Besalú, que no Magaluf. ‘Ni por el asomo’ tienen nada que ver. Entre otras cosas porque el primero es la recomendación de mayo de una publicación tan prestigiosa en el mundo como National Geographic. Aunque, lo cierto, es que a este encantador pueblo de la provincia de Gerona no le faltan razones para que este o cualquier otro medio especializado en viajes lo prescriba.
Pero, primero, para que te hagas una idea de la belleza que se esconde entre todas sus calles e incluso rincones, Besalú ha sido escenario, entre otros muchos, de la laureada ‘Juego de Tronos’. Posiblemente, con este cinematográfico dato ya intuyas por qué este pequeño pueblo de la comarca de La Garrotxa es, desde 1966, un magnífico Conjunto Histórico Nacional. Se trata de uno de los escasos núcleos en nuestro país que conservan casi totalmente su estilo medieval. Adentrémonos en tal maravilla:
Casi como en un cuento de hadas, la entrada a Besalú te dejará embelesado. Y es que se accede desde un puente de tipo románico que atraviesa un bonito río y permite disfrutar rápidamente de las vistas hasta que ya te adentras a este pueblo de ensueño atravesando su fortificada torre hexagonal.
Pocas juderías quedan como la de este pueblo geronés
Ya dentro, este municipio que no llega a los 2.500 habitantes no deja de sorprender con todo lo que puedes visitar y disfrutar. Hay mucho que ver, pero sin lugar a dudas de obligada visita es su judería. Aunque estos conjuntos sean típicos en España por nuestra historia, el de Besalú te dejará con la boca abierta. Según los expertos, se trata de una de las juderías más conservadas de nuestro país y con un aliciente que la hace única.
Su miqvé -baño de purificación judío- es el primero de etapa medieval que se descubre en nuestro país y el tercero en Europa. Así pues, podrás conocer de cerca este curioso emplazamiento judío en el que destaca su piscina rectangular con agua natural donde se purificaban mujeres, hombres e incluso objetos de la época.
Además, como ese puente de acceso románico nos informa, la cada vez más turística localidad geronesa también es rica en grandes tesoros del siglo XIII. Su majestuoso Monasterio de Sant Pere o la Antigua Iglesia-Hospital de Sant Juli son dos buenos ejemplos de lo que este pueblo enmarcado en la cresta de una montaña con panorámicas que no se olvidan cuenta entre sus cuidadas calles adoquinadas.
En Besalú está el primer museo del circo de Europa
Hasta aquí un Besalú. Y a partir de ahora otro. Te preguntarás, ¿qué más puede ofrecer un pequeño pueblo además de sus ideales casas, iglesias y empedradas calles medievales? El circo. Sorprende, claro. Y es que en un edificio que, desde luego, rompe por completo con la armonía de un pueblo de cuento en la frondosa montaña, se encuentra un museo que jamás pensarías que pudiese tener tal ubicación.
El Museo del Circo es, en Besalú, el primero dedicado a este tema en Europa. Su interior guarda decenas de secretos de su historia. 250 años que se dividen en tres plantas -1.500 metros cuadrados en total- que te transportarán a tu ‘Yo’ niño aunque no quieras. De entre los muchos objetos y curiosidades que la exposición retrata, destaca la mayor maqueta del mundo del mítico Circo Gleich de Alemania, de cincuenta metros cuadrados.
Además de belleza, historia e incluso homenajes al circo, Besalú también destaca por el precioso entorno natural que le rodea. Pasear, por ejemplo, por los senderos que se abren desde debajo del puente románico dejando a un lado el cristalino río Fluvià es solo una de las alternativas que van más allá de la típica visita al pueblo, pero hay más.
Por qué son tan especiales sus magdalenas
Si te gusta la bici al aire libre, no dudes en montarla en la baca de tu coche. Y es que el Anillo Verde que recorre en círculo al pueblo, desde fuera, te hará vivir una experiencia inigualable que te pondrá en contacto con la naturaleza y otros elementos visuales tan diferentes a la ciudad como sus cuidados huertecitos o varios molinos harineros.
Para terminar, ‘la guinda del pastel’ de Besalú, nunca mejor dicho, son sus artesanales magdalenas y deliciosos chocolates. Pero, siempre, después de haber llenado el estómago con los embutidos y quesos locales que podrás disfrutar en restaurantes como Pont Vell o Cúria Reial, en los que además podrás deleitar tu paladar con muchos de los platos típicos de la rica gastronomía catalana.