, las ya tan conocidas pedreas. Incluso nos basta con que podamos tener de vuelta "lo que hemos jugado" a través de la coincidencia del último número y la consecuencia del reintegro, y si al final la suerte no está de nuestro lado, somos conformistas: "al menos tenemos salud".