El “gran milagro” tras la DANA en Valencia: Aurora, una bebé de un mes, es rescatada in extremis de la riada

Azahara, una vecina de Paiporta, consiguió rescatar y poner a salvo a la menor en una maleta hasta que llegó la Guardia Civil.

Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 19 de noviembre de 2024, 13:33

Telecinco
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Han pasado 21 días desde que la peor catástrofe natural de Valencia se cobraba, al menos, 200 víctimas mortales. Cientos de familias siguen trabajando para reconstruir cuanto antes sus vidas, aunque no es una tarea nada sencilla. Muchas de ellas han perdido sus negocios e incluso sus hogares. Aun así, entre tanta devastación se escuchan historias milagrosas como la de Aurora, una bebé de apenas un mes de vida que logró ser rescatada durante una riada en Paiporta (Valencia).

La menor fue rescatada en mitad de la trágica riada in extremis por una vecina de Paiporta

La historia de Aurora y Azahara, su salvadora, ha acaparado decenas de titulares desde que la DANA llegó a Valencia. La propia vecina de Paiporta que rescató a la pequeña de un mes de vida asegura que fue “un milagro”. La noche del 29 de octubre Aurora viajaba con su madre, Flora, y su abuela en coche cuando las tres fueron sorprendidas por la DANA. Una fuerte riada se hizo con su coche y las mujeres se vieron obligadas a salir del vehículo cuando el agua alcanzó casi su cuello. Desamparadas y exhaustas escucharon el grito de Azahara desde una valla. Flora no dudó ni un segundo en acercarle a su hija para ponerla a salvo. “Me bajé, me subí a otra valla y me arrastré hacia ellos. Por altura, Flora me dio a la chiquilla”, señala Azahara en ‘Informativos Telecinco’.

Tras andar a contracorriente, juntas alcanzaron una nave del polígono de Paiporta donde se refugiaron. “Empezó a subir el gua, como era una ratonera decidimos romper la verja de la fábrica”, explica la vecina de Valencia. Las tres mujeres y la menor se pusieron a salvo en una planta superior. Allí, Azahara utilizó lo que encontró a su paso para cuidar de la menor. “Le pusimos ropa de la empresa y la arropamos dentro de una maleta para que la madre descansara”, señala. A salvo, pero con miedo e incertidumbre, las mujeres esperaron a ser rescatadas durante dos horas hasta que le nivel del agua bajó. Poco después, llegaba la Guardia Civil. “Escuchamos gritos de ¿hay alguien?”, señala Azahara. Según cuenta, uno de los agentes de la Guardia Civil “le dio un beso” a la bebé.

“Era un momento de desconexión de lo que estaba ocurriendo. Fue un milagro”, asegura Azahara. José del Río, Sargento de la Guardia Civil, ha explicado en ‘Antena3 Noticias’ cómo rescataron a las mujeres y pusieron a salvo a todas y cada una de ellas. “Logramos sacarlas y a mí me echaron a la bebé que era como una pelotita”, señala del Río. La actuación de Azahara ha sido muy aplaudida ente los españoles, aunque ella asegura que ayudó por inercia. “Piensas que no se te lleve la corriente porque su vida era yo”, concluye. La historia de la pequeña Aurora será recordada como un milagro, aunque no es la única. También la vivencia de Víctor Beltrán, otro vecino de Paiporta, junto a su familia ha sido un gran golpe de suerte.

Rescatados a última hora por unos vecinos en Paiporta

Víctor Beltrán es otro de los supervivientes de la DANA que ha vivido para contar su historia. El joven fisioterapeuta estaba de vuelta a casa el pasado 29 de octubre cuando comenzaba su peor “pesadilla”. Según cuenta en Lecturas, su padre, su abuela y él pudieron sobrevivir a la catástrofe gracias a una serie de factores y a la unión de la familia durante horas desesperantes y de agonía. "Cojo el metro y voy viendo vídeos que nos envía mi hermana del barranco, del puente de Paiporta y veo lo que está pasando con el agua, pero nunca te imaginas cómo iba a desbordar, porque nunca había llegado a ese punto", nos explica. Cuando llegó a su casa se encontró el peor de los escenarios. Todo estaba inundado.

"Entro, empiezo a sacar agua como si estuviese loco, pero me asomo a la puerta y veo por el cristal que el agua estaba ya a un metro; no me lo creo hasta que me giro y veo que rompe el cristal", describe. Beltrán y su familia nunca habían vivido nada así. “Mi abuela estaba encima de una mesa, sentada en una silla, porque no puede mantenerse en pie y hay un momento muy crítico, que está subiendo el agua y nosotros estamos atrapados dentro y el agua no deja de subir", recuerda el fisioterapeuta. La familia tuvo que salir por una ventana y aferrarse a unos barrotes hasta que finalmente, pudo ser rescatada por unos vecinos. "Son muchos días que seguimos despertándonos por la noche de repente, cada vez que escucho los helicópteros y las sirenas; me giro con mucho susto", concluye.

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