Han pasado 14 años desde que José Bretón terminaba con la vida de los pequeños José (2 años) y Ruth (5 años). Aunque fue condenado en 2013 por la Audiencia Provincial de Córdoba, nunca admitió la autoría del crimen. Ahora, en busca del perdón, Bretón ha confesado desde prisión el asesinato de sus hijos y el móvil del crimen bajo un insólito relato.
José Bretón se sincera sobre el crimen que cometió hace 14 años
Ha sido en una entrevista con el escritor Luisgé Martín que recoge en su libro ‘El odio’ donde José Bretón ha explicado el modus operandi de uno de los crímenes más mediáticos de España. También ha aprovechado la charla para expresar sus sentimientos, hablar sobre todos los macabros pensamientos que pasaron por su cabeza aquel día y reconocer, al fin, los hechos. Tras un largo y distendido encuentro de lo más esperado, Bretón ha ofrecido los detalles sobre el crimen que todavía se desconocían después de 14 años. El asesino de los menores se ha sincerado para contar con pelos y señales lo ocurrido aquel trágico día que la familia de los menores no olvida.
José Bretón ha reconocido que terminó con la vida de sus hijos por odio. Tras separarse de Ruth, su mujer, no podía soportar que los menores pasaran tiempo con la familia materna. “Me obsesionaba la idea de que se educaran al lado de la familia de mi mujer, que a mí me parecía una familia tóxica. Yo me había alejado mucho de ellos, solo veía problemas allí dentro. Me deprimía la idea de que mi hija Ruth y mi hijo José crecieran entre ellos sin estar yo delante. Ahí fue cuando empecé a volverme loco”, asegura en la entrevista con Luisgé Martín.
Este es, según Bretón, el motivo por el que terminó con la vida de los pequeños. “Me imaginaba a mi hija Ruth y a mi hijo José con mi suegra o con mi cuñada, la que había estado detenida en Portugal, y me ponía enfermo. No podía aceptarlo, pensaba que iba a salir todo mal”, añade. Aunque el escritor asegura que el móvil el crimen es difícil de creer, José Bretón insiste.
“A estas alturas de mi vida no tengo ninguna necesidad de mentir y mucho menos a ti. Decir la verdad es lo único que me puede salvar y voy a seguir haciéndolo porque me viene muy bien para mi bienestar emocional. No puedo aceptar que hay una reconstrucción mental mía que falsea la realidad. Yo soy el que conoce esa realidad, el que conoce todo el mal que hice. Los demás son víctimas. Por supuesto, y antes que nadie, mi hija Ruth y mi hijo José. Y luego su madre, Ruth, su familia y también la mía”, cuenta desde prisión.
José Bretón asegura que no cometió el crimen por venganza
Pese a que fue señalado por hacer daño a su mujer a través del crimen de sus hijos, él asegura que no se trata de venganza alguna. “¿De qué iba a vengarme? Yo estaba de acuerdo con la separación. Me parecía bien. Incluso empecé a buscar a otra mujer, llamé a Conchi y estuve a punto de quedar con ella. A mí no me parecía mal el divorcio, pero me atormentaba esa incertidumbre, el hecho de no saber qué iba a pasar con mis hijos”, explica.
En cualquier caso, José Bretón no dudó en cometer el crimen ni tardó demasiado en hacerlo. Solo pasaron tres semanas desde su divorcio cuando decidió arrebatar la vida a sus hijos. El asegura que fue por “impaciencia”. “Necesitaba que esa situación se acabara, que desaparecieran las dudas y la incertidumbre. Es como si se me hubiera metido un monstruo dentro de la cabeza que no me dejara dormir ni pensar en otra cosa. No podía encontrar soluciones. Y cada día era peor que el anterior”, explica.
El asesino cuenta que solo sintió alivio a la tormentosa situación que vivía cuando se imaginaba a sus hijos sin vida. “Cuando Ruth me abandonó entré en cólera. Al principio no tuve pensamientos extraños, pero después se fue abriendo paso la idea del asesinato. No recuerdo más. La última semana, quizá. La última semana”, cuenta Bretón. Poco a poco, se autoconvenció de que tenía que dar el paso. Y así lo hizo. José Bretón terminó con la vida de los menores de solo 2 y 5 años, José y Ruth. Lo hizo con frialdad y utilizó medicamentaos, leña y gasóleo para cometer el crimen. Aun así, asegura que no se lo preparó.
“No busqué información en ninguna parte, no hice ninguna investigación”, cuenta. También ha querido dejar claro que los niños no sufrieron. “Estoy absolutamente seguro. Disolví las pastillas machacadas en agua con azúcar y se la di para que bebieran. Antes de poner los cuerpos en el fuego comprobé que no respiraban, estaban ya muertos. No se enteraron de lo que iba a pasar. Confiaron en mí. No hubo miedo ni dolor ni ningún tipo de sufrimiento”, explica. Tampoco puedes capaz de recordar nada sobre sus últimas palabras hacia ellos. “No recuerdo nada. Estaba poseído, no era capaz de pensar en nada, de fijarme en nada. Solo en cumplir con el plan”, sentencia. Aunque han pasado 14 años desde el macabro crimen, España sigue conmocionada. El recuerdo sobre este crimen quedará grabado en la historia.